Tres ‘startups’ que se iban a comer el mundo y naufragaron en 2018

Año nuevo, vida nueva. El trepidante carrusel que es el mundo de las startups nunca deja de rodar. Ni siquiera las que consiguen levantar cifras millonarias, algo al alcance de unas pocas elegidas, están a salvo de perecer antes de consolidarse como empresa. Repasamos a continuación algunas de las pérdidas más significativas durante 2018 del panorama emprendedor internacional.

• Theranos, los tests de sangre milagrosos

Llegó a estar valorada en 10.000 millones de dólares. Su fundadora, Elizabeth Holmes, iba a ser interpretada por Jennifer Lawrence en una película sobre la compañía levantada por quien a los 31 años era la milmillonaria (con fortuna no heredada) más joven del mundo. Pero todo se vino abajo a partir de 2015, cuando empezaron a aflorar críticas de especialistas sobre los métodos poco ortodoxos de la compañía.

Holmes fundó Theranos en 2003, a los 19 años. No tardó en ser conocida por contar con una revolucionaria tecnología que le permitía realizar análisis de sangre a partir de muestras significativamente menores que la competencia, lo que a su vez rebajaba los costes. Llegó a levantar más de 1.000 millones de dólares y a ser considerada como una de las startups médicas más prometedoras. En 2015, sin embargo, en un artículo de The Washington Post, profesionales médicos criticaron sus métodos, lo que llevó a la SEC (el regulador estadounidense) a abrir una investigación al año siguiente. Las conclusiones hablaban de “fraude masivo”: parece que el secreto de su tecnología era centrarse solo en análisis que requerían muy poca cantidad de sangre.

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• Rethink Robotics, el hermanastro de Roomba

Fundada en 2008 por Rod Brooks, cofundador de iRobot, y la investigadora del MIT Ann Whittaker, Rethink se convirtió en poco tiempo en una referencia en la robótica colaborativa y educacional. Pese a levantar casi 150 millones de dólares y a contar con algunas de las mentes más brillantes del área de la robótica, la compañía no consiguió la rentabilidad esperada. Una muestra más, aseguran en este artículo de TechCrunch, de que triunfar en el sector de la robótica es doblemente complicado.

• Airware, la prueba de que la industria de los drones es china

Esta startup de San Francisco desarrolló un software en la nube para ayudar a empresas de construcción o minería a inspeccionar sus instalaciones con drones. Incluso trató de fabricar sus propios aparatos, desafiando así al gigante de la industria, la china DJI. No sobrevivió al envite: pese a levantar más de 100 millones de dólares en sus apenas siete años de vida, incluyendo una alianza con Mitsubishi para desembarcar en Japón, la firma se vio obligada a cerrar alegando en un comunicado que “el mercado ha tardado más de lo esperado en madurar”.