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Bruselas

“España está mucho mejor que Francia o Alemania en emprendimiento”

Carlos Moedas, comisario europeo para la ciencia, la investigación y la innovación, cree que el continente volverá a liderar la próxima ola de transformación digital

Carlos Moedas, comisario europeo para la ciencia, la investigación y la innovación.
Carlos Moedas, comisario europeo para la ciencia, la investigación y la innovación.

Su mente surfea ya la tercera ola con una tabla que busca superar el añejo apelativo de Viejo Continente. Carlos Moedas (Beja, 1970), comisario europeo para la ciencia, la investigación y la innovación, ve la extraordinaria oportunidad que se le presenta a Europa en una nueva etapa de la explotación digital que exigirá de diluir las fronteras entre el sector privado y público. España es punta de lanza en este futuro, pues, en palabras del comisario, es “campeona” en innovación y en la calidad de su ecosistema emprendedor.

Pero Europa también tiene sus sombras de incertidumbre, encarnadas en la certeza del Brexit, soft o hard, y en la herida sangrante del procés catalán, aún con las espadas en alto. Moedas cree que resolver estos conflictos es esencial para centrar los esfuerzos en la verdadera batalla: ser global. El comisario ha concedido esta entrevista en exclusiva a EL PAÍS RETINA para debatir sobre la innovación en el continente. Pasada, presente y futura.

P. Europa lideró la primera ola de Internet, tanto desde un punto de vista tecnológico como económico con empresas como Nokia. Sin embargo, se perdió la segunda ola, como usted reconocía recientemente en una entrevista a The Financial Times. ¿Por qué?
R. Este es un punto muy importante porque nos da mucha esperanza para el futuro. En la primera ola el riesgo era tecnológico, y los europeos somos muy buenos en este campo. Incluso hoy en día, en Estados Unidos la médula de toda la infraestructura de Internet y de Telefónica, sobre todo las grandes antenas, son europeas. Pero cuando ha llegado lo digital, lo numérico por encima de lo físico [software sobre hardware] no hemos sabido acompañar esta tendencia. La buena noticia es que pienso que en la tercera ola vamos a volver a liderar.
P. ¿Por qué?
R. Porque va a tener una dependencia de la ciencia pura, de base, para tecnologías como la inteligencia artificial, el blockchain o el Deep learning. Todo esto es volver a las ventajas de Europa. Esta tercera ola será un híbrido entre lo digital y lo físico. Y creo que nosotros tenemos este enlace entre lo digital y lo físico muy superior a otras regiones del mundo porque tenemos un conocimiento profundo de los cimientos, el núcleo de las disciplinas científicas que alimentan la tecnología y la ciencia. Esta es, para mí, una de las características de esta ola.

¿De qué me sirven mis leyes si son muy diferentes de mis vecinos? ¿Cómo les voy a vender mis productos?

¿De qué me sirven mis leyes si son muy diferentes de mis vecinos? ¿Cómo les voy a vender mis productos?
R. Este punto es uno de los que me cuestan cuando me enfrento con quienes quieren dividir Europa y poner fronteras, cuando precisamente lo que necesitamos es contener la fragmentación. Hoy, en el mundo digital, sin escala no haces nada. Necesitas tener unas políticas comunes a tu territorio, porque solo esto te permite tener velocidad y escala cuando tienes 500 millones de personas.

Tenemos que recordar que somos muy pequeños y que cada vez lo somos más. Alemania tiene el 1% de la población mundial. Europa, en su conjunto, el 7%. No hay que pensar en la soberanía en los viejos términos. ¿De qué me sirven mis leyes si son muy diferentes de mis vecinos? ¿Cómo les voy a vender mis productos? Estas preguntas son las importantes y son el valor añadido de la Unión Europea.

P. Reino Unido lideraba el corazón emprendedor de la Unión Europea. Pero, con su salida, ese liderazgo se va a sustituir. ¿Necesitamos centralizarlo en una sola ciudad que sea el adalid de esta innovación? ¿O conviene más tener muchos 'Silicon Valleys' que amplíen este espíritu?
R. Europa no puede replicar el modelo de un único Silicon Valley. Hacerlo sería estúpido, porque: ¿cuál es la gran ventaja de Europa? La diversidad de sus países. Esta diversidad te da una amplitud mundial porque puedes abordar los problemas pensando de maneras muy diferentes. Veo mucho más una red de Silicon Valleys, en diferentes sectores y con su peculiar valor añadido en diversas ciudades de Europa.
Para tener mayor productividad no basta innovar más, también hay que difundir esa innovación al mayor número de negocios posible

Lisboa, Madrid, París, Berlín, Londres, Copenhague y otras ya están creando estos centros. Lo veo mucho más por aquí que esa idea peregrina de imitar a Estados Unidos y tener solo uno. Si lees a pensadores como Steve Case, una de las características de Estados Unidos es que Silicon Valley los está limitando. En un mundo tan conectado, no necesitas solo un Silicon Valley, sino más ciudades y un impacto mayor en el tejido que conecta las provincias y las capitales. En Europa podemos tener esa visión de conjunto.

