No deberías separar el trabajo de tu vida personal
Un estudio asegura que cambiar del modo trabajo al modo familia consume unos recursos que afectan al rendimiento laboral y a la satisfacción personal
Después de eones escuchando que la clave para reducir estrés está en no llevarse el trabajo a casa, llega un estudio que concluye todo lo contrario. Los responsables de la investigación, publicada en la revista Human Relations, analizaron las transiciones cognitivas, es decir, los procesos mentales que suceden cuando pasas del modo trabajo al modo familia. Encontraron que esas transiciones consumen unos recursos que afectan al rendimiento laboral y a la satisfacción personal y sugieren que integrar las dos facetas en lugar de segmentarlas —como facilitar el teletrabajo— puede ser una estrategia mejor a largo plazo. Sin embargo, la postura más aceptada sigue defendiendo la necesidad de desconectar lo máximo posible para reducir el estrés.
Las distinciones estrictas entre los roles como empleado y los roles en el hogar pueden estar contribuyendo al estrés. Esa es la piedra angular de la que parten los defensores de esta teoría. Para entenderlo, la "transición de rol cognitivo" juega un papel crucial. Según los investigadores, este proceso sucede cuando estás en modo trabajo, pero tienes pensamientos relacionados con tu familia y tienes que cambiar de rol. A menudo, estos cambios son fáciles y efímeros —como recordar el cumpleaños de tu padre cuando estás en mitad de una fiesta—, pero cuanto más alejados y distintos sean los roles, más grande es la transición y más recursos cognitivos exige. Acercarlos podría reducir el agotamiento de cambiar de modo constantemente y ayudarnos a controlarlos mejor.
Debido a que estas transiciones cognitivas requieren esfuerzo, el mejor consejo sobre el equilibrio entre trabajo y vida personal era hasta ahora crear límites más rígidos entre ambos. Para tratar de controlar el estrés, muchos de nosotros tratamos de establecer reglas estrictas sobre cuándo y dónde comprobar el correo electrónico del corporativo y utilizar nuestros móviles, y con qué frecuencia podemos o no traer tareas laborales a casa.
Durante la investigación, los expertos descubrieron que las personas con límites más borrosos entre el hogar y el trabajo experimentaban más transiciones de roles cognitivos, pero que también se cansaban menos. Sin embargo, cuando intentaban mantener los dos ámbitos separados les costaba más y perjudicaba su rendimiento. "Cambiar de tarea más a menudo hizo posible que los empleados pudieran desarrollar estrategias para la transición entre los dos papeles más eficientemente", se lee en el estudio. "Podría ser mejor permitir que los empleados trabajen desde casa o tengan permisos flexibles para cuestiones personales urgentes en lugar de establecer políticas que establezcan límites estrictos e inflexibles, que les obligarían a hacer malabares".
¿Cómo no delimitar sin tener la sensación de pasarte todo el día trabajando? That's the point. La idea de los investigadores no es estar siempre pendiente de tus tareas, sino encontrar la mejor forma de compaginarlas con las cuestiones personales. Que si te tienes que ir a mediodía a atender un asunto familiar no suponga un problema y que si necesitas acabar en casa, tampoco. Abogan por los programas de trabajo flexible, que han demostrado que aumentan la productividad en algunas empresas.
Estar hiperconectados hace cada vez más difícil separar los distintos ámbitos de la vida. Salir de la oficina ya no significa necesariamente haber terminado de trabajar. Este estudio sugiere que quizás deberíamos adaptarnos a estos cambios en lugar de luchar contra lo que está pasando. Jeroen Sangers, consultor especializado en mejorar el rendimiento de personas, equipos y organizaciones, está de acuerdo y asegura que "en lugar de buscar la separación deberíamos encontrar el equilibrio y aprender a distribuir nuestra atención de forma dinámica según las necesidades de cada momento".
"Tío, relájate. Solo relájate".
Un estudio de la Escuela de Negocios de Columbia y la Escuela de Negocios Ross de la Universidad de Michigan ya muestra los beneficios de jugar con los límites borrosos a nuestro favor. La mayoría de las personas utiliza el tiempo de camino al trabajo para leer, escuchar música o distraerse con el móvil: son quienes separan vida personal de vida laboral. Pero hay otras, que tienen niveles más altos de autocontrol, que utilizan su tiempo en el transporte de manera diferente: piensan en el día que les espera, en cuáles son sus objetivos y lo que tienen que hacer al llegar. Podría entenderse que ellos difuminan los límites, que ya han empezado a trabajar incluso antes de llegar a la oficina. Pero lo cierto es que, según la investigación, eso les ayuda a hacer la transición de lleno a una mentalidad más productiva y aumenta la concentración. Los investigadores aseguran que las personas que utilizan estas técnicas de integración están más satisfechas con su trabajo. "Este es un comportamiento que puede ser aprendido y adoptado por los empleados", escriben.
Estas teorías suponen un giro de la trama en la investigación que se ha desarrollado hasta la fecha, que señala la importancia de mantener delimitados los dos ámbitos para poder desconectar de las obligaciones laborales cuando estamos en nuestro tiempo libre. La teoría generalizada apunta a que no poder desconectar genera una sensación de carga constante, estrés, conflictos laborales o aumenta el número de bajas.
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