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Emprendedores

“Podemos desarrollar compañías de la talla de Amazon fuera de EE UU”

El cofundador y CEO de Hopper, Frédéric Lalonde, está revolucionando el sector de los viajes con su web para predecir el mejor momento para comprar billetes. Está convencido de que las mejores ideas no tienen por qué cocinarse en el país de Google

Frédéric Lalonde, cofundador y CEO de Hopper.
Frédéric Lalonde, cofundador y CEO de Hopper.

El servicio es sencillo de explicar, aunque tardó años en su puesta a punto: un conejo te avisa en el móvil de cuál es el mejor momento para comprar un billete de avión al precio más abordable. Atina en el 95% de los casos. Hopper es una compañía con sede en Montreal que está revolucionando la forma de adquirir los viajes por aire. El animal de largas orejas es su símbolo y la aplicación que emplea ha superado los 30 millones de descargas entre usuarios de 120 países. “Creamos la empresa con la idea de ser un servicio del lado del cliente”, afirma a EL PAÍS RETINA Frédéric Lalonde, cofundador y consejero delegado de Hopper.

Navegar en la web para buscar el billete menos oneroso en fechas específicas es una actividad desgastante y, muchas veces, cargada de decepción. Es frecuente percatarnos de que hay una tarifa más barata en el mismo vuelo días después de haber ingresado en internet los números de la tarjeta de crédito. También la presión nos invade cuando recibimos una notificación que indica que solo quedan tres asientos disponibles y que, si cerramos la transacción en ese preciso momento, recibiremos un 10% de descuento. “Hay mucha opacidad en las compras de vuelos por internet. Las cifras no parecen lógicas en muchos casos. También hay que comprender que la urgencia se utiliza como estrategia de ventas. El modelo está enfocado en vender lo más rápido posible. Hacemos por lo tanto algo diferente al ponernos en los zapatos del cliente. Por ejemplo, el 75% de las notificaciones que enviamos te dirán que no compres aún el billete. No es una estrategia tradicional”, explica Lalonde, una de las personas que mejor conocen el mundo las ventas de viajes en línea.

Frédéric Lalonde nació hace 44 años en Valleyfield (una población a 65 kilómetros de Montreal), aunque pasó su infancia y adolescencia en la ciudad de Quebec, interesado ya en esos tiempos por la informática. Abandonó los estudios a los 19 años para dedicarse a crear sitios web. Después vivió un año en Los Ángeles por la misma razón. Tras largos periodos de trabajo, creó Newtrade, una plataforma para conectar sistemas de reserva de hoteles. Expedia la adquirió en 2002. Lalonde se percató posteriormente de que el gigante de los viajes en línea amortizó el monto de la transacción en apenas 12 días. “Fue una experiencia más. También me hizo pensar en la necesidad de defender el ecosistema de negocios web en Quebec y en Canadá. Podemos desarrollar compañías de la talla de Amazon fuera de Estados Unidos”, apunta.

Lalonde ocupó una vicepresidencia en Expedia de 2004 a 2006. Ahí conoció a Joost Ouwerkerk, un ingeniero especializado en gestión de productos. Ambos decidieron comenzar una nueva aventura empresarial: Hopper. La idea era crear una agencia de

viajes en línea con precios de billetes de avión y hoteles, acceso a servicios especializados y testimonios de turistas. Para ello recabaron millones de datos durante varios años y en 2013 abrieron su página web. Pocos meses después, el sitio alcanzó el millón de usuarios, pero no producía dinero. Un artículo del diario The New York Times subrayaba la calidad de Hopper para predecir los precios de los billetes de avión. “Antes de la aparición del artículo, habíamos dado por sentado que ya no había problemas por solucionar en la compra de billetes por internet. Nos dimos cuenta de que, a raíz del texto, las visitas aumentaron considerablemente para usar este servicio”, cuenta Lalonde.