P. Las SMES, las pymes, son sin duda el motor de la economía mundial. Sin embargo, muchos informes apuntan a que están muy ralentizadas en la adopción de los nuevos paradigmas tecnológicos. ¿Planea atacar este problema?
R. Este es el gran reto. El digital está muy circunscrito a dos sectores: la industria de los medios de comunicación y las industrias tecnológicas. Pero el gran salto es cómo conectamos y digitalizamos no solo a otros sectores, como la salud o la educación, si no también a las empresas más pequeñas. Para tener mayor productividad no basta innovar más, también hay que difundir esa innovación al mayor número de negocios posible. Los números de la OCDE reflejan que la productividad en las grandes empresas ha crecido un montón, del orden del 5% anual en servicios y del 3% en industrias.

Sin embargo, si miramos a las pymes, su crecimiento está estancado. Tenemos que crear una manera de difundir la información entre todas las empresas europeas que están trabajando e innovando; y es totalmente posible hacerlo valiéndonos del big data. Así puedes trabajar sobre los errores ajenos para tratar de llegar a esa nueva revolución.

P. Esto marca una diferencia fundamental entre el modelo económico del siglo XX y el que parecerá que se impondrá en el XXI.
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R. Hace 20 años, un emprendedor inventaba su revolución y lo llevaba él mismo a los usuarios. Hoy en día, en un mundo abierto ya no es así. Cuando el mundo es abierto, destacas si te abres más que los demás. Pero, a la vez, ese ser abiertos obliga a tener mecanismos de calidad mucho más exigentes. A alguien que plagia hoy en día hay que castigarlo aún con mayor dureza que antes. Un mundo abierto implica ser más responsable. Y esta exigencia no la vamos a llevar solo a las empresas, sino también a las universidades e investigadores. En cualquier caso, yo creo que este es un hito que solo existe en Europa, lograr convencer a tantos países de que abran todos sus datos para una innovación colectiva.
P. Esto, bien llevado, podría ser la gran ventaja competitiva de Europa.
R. Absolutamente. Hoy, hablas con empresas por ejemplo del sector farmacéutico. Es un sector originariamente muy cerrado, donde se intentaba evitar de cualquier modo la filtración de tus datos a empresas rivales. Pero hoy las empresas te dicen que el 80% de la innovación viene de compartir datos con la competencia. Ya no estamos en un mundo de suma cero. Que uno pierda, ya no significa que el otro gane. Si los dos ganamos, uno siempre ganará algo más que el otro, pero los dos, repito, ganamos en el intercambio. Las ideas, las protegemos. Pero la información la hay que intercambiar.
P. Usted ha defendido que Europa debe centrar el tiro en esta tercera ola en el Internet de las cosas (IoT). ¿Qué otros sectores cree que son adecuados?
España ha conseguido tener entre sus emprendedores gente de altísima calidad
R. Yo nos veo por ejemplo liderando las energías limpias. Más del 40% de las patentes mundiales de energías renovables son europeas. Somos líderes y estamos creando empleo. Pero tenemos que ser claros en qué queremos hacer. Creo también que el sector de la alimentación nos favorece. He estado en Madrid hace poco lanzando un proyecto europeo de 500 millones de euros precisamente relacionado con la alimentación y el agua. Cada vez tenemos menos agua por habitante, porque la población está subiendo. Hay que reinventar maneras diferentes de desalar el agua del mar. La respuesta a este problema solo será tecnológica. En general, veo nuestra veta en aquellos problemas de ingeniería pura, donde somos muy buenos, conectados con la dimensión digital. Pero, si tuviera que elegir una, aparte del IoT, son las energías limpias.
P. ¿Qué ha pasado para que España y Portugal para que esté destacando tanto en innovación?
R. Es muy interesante. Yo pienso que refleja la gran libertad del mundo digital. Hoy en día puedes crear la mejor empresa del mundo desde el lugar menos conocido. Siempre pongo el ejemplo de Zara, vuestra gran empresa mundial del textil que tiene su origen en un pequeño pueblo gallego. La geografía que, antes, era muy decisiva, ahora ya no cuenta. Lo que cuenta es si estás conectado. Cuando esto es así, la gente se interesa por países que tienen una calidad de vida extraordinaria, como sucede en España o Portugal. Con la conectividad, te da igual vivir en España que en Silicon Valley.

También han cambiado mucho las mentalidades de los jóvenes. De talentos que querían poner sus habilidades al servicio de una gran empresa a una generación que quiere crear su propio empleo. Y esta generación se ha encontrado con la perfecta matriz para desplegar su revolución: lo digital.

P. España destaca como beneficiaria de las ayudas a pymes de su programa. ¿Por qué?
R. España, en términos globales, es el cuarto país de nuestro programa. Estamos hablando de un campeón. Pero, además ha conseguido tener entre sus emprendedores gente de altísima calidad. Cuando estás en diferentes actividades en el ecosistema emprendedor español te das cuenta de que lo que pasa por ejemplo en Madrid es muy único. Extraordinario. Es ya un foco mundial.

Estamos muy contentos, pero no sabemos cuál es el secreto. No tenemos datos que lo expliquen. España está mucho mejor que Francia o Alemania en emprendimiento. Ayuda que las empresas españolas están centradas en exportar al mundo, en abrir nuevos mercados. España está muy bien posicionada.

P. ¿Puede complicar el procés estas buenas noticias?
R. Todo lo que es incertidumbre siempre complica las cosas. España lo está intentando solucionar. Para Europa, es importante que todo continúe dentro de las soluciones dialogadas. Tenemos esperanza que todo se solucione. Es muy importante para España. Y es importantísimo para Europa.

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