Los Reyes sellarán en Cuba la normalización de las relaciones bilaterales
La primera visita de Estado a Cuba de unos monarcas de España
La primera visita de Estado a Cuba de unos Reyes de España es ya una realidad. Han tenido que pasar 500 años de la fundación de La Habana y varios presidentes por La Moncloa para ese viaje, que parecía gafado. En varias ocasiones fue programado —y hasta anunciado— y después pospuesto: nunca el Gobierno español consideró que el momento era “adecuado”. Felipe VI y doña Letizia desembarcaron ayer en La Habana, tras las inciertas elecciones en España, para sellar la normalización plena de unas relaciones históricas, y complejas, con Cuba.
Cuba era el único país de América Latina que los Reyes no habían visitado oficialmente —en 1999, el viaje de Juan Carlos I y Doña Sofía se produjo en el marco de una cumbre presidencial latinoamericana—. Poner fin a esta anomalía no ha sido cosa fácil, como tampoco lo son las circunstancias en que hoy se produce la visita: en medio del recrudecimiento del embargo norteamericano contra Cuba y cuando la aplicación de la ley Helms-Burton, que permite interponer demandas ante tribunales estadounidenses contra empresas extranjeras que supuestamente “trafican” con bienes expropiados en la isla, afecta a varias compañías españolas, como la cadena hotelera Meliá o Air Europa.
En este contexto, el Rey sostendrá mañana un almuerzo con representantes de varias empresas españolas, entre ellas Meliá, en una clara muestra de respaldo a los intereses españoles en la isla. El hecho de que los Reyes se hospeden en el Iberostar Grand Packard, uno de los hoteles incluidos en la lista negra de Washington, es otro símbolo más de este apoyo institucional.
Las actividades oficiales comienzan hoy con un encuentro entre el Rey y el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, en el Palacio de la Revolución, donde se llevarán a cabo las conversaciones oficiales y se firmará un Acuerdo Marco entre Cuba y España que guiará la cooperación y los intercambios culturales en los próximos años.
Mientras ese encuentro tiene lugar, doña Letizia visitará la Escuela Taller de Restauración Gaspar Melchor de Jovellanos —fundada con apoyo de la cooperación española— y después los monarcas realizarán juntos un pequeño paseo privado por La Habana Vieja, donde almorzarán solos en un paladar (restaurante privado), como hicieron Barack y Michelle Obama durante su viaje a la isla en 2016. Por la tarde inaugurarán una exposición de la Agencia Efe, disfrutarán en el Gran Teatro Alicia Alonso de una gala de danza y asistirán a una cena ofrecida por Díaz-Canel a la delegación española.
Mañana será el paseo por La Habana Vieja en compañía del Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal, artífice de la restauración del centro histórico, quien será condecorado con la Orden Carlos III en el Palacio de los Capitanes Generales. Por la noche, después de haberse reunido con la colonia española y con representantes de la sociedad civil cubana, y de asistir a la presentación del libro 500 años de La Habana, con ilustraciones de Javier Mariscal, los Reyes ofrecerán una cena para más de cien invitados a la que asistirá el presidente cubano.
Solo en esta ocasión y en la recepción a la colectividad española están previstos discursos de Felipe VI, que el jueves asistirá en el Museo de Bellas Artes a la exhibición del cuadro Autorretrato de Goya, prestado durante un mes por el Museo del Prado. Esa tarde, en Santiago de Cuba, rendirá tributo en el Castillo de San Pedro de la Roca y la loma de San Juan al Almirante Cervera y los soldados españoles caídos en 1898. Con este acto concluirá esta visita de alto contenido simbólico que, insiste La Moncloa, no es de apoyo al Gobierno cubano sino una cuestión de Estado para España.
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