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Ouwerkerk y Lalonde decidieron cerrar la página web para enfocarse en la predicción de precios. En 2015, lanzaron la aplicación de Hopper. Así, se concentrarían únicamente en dispositivos móviles. La tarea requirió la búsqueda de una fuerte inyección de dinero. Obtuvieron el respaldo de las firmas de capital de riesgo Accomplice y Omers Ventures. Más adelante, con el desarrollo de otros productos, Hopper lanzó una segunda ronda de financiación, logrando la colaboración del fondo de pensiones de los empleados municipales de Ontario y la sociedad de inversiones de Quebec, entre otras instituciones.

¿Cómo es capaz Hopper de predecir el precio de los billetes con tanto atino? Lalonde responde: “Estamos conectados con todos los servidores que albergan este tráfico. Pertenecen a compañías tecnológicas que la gente no conoce. Vamos a buscar esta información en tiempo real. También tenemos un banco de información de los precios de los billetes en los últimos cinco años. Contamos con la base de datos más grande del mundo en este tema. Con todo esto podemos saber si el precio actual es interesante o predecir cómo será más adelante”. Hopper emplea actualmente a 120 personas. Además de su sede en Montreal, tiene una oficina en Boston. Algunos expertos calculan que la compañía ha alcanzado un valor de 780 millones de dólares estadounidenses.

Hopper obtiene el 20% de sus ventas gracias a un sistema de inteligencia artificial que recomienda opciones no consideradas en un primero momento por el cliente. Por ejemplo, si una persona quiere ir por primera vez a Italia, es posible que desee llegar a Turín. Hopper se encarga de sugerirle que un vuelo a Milán le costará la mitad en las mismas fechas. Lalonde explica: “El algoritmo verifica búsquedas parecidas de otros clientes para identificar algo que pueda ser interesante: tomar un vuelo directo, llegar a un aeropuerto más cercano o hacer una escala más corta, entre otras cosas. Lo que es fascinante es que los usuarios son tres veces más susceptibles de comprar un vuelo recomendado por el algoritmo que el que buscaron primero. Suena lógico por la gran cantidad de información que puede comparar el mecanismo”.

Frédéric Lalonde denota entusiasmo al momento de abordar el futuro de la industria de los viajes a través de la tecnología. “Si la inteligencia artificial ya vence a los grandes maestros del ajedrez y conduce vehículos, es seguro que nos hará las sugerencias más interesantes para viajar. Va a existir un nivel de sofisticación enorme. Ya estamos viendo la capacidad del comercio predictivo con Amazon, Google y otros gigantes. A esto hay que añadir el uso cada vez mayor de los dispositivos móviles para adquirir productos. Por eso apostamos por lanzar Hopper únicamente para estos dispositivos. Hoy podemos comprar un paquete de baterías u organizar una boda solo con el teléfono”, afirma.

Hopper también desea posicionarse como un jugador de importancia en la reserva de habitaciones de hotel, tema que hoy representa apenas el 2% de sus actividades, pero el objetivo es que alcance el 50%. “Hemos desarrollado una tecnología que permite algo parecido a lo que hacemos con los billetes de avión. Estamos efectuando varias pruebas. Tenemos un inventario de hoteles en 25 ciudades, principalmente en Estados Unidos. Nuestra meta es que en el próximo año podamos ofrecer habitaciones en unos 100.000 hoteles por todo el mundo”, cuenta Lalonde.

Actualmente, la aplicación de Hopper está disponible únicamente en inglés. Sin embargo, Lalonde cuenta que las versiones en francés y español serán lanzadas a principios de 2019. El objetivo es seguir sumando usuarios fuera de Canadá y Estados Unidos (75% de su mercado al día de hoy). De hecho, en lo que va de 2018, las ventas de la compañía han aumentado un 100% en América Latina y un 135% en Europa (275% en España). Hopper y su conejo avanzan con paso firme en la boyante esfera de los servicios de viaje por internet.

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