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La nube es la nueva palanca para ganar en competitividad

Este habilitador tecnológico de la Industria 4.0 tan real que si queremos ser competitivos no nos queda otra que incorporar la Nube en nuestra estrategia de negocio

Viñetas del comic 'The private eye', escrito por Brian K. Vaughan y dibujado por Marcos Martín con la colorista Muntsa Vicente. La trama tiene lugar en 2076 tras la "explosión de la nube", un hecho que reveló los secretos de todo el mundo.
Viñetas del comic 'The private eye', escrito por Brian K. Vaughan y dibujado por Marcos Martín con la colorista Muntsa Vicente. La trama tiene lugar en 2076 tras la "explosión de la nube", un hecho que reveló los secretos de todo el mundo.

Cuando algo deja de estar dentro de las cuatro paredes de la empresa, la sensación de vértigo es inevitable por la percepción de pérdida de control. Y más aún cuando de lo que se trata es de migrar datos sensibles a la nube, un espacio que no podemos ver, tocar, manejar, que no sabemos ni siquiera dónde está y que muchos no terminan de comprender.

Y como sabemos, cuando uno no entiende algo, tiende a ignorarlo, como si no existiera. Pero este habilitador tecnológico de la Industria 4.0 es real, tan real que si queremos ser competitivos en el nuevo ecosistema digital no nos queda otra que incorporar el cloud en nuestra estrategia de negocio. No solo porque la necesidad de almacenamiento y procesamiento de datos se está disparando con la transformación digital, sino también porque supone una puerta de acceso a la innovación. Y ello, sin tener que afrontar enormes inversiones gracias a sus modelos de pago por uso.

Efectivamente, en esta plataforma no se compra capacidad o infraestructuras tecnológicas avanzadas que, quizás, solo necesitemos en periodos de elevada carga de trabajo o para realizar pruebas de algunos programas puntualmente. El modelo de suscripción permite que uno vaya haciendo uso de los servicios en función de sus necesidades y cambiando de software a software de forma automática, lo que es toda una disrupción en el modelo de negocio al no tener que desembolsar elevadas sumas de dinero para amortizar tecnologías, mantenerlas y actualizarlas.

El ahorro de costes, la mayor eficiencia y productividad que nos proporciona la nube hace que nuestras empresas sean más rentables. Sin duda, una ventaja competitiva que facilita a cualquier organización sea del tamaño que sea, innovar. Ya no hay excusas para no apostar por la I+D+i y en el caso de la industria, caminar así hacia la fabricación avanzada. Es más, si queremos hacer uso del big data, la inteligencia artificial, el machine learning o el internet de las cosas (IoT) no nos queda otra que estar en la nube, pues es la tecnología que las soporta.

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Los datos no dejan dudas sobre su proyección económica. Para 2021, el mercado mundial de Cloud crecerá cerca de un 60%, situándose en los 278.300 millones de dólares, según un informe de la consultora Gartner, siendo el de Software as a Service (SaaS) el segmento hacia el que las empresas están dedicando más recursos, ya que es la puerta de acceso a soluciones que conectan máquinas, procesos y plantas a través del dato y que ayudan a tomar mejores decisiones, de forma más rápida y en tiempo real. Y todo ello en un entorno de máxima seguridad.

Es esto precisamente lo que más preocupa: el miedo a guardar datos sensibles fuera de la empresa. Lo cierto es que las inversiones que hacen los proveedores de este servicio son ingentes. No en vano, ese es su core business. Sería irresponsable aseverar que su perímetro es infranqueable. En un mundo tan cambiante a nivel tecnológico los crackers y hackers siempre estarán al acecho y las brechas de seguridad continuarán surgiendo, pero es mucho más difícil un ataque en el cloud que el que podemos sufrir hoy en día en el entorno internet, donde diariamente se producen cientos sin que los percibamos ya que son frenados por los sistemas de seguridad. No siempre con éxito, como quedó demostrado con el ransomware que afectó a cientos de organizaciones en todo el mundo de primer nivel o el robo de datos que sufrió Facebook. Para ello, en la nube se utilizan barreras de codificación inversa, aislamiento de comunicaciones, cifrado de claves y autenticación de usuarios que hacen muy difícil llegar al dato.

Pero el cambio de paradigma no solo es tecnológico, también es cultural. La organización tiene que entender qué es el cloud y el potencial que tiene incorporándolo a la estrategia de la compañía. Ambos, tecnología y negocio deben ir en paralelo, y es esta nueva figura que surge de la transformación digital, el CIO (chief information officer), el encargado de liderar la transición de la mano del CEO y del resto del equipo directivo para favorecer el cambio de mentalidad y la apertura del negocio a este nuevo ecosistema que ofrece enormes ventajas operativas y oportunidades de negocio. Unas oportunidades que no debemos dejar escapar y que están al alcance de cualquiera, incluso en sectores muy establecidos como el de la industrial del metal, gracias al modelo colaborativo que promueve esta Cuarta Revolución Industrial.

Porque para subirse al tren de la digitalización hay que hacerlo de la mano de partners adecuados que acompañen a nuestra empresa en esta transformación. Es por ello crucial hacer una buena selección del socio con el que queremos caminar juntos hacia la Industria 4.0. De ello depende que consigamos optimizar procesos con tecnologías avanzadas para ser más eficientes y productivos con menores costes. En definitiva, ser competitivos en este desafiante mundo digital.

Alberto López de Biñaspre es CEO de Lantek

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