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Retina papers

Las mujeres sacan mejores notas en habilidades de liderazgo (y pese a ello lideran menos)

Las mujeres se mostraron tan eficaces en posiciones de liderazgo y puntúan más alto en las habilidades que se consideran necesarias para ser un buen jefe. Aún así, el porcentaje de mujeres en altos cargos de empresas sigue siendo mínimo

La receta para conseguir la paridad en los equipos directivos de las empresas sigue siendo un misterio para muchos. ¿Hacen falta referentes o una cuota de género? ¿Cómo terminamos con los prejuicios? Una de las respuestas más consensuadas a estas preguntas es: lo que hace falta es dar más oportunidades a las mujeres. Y siempre hay alguien que duda, ¿están suficientemente preparadas? Tanto o más que los hombres. Dos encuestas de 2012 encontraron que las mujeres eran tan eficaces en posiciones de liderazgo como los hombres y puntuaron más alto que ellos en las habilidades que se consideran necesarias para ser un buen jefe. Una revisión de la investigación realizada este año confirma los resultados.

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Jack Zenger y Joseph Folkman, CEO y presidente de Zenger/Folkman, una consultoría de desarrollo de liderazgo, y responsables del estudio, actualizaron los resultados obtenidos hace siete años y alcanzaron las mismas conclusiones. Las mujeres fueron calificadas como “sobresalientes” en su capacidad para tomar la iniciativa, actuar con resiliencia y mostrar alta integridad y honestidad. “De hecho, se pensó que eran más efectivas en el 84% de las competencias que medimos”, explican los autores en HBR.

Según se extrae de los resultados, ellas son percibidas como más efectivas en todos los niveles jerárquicos y en prácticamente todas las áreas de la organización. “Eso incluye áreas como tecnología, operaciones y legal, bastiones tradicionalmente masculinos”. Aunque las diferencias no fueron enormes, los investigadores encontraron que eran “estadísticamente significativas”, es decir, que no se debían al azar de la muestra o a la casualidad. Los hombres fueron calificados como mejores en dos habilidades: la capacidad de desarrollar una perspectiva estratégica y la experiencia técnica o profesional, tal como ocurrió con las primeras encuestas originales realizadas en 2012.

A pesar de estos resultados, la situación de las mujeres en los altos mandos no ha cambiado en los últimos años. En España, solo un 2,8% de los puestos de alta dirección ejecutiva los ocupan ellas, según el informe de la consultora Heidrick & Struggles. Son muchos los factores que contribuyen a que el techo de cristal se endurezca y la brecha de género se ensanche. Pero uno de los más difíciles de combatir es el de los prejuicios. “Un gran volumen de investigación ha demostrado que el sesgo inconsciente juega un papel importante en las decisiones de contratación y promoción, lo que también contribuye al menor número de mujeres en puestos clave”, explican Zenger y Folkman. “Nuestros datos actuales presentan evidencia aún más convincente de que este sesgo es incorrecto e injustificado”.

Para complementar la investigación, los autores crearon una autoevaluación que mide, entre otras cosas, la confianza. Recopilaron datos desde 2016 (de 3.876 hombres y 4.779 mujeres) sobre los niveles de confianza que los líderes tienen en sí mismos y llegaron a la conclusión de que cuando se les pide a las mujeres que evalúen su autoconfianza no son tan generosas en sus calificaciones. Y la edad tiene mucho que ver. Según los resultados, hay una gran diferencia entre los menores de 25 años: es muy probable que a esa edad ellas sean mucho más competentes de lo que creen y ellos sean demasiado confiados. A los 40 años, los valores se equilibran. A partir de los 60, la confianza de ellos disminuye y la de ellas aumenta. “De acuerdo con nuestros datos, los hombres ganan 8,5 puntos porcentuales de confianza desde los 25 años hasta los 60 años. Las mujeres ganan 29”.

Estos hallazgos encajan con otras investigaciones que muestran que las mujeres tienen menos probabilidades de postularse para un empleo a menos que estén seguras de que cumplen con la mayoría de los requisitos necesarios. El hombre está más inclinado a asumir que puede aprender lo que le falta. La mujer tiende a ser más cautelosa. “Estos datos continúan reforzando las observaciones de nuestra investigación anterior: las mujeres son líderes altamente competentes, de acuerdo con quienes trabajan más estrechamente con ellas, y lo que las frena no es la falta de capacidad sino la escasez de oportunidades”, aseguran los investigadores. “Cuando se les dan esas oportunidades, las mujeres tienen la misma probabilidad de tener éxito en posiciones de nivel superior como los hombres”.

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