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La gran fábrica de ‘startups’ de Latinoamérica

Al noroeste de la Ciudad de México, en una colonia humilde de casas bajas maltratadas por el paso del tiempo, emerge un símbolo y motor del cambio social en este país: Startup México (SUM).

Es mucho más que una aceleradora o incubadora de empresas, se trata de un campus de emprendimiento que busca fomentar la colaboración y ejercer como puente de innovación entre Latinoamérica y Estados Unidos. El proyecto se inició en julio de 2014 como iniciativa de Marcos Dantus, fundador y CEO de Startup México y Guillermo Garza, director de operaciones de SUM.  El Instituto Nacional del Emprendedor (INADEM) y la Secretaría de Desarrollo Económico de la Ciudad de México (SEDECO) facilitaron el apoyo financiero.  Desde entonces, más de 4.500 ideas de negocio han pasado por aquí y se han creado 130 empresas de alto impacto. Además, esperan abrir otros tres campus en México este año y uno en Estados Unidos, en Austin, Texas.

Una vez allí, nada parece indicar que tras esa vieja fachada de ladrillo se encuentre un centro de talento y generación de ideas. Dentro, llega la sorpresa: un gran espacio diáfano de más de 3.500 metros cuadrados y dos plantas, con colores cálidos y envolventes. Se respira un ambiente creativo y relajado. Varios emprendedores trabajan frente a sus ordenadores portátiles; otros caminan por el pasillo, teléfono en mano, tratando de cerrar una cita con un cliente; hay quienes intercambian ideas y anécdotas en la cafetería; y otros prefieren darse un respiro en las hamacas de “la playa”, un paradisíaco espacio de arena artificial con el mar de fondo pintado en la pared (tiburón incluido).

Existen otras “sorpresas” como un espacio con mesa de ping pong, futbolín y billar o el minigolf que recorre el espacio de coworking. También una enorme azotea con un huerto urbano que forma parte de uno de los proyectos que fueron incubados: ISLA. “Vendemos ensaladas del huerto y sándwiches dentro de SUM. Todo nuestro producto se consume aquí adentro, es cultivo orgánico. También damos talleres basados en tecnología y autosuficiencia”, indica Daniel Fernández de Córdoba, creador de esta iniciativa junto a Victoria Asch y cofundador de la exitosa startup de wearable technology Machina.

La segunda planta está destinada a las empresas incubadas, un área con capacidad para alrededor de 60 personas (tres por proyecto). “Todos los espacios son pintables para que plasmen sus ideas al momento. Hay quien incluso aprovecha para hacerse publicidad y garabatea sus datos de contacto”, comenta Laura Curiel, directora de Innovación y Educación de SUM, quien explica que ya son cinco las generaciones de startups incubadas en el campus de la Ciudad de México, a las que se suman dos más en el campus de Mérida y otra en el de León.

Actualmente ocupan esta planta 20 empresas latinoamericanas procedentes de Colombia, Argentina, Chile, Venezuela, Uruguay y Brasil, las cuales forman parte del primer programa de aceleración del centro, dirigido a empresas que ya cuentan con una cierta solidez y volumen de ventas, a diferencia de las incubadas que aún trabajan en el desarrollo de la idea o proyecto. “México es un país muy grande, aquí encuentran un potencial enorme para el crecimiento de su mercado y la oportunidad de dar el salto a Estados Unidos”, afirma Curiel.

De hecho, el objetivo principal de SUM es incubar y acelerar empresas en México, Centroamérica y Sudamérica para después promover a las mejores en Estados Unidos. “La idea es tener varios campus conectados a través de diversos países para generar casos de éxito internacionales”, subraya Dantus.

“Mi motivación principal era ayudar a México en una etapa que considero histórica: la evolución de una economía basada en la eficiencia, en la maquila y la manufactura a otra basada en la innovación y el conocimiento, que es lo que separa a los países tercermundistas de los desarrollados”, afirma Dantus, quien también ejerce como profesor de Emprendimiento e Innovación en el Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas (IPADE Business School), la escuela de negocios de la Universidad Panamericana.

Por medio de un programa integral que incluye capacitación en negocios; asesoría legal; contabilidad; acceso a una red de más de cien mentores y a fondos de inversión;  oficinas de transferencia tecnológica; y oportunidades de internacionalización a través de acuerdos con aceleradoras de todo el mundo, SUM ha generado startups con un alto potencial como es el caso de LentesPlus, Hoop, Nexu, Delta Signals y Everbots.

“Llegamos a Startup México como idea. En su proceso de incubación recibimos capacitación de expertos en las diferentes áreas de un negocio: desde qué considerar en nuestro sitio web, cómo manejar las finanzas e impuestos, hasta cómo presentarnos ante un posible cliente. Lo más valioso para nosotros de esta colaboración ha sido tener a la mano al ecosistema emprendedor más grande que hayamos visto. Gracias a SUM hemos conocido a nuestros mentores e inversores, que nos han apoyado con capital semilla para trabajar con nuestros primeros clientes”, afirma Alfredo Sánchez, fundador de Everbots.

Para Enrique Jacob Rocha, presidente del Instituto Nacional del Emprendedor (INADEM), estos casos de éxito son un claro ejemplo de que el país se encuentra en una etapa de transformación: “Antes cuando se hablaba de México era para referirse a su riqueza gastronómica, su historia, su arquitectura, sus playas, su tequila o su mariachi. Hoy se habla de desarrollo de software, drones, robótica, dispositivos de alta tecnología, diseño automotriz y avances en la industria aeroespacial”.

Sin embargo, para que este dinamismo emprendedor se mantenga y sea fructífero, el titular del INADEM considera primordial que a la par se impulse la incorporación de niveles más altos de innovación en los proyectos y que estos cuenten con visión global, “lo que permitirá favorecer la escalabilidad de los modelos de negocio, formar comunidades de emprendimiento y ser mucho más interesantes para el fondeo privado”.

SUM ya ha hecho sonar la campana al menos 20 veces, la que tocan desde el segundo piso del campus cada vez que una startup logra levantar capital. El promedio de fondeo en una primera ronda oscila entre quinientos mil y un millón de pesos (de 26.300 a 52.600 euros aproximadamente). “Somos una fábrica de empresas, un lugar donde se potencializa el éxito”, agrega Marcus Dantus.

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