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Cómo perder el miedo a hablar en público gracias a la realidad virtual

La startup española Chiara ha diseñado una serie de cursos de oratoria que ayudan al usuario a perder la vergüenza y le permiten analizar sus propios discursos para aprender de manera autodidacta

El elevator pitch es uno de los primeros conceptos que debe aprender un emprendedor. Se trata del discurso de presentación de su proyecto, que debe ser capaz de explicar de manera clara y concisa para potenciales clientes e inversores. Al fin y al cabo, una idea potente es tan importante como la manera en la que se expone y, para ello, se necesita cierta destreza para hablar en público, una habilidad que resulta imprescindible para los fundadores de nuevas empresas, pero que también es relevante para directivos de grandes multinacionales.

La startup española Chiara se ha propuesto ayudar a mejorar la oratoria de quien lo necesite a través de una serie de cursos de realidad virtual que utilizan la inteligencia artificial para analizar parámetros del discurso y otorgarle un feedback lo más completo posible.

En 2006, Soraya del Portillo fundó una consultora especializada en formación en habilidades sociales. Con el paso del tiempo, se dio cuenta de la dificultad que entrañaba medir la mejora de sus alumnos más allá de valoraciones subjetivas. “Ningún coach o formador tiene la capacidad objetiva de medir cómo un alumno ha hecho una presentación. Mi percepción siempre es distinta de la de otro formador”, explica. Por ello, en 2015, comenzó a trabajar en un proyecto para paliar este problema.

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Su idea consistía en crear una serie de escenarios para que, a través de la realidad virtual, los alumnos ensayaran sus presentaciones y entendieran sus progresos basándose en la información visual y auditiva recogida por su tecnología. Tras un año y medio de trabajo, consiguió conformar un equipo de profesionales que le ayudó a construir la plataforma que tenía en mente.

Y así nació Chiara, una plataforma en la que han colaborado cerca de 70 personas y que cuenta con más de 500 alumnos repartidos entre una treintena de clientes entre las que figuran grandes compañías como Endesa, Cepsa, BBVA y Vodafone. De momento, funciona en español, pero este mes pretenden lanzar una versión en inglés.

Salas de reuniones, comités de dirección, grandes auditorios… Las clases virtuales de oratoria cuentan con 24 escenarios diferentes en los que perder la vergüenza. Con ayuda del laboratorio de fonética de la Universidad de Barcelona, Chiara es capaz de analizar la velocidad de la voz mientras el alumno está practicando, así como su intensidad, los silencios y las coletillas que utiliza. Los algoritmos de la plataforma también analizan hacia dónde mira el alumno en cada momento, además de su ritmo discursivo, entonación, y claridad de la voz.

La evaluación que hace Chiara de cada discurso consta de los resultados de cada uno de estos parámetros, unos datos tan objetivos como pueden ser los decibelios empleados a lo largo de la presentación, con apuntes sobre el nivel recomendado de cada uno de ellos.

Y esto es solo el principio. “Cuando el alumno termina, le damos feedback cuantitativo, una puntuación en comunicación verbal, voz y contacto visual. Pero también le damos una valoración en la que se refleja nuestra experiencia en la mejora de las habilidades sociales”, añade Del Portillo.

Para ello, sus algoritmos hacen un análisis de las áreas en las que el alumno puede mejorar y le brindan un feedback cualitativo: un párrafo que le explica en qué cuestiones tiene que hacer hincapié (no mirar demasiado al suelo, hablar de manera más pausada...) sacado de una base de datos con más de 200.000 combinaciones de consejos diferentes. Todo a través de un proceso automatizado que no cuenta con intervención humana alguna.

Además, mediante tecnología de speech to text (transcripción automática de voz a texto), el orador tiene la posibilidad de comprobar cuánto se ha salido de su discurso inicial y si ha repetido demasiado algún término o expresión para evitar hacerlo la próxima vez.

Del Portillo está convencida de que su solución se centra en una de las principales áreas de mejora de cualquier profesional. “Nos cuesta hablar en público, es una de las fobias más marcadas”, opina. “Con Chiara, la gente puede entrenar en escenarios realistas sin que personas reales pierdan su tiempo en escuchar a profesionales que están practicando”.

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