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Igualdad

El día para reclamar que las mujeres avancen en la ciencia

Menos del 30% de los investigadores en todo el mundo son mujeres y, aunque más niñas asisten a la escuela que antes, ellas parecen perder el interés en las materias STEM a medida que llegan a la adolescencia.

En España, la mitad de las personas con estudios universitarios son mujeres. Esta proporción, sin embargo, no se cumple si se analiza por áreas: las mujeres solo representan el 25% del alumnado en carreras científicas como Física, Matemáticas o Ingeniería, y menos del 12% en informática, según informa Efe. Este sesgo empieza ya en la escuela: con 15 años sólo el 4,2% de las adolescentes quiere dedicarse a alguna de las áreas STEM: ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas.

De acuerdo con la ONU, actualmente menos del 30% de los investigadores en todo el mundo son mujeres y, aunque más niñas asisten a la escuela que antes, ellas parecen perder el interés en las materias STEM a medida que llegan a la adolescencia. Para revertir esta situación, en 2015 la ONU ha proclamado el 11 de febrero como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, una iniciativa que insta a los países a promover la igualdad, fomentar las vocaciones científicas en las niñas y dar visibilidad a las mujeres en la ciencia.

¿Qué hace falta? Según el organismo, el reto es acabar con el mito de que a las niñas no les gusta la ciencia y con otros estereotipos de género, además de aumentar la inversión en la capacitación. Según un estudio de la Universidad Camilo José Cela (UCJC) basado en los datos del informe PISA 2015, desde pequeñas, las niñas sienten la presión social de la cultura machista y necesitan más autoconfianza para sentir que dominan las asignaturas de ciencias.

Otro estudio publicado en Science en 2018 afirma que hasta los 6 años las niñas se ven iguales que los niños pero a partir de esa edad empiezan a asociar brillantez con masculinidad, en la adolescencia su ansiedad aumenta, y para cuando llegan a la Universidad la falta de autoconfianza es un hecho.

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Para las que finalmente eligen dedicarse a la ciencia, ya sea en investigación o en docencia, el mundo laboral no es ni mucho menos fácil: es una carrera de obstáculos "en la que las mujeres tienen menos oportunidades", advierte la directora del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNIO), María Blasco.

"Hay estudios que muestran que para un puesto de trabajo que requiere experiencia en disciplinas STEM hay muchas más probabilidades de que, en igualdad de méritos, se contrate a un varón", explica a Efe la doctora en Bioquímica Ángela Nieto, una de las científicas más premiadas de España y más implicada con la lucha por la igualdad.

A esto hay que sumar la presión añadida que sienten las mujeres "que ven cómo la calidad de su trabajo, y más aún su competencia para desarrollarlo, está más sometida a escrutinio que las de sus colegas varones" y todo ello sin olvidar que el momento de promoción en la carrera profesional de una mujer suele coincidir con su etapa como madre. "Esto sí que es presión", subraya Nieto.

El resultado es una brecha vertical evidente: en España sólo hay un 18% de mujeres al frente de centros de investigación, y solo una, Rosa Menéndez -presidenta del Consejo Superior de Investigaciones Científicas-, dirige un Organismo Público de Investigación.

La situación se replica en la docencia: al frente de las 50 Universidades Públicas solo hay ocho rectoras, según la última encuesta bianual de igualdad del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.

"Celebrar la iniciativa es muy importante por muchas razones. La primera es constatar la menor participación de la mujer en ciencia y particularmente en las disciplinas STEM", asegura Nieto.

"El futuro del empleo puede no ser tan benigno con las mujeres como parece haberlo sido en el pasado reciente", asegura para EL PAÍS RETINA el recién designado secretario general de Economía, Manuel Alejandro Hidalgo. Primero, porque la actitud frente al cambio tecnológico es diferente por género; segundo, que la segregación en los estudios universitarios se mantiene, con evidentes consecuencias en futuras oportunidades de empleo en nuevos sectores y ocupaciones tecnológicas; y, en tercer lugar, que los nuevos empleos en modelos de economía colaborativa no parecen favorecer a las mujeres, sino más bien al contrario.

Programas

Desde el programa L'Oréal-UNESCO For Women in Science, la empresa de cosmética ha organizado un taller con empleadas que han estudiado STEM y que enseñarán a las niñas a fabricar su propio producto cosmético capilar, mientras que la Fundación Telefónica y el Ministerio de Industria Comercio y Turismo han organizado un encuentro para 80 niñas con diez referentes femeninos de la Inteligencia Artificial, la robótica y el Big Data.

El Instituto de Ciencias Matemáticas, por su parte, dedicará su taller interactivo a las mujeres premiadas pero sobre todo a todas las que injustamente fueron olvidadas por el Premio Nobel (599 premiados frente a 17 mujeres), mientras que el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) ha lanzado su propia campaña divulgativa en las redes.

Para contribuir a revertir esta situación, y que las niñas cuenten con referentes cercanos, nació hace cuatro años en Reino Unido Inspiring Girls. Esta asociación internacional ha creado un voluntariado para que mujeres con capacidades de liderazgo de distintos ámbitos profesionales impartan charlas de una hora en los colegios. “Siempre me ha parecido una gran iniciativa, porque durante años he impartido cursos de formación en habilidades directivas para mujeres, y, muchas veces, cuando te diriges a jóvenes ejecutivas ya llegas tarde”, explica Marta Pérez Dorao, directora de lnspiring Girls España.

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