Así piensan los equipos que más rápido resuelven los problemas
La clave está en la diversidad cognitiva: cuanto más alta, más eficientes, aunque sean de la misma etnia, género y edad
La tendencia dentro de las empresas es que los equipos de trabajo sean cada vez más diversos en cuanto a género, edad y etnia. Sin embargo, muchas investigaciones llaman la atención sobre otro tipo de disparidad que pasa más desapercibida y que ha demostrado ser crucial en la eficiencia de los equipos: la diversidad cognitiva, que es básicamente la perspectiva que adoptamos ante un problema y la forma en que procesamos la información y razonamos. El estudio más reciente se ha llevado a cabo durante los últimos 12 años y concluye que, cuando un equipo está formado por personas que piensan de forma divergente, resuelve los problemas más rápido.
Alison Reynolds y David Lewis, los responsables del estudio publicado en el portal Harvard Business Review, propusieron a decenas de grupos una tarea que consistía en diseñar una estrategia para conseguir un objetivo a contrarreloj. Su teoría era que cuanto más diversos fueran los equipos en cuanto a etnia, género y edad, más creativos y productivos serían. La sorpresa fue que al ver los resultados descubrieron que algunos grupos lo hacían muy muy bien y otros muy muy mal. Y esto no tenía ningún sentido.
Casi por descarte, optaron por tomar un camino distinto que les llevó a plantearse qué papel estaba jugando en todo esto la diversidad cognitiva. El equipo de Reynolds y Lewis no es el primero en recorrer este camino. Ya en 2008, una investigación de Gonzalo Sánchez Gardey para la Universidad de Cádiz se plantea si todos los tipos de diversidad influyen del mismo modo en la resolución de problemas. En ese caso, Sánchez ya encontró que las diferencias entre los miembros de un grupo en cuanto a sus esquemas mentales provoca mejoras en aspectos como la toma de decisiones, la eficiencia de las soluciones y la creatividad.
Nuestros amigos Reynolds y Lewis afinaron un poco más y se centraron concretamente en cómo pensamos e interactuamos cuando nos enfrentamos a situaciones nuevas, poco predecibles y complicadas. Encontraron que cuanto más diversos eran los equipos, era más probable era que resolvieran la tarea dentro del tiempo.
En una ocasión, propusieron su tarea al equipo de I+D de una startup de biotecnología, diverso en etnia, género y edad pero homogéneo en su forma de pensar. Resultado: fracaso absoluto. Eran científicos doctorandos, cerebritos pero con unos esquemas mentales muy parecidos: no tenían la versatilidad suficiente para resolver la tarea, de hecho ni siquiera llegaron a completarla. Sin embargo, hicieron la misma prueba con hermanos del mismo sexo, generación y nivel de estudios que demostraron tener formas de pensar distintas y resolvieron la tarea con la que no pudieron los científicos.
"Intuitivamente, estos resultados tienen sentido", explica Alison Reynolds. "Abordar nuevas tareas requiere un balance entre aplicar lo que sabemos y descubrir que también hay cosas que aún desconocemos y que pueden ser útiles". También requiere la capacidad de aplicar conocimientos individuales y de dar un paso atrás y mirar la situación desde un punto de vista más amplio. Los esquemas mentales se establecen en la niñez y, aunque están relacionados, son independientes de la educación, la cultura y el estatus social.
¿Cómo promover la diversidad cognitiva en las empresas?
Todos tendemos a rodearnos de personas que piensan de forma parecida a nosotros, que tienen los mismos gustos u opiniones parecidas. Y eso se nota incluso en la gente a la que seguimos en Twitter. Hasta hace no mucho, poner a trabajar juntas a personas que tienen formas distintas de procesar la información podía verse como un riesgo, ya que podía llevar a conflictos innecesarios que entorpecerían y restarían capacidad de respuesta al grupo. Sin embargo, Gonzalo Sánchez explica que "aunque es cierto que la igualdad de planteamientos garantiza unos niveles mínimos de eficiencia en la toma de decisiones, desaprovecha otros beneficios que pueden resultar mucho más interesantes".
La falta de diversidad reduce la capacidad de ver las cosas de forma diferente, interactuar de distintas maneras o crear opciones nuevas. Para superar estos desafíos, las empresas deben asegurarse de que sus procesos de selección identifican las diferencias cognitivas a la hora de reclutar a sus empleados. "Cuando te enfrentes a una situación compleja e incierta y todo el mundo esté de acuerdo en qué hacer, busca a alguien que disienta y tenlo en cuenta", explica David Lewis. También anima a las empresas a que "alienten a los empleados a que se revelen y desplieguen su forma distinta de pensar".
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