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¿La participación predice algo? ¿A qué hora ya no se mueve nada? Diez claves para seguir el escrutinio

Algunos datos a tener en cuenta para no perderse antes, durante y después de que haya cifras oficiales

1. Hay muchos escaños en juego

A menudo se habla del “último escaño en juego” en cada provincia, como si fuese uno solo, pero la realidad es que hay muchos en el aire. Nuestro modelo de predicción dice que de los 350 escaños que se deciden esta noche, al menos 110 están “en juego”, otros 140 tienen un ganador “probable” y 153 irán a un partido conocido casi con seguridad.

En Girona o Segovia, por ejemplo, la mitad de los escaños están en juego. En este gráfico puede consultar el detalle de cada provincia.

2. Hay 153 personas que ya son diputados casi seguro

A partir de la estimación anterior, 153 escaños ya tienen nombre y apellido. Son los diputados que salen en la tabla a continuación. El modelo cree que tienen un 99% de probabilidades de ser diputados. Puede fallar, pero en el pasado ha sido bastante preciso.

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En abril los 156 que dimos por seguros se cumplieron. También dimos otros 127 escaños “probables” y acertamos con el 91%. Señalamos 105 escaños “en juego” y efectivamente parece que estaban en juego: el 48% se cumplieron y el 52% no. En las elecciones catalanas de diciembre de 2017, acertamos los 70 escaños “seguros” y el 87% de los 47 que dábamos como “probables”. La estimación también estuvo bien en las elecciones gallegas y vascas de 2016. En las últimas andaluzas los sondeos estuvieron peor y nuestro modelo también: Vox tenía cuatro escaños “en juego” y acabó con 12. Aún así, se cumplieron el 81% de los escaños “probables” (entre 75% y 99% según el modelo) y acertamos los 63 escaños que habíamos dado por seguros en las ocho provincias andaluzas.

3. Las encuestas de abril lo hicieron mejor que la media

En España las encuestas se desvían unos dos puntos de media con cada partido. Y es normal que el error supere los tres puntos con alguna formación (como pasó en las generales de 2011, 2015 y 2016, sin ir más lejos). Conocemos el dato porque para calibrar nuestro modelo hemos construido una base de datos con todas las elecciones en España desde 1986 y sus respectivas encuestas. El error absoluto medio (MAE) ha rondado los 1,9 puntos por partido. Eso significa que fueron habituales desviaciones de tres o cuatro puntos y que el margen de error (al 95%) se acerca a los siete puntos para partidos alrededor del 30% de votos.

Esos errores, perfectamente previsibles, hacen imprevisible el resultado del domingo. Si quieres ver algunas de las posibles sorpresas, las puedes leer aquí.

En las elecciones del 28-A, las encuestas lo hicieron mejor que la media. El error absoluto medio de nuestro promedio (que agrupa todos los sondeos) fue de 1,4 puntos por partido. La mayor desviación fue con el PP, pero con el resto de partidos fue inferior a 1,5 puntos.

Eso sí: es probable que las encuestas este 10-N lo hagan peor. Es razonable pensarlo por simple regresión a la media. Las encuestas de abril fueron de las más precisas que se recuerdan en España y lo habitual es que a un resultado excepcional le siga uno normal.

4. Los avances de participación predicen poco

Durante este domingo se darán tres cifras de participación. Sabremos cuánta gente habrá ido a votar hasta las 14:00 y cuánta hasta las 18:00. Habrá dato definitivo solo una vez se cierren los colegios. Estos pueden dar pistas sobre lo que ocurrirá, pero a menudo nos conducen a errores y es mejor interpretarlos con prudencia.

Lo primero a tener en cuenta es que el primer avance de participación no es muy predictivo de la participación final. En 2016 el primer avance de participación era parecido al de 2015, aunque al final acabó votando bastante menos gente. En las últimas elecciones la participación fue casi de récord en el primer avance y al final le superaron otras cuatro elecciones. En esta variabilidad influyen seguramente factores como la meteorología, las fechas o el horario de verano o invierno.

5. La participación final indica algo, pero no por sí sola

Se suele decir que una alta participación favorece a la izquierda. Y es verdad que sus mejores resultados han coincidido con jornadas de mucha movilización, pero no es una norma en la que creer ciegamente. En las últimas elecciones, por ejemplo, la participación fue superior a la media y el PSOE fue el partido ganador, pero los bloques de izquierda y derecha prácticamente empataron. En la repetición electoral de junio de 2016 sí se cumplió esta hipótesis, la participación cayó al 69% y el bloque de derechas (PP y Ciudadanos más la ultraderecha de Vox) subió más de tres puntos.

Sabemos por la encuesta poselectoral del CIS que en las últimas elecciones los abstencionistas se ubicaron más a la izquierda y esto podría sugerir que hoy también podría darse esta situación, pero no es tan sencillo. Como explican en un artículo de 2010 Ignacio Lago y José Ramón Montero, hay que tener en cuenta también qué partido gobierna y cuáles son las opciones. Al PSOE le suele venir bien una participación alta, tanto si está en el Gobierno como si no. El PP en cambio suele sufrir la participación alta si está gobernando.

Y hay otra clave para ser cautos cuando analizamos los cambios de participación: las encuestas podrían haberlos anticipado ya. Esto es confuso pero importante. Por ejemplo, si se observa un descenso de la participación en las provincias con más voto de derechas, podríamos sentirnos tentados de predecir un resultado peor para la derecha del que dicen los sondeos. Pero ese ajuste solo tendría sentido si esa desmovilización de las provincias más de derechas no había sido ya capturada por los sondeos. Si ya lo tenían en cuenta, en cambio, no habría que ajustar de ninguna forma su predicción. Por eso los avances de participación son muy útiles para quienes hacen las encuestas de la noche electoral, pero no tanto para los demás.

6. Si llueve vota menos gente

Los dos días electorales con mayor afluencia en España (1982 y 1996) fueron totalmente opuestos: como nos recuerda la Aemet, en el primero hizo un tiempo estable y anticiclónico; en el segundo, frío y viento. Aún así, salir de casa para votar un día lluvioso cuesta más.

El profesor de la UCM Joaquín Artés ha analizado la relación entre la lluvia y la participación electoral en todas las elecciones municipales en España. Su conclusión es que la participación electoral es medio punto porcentual más baja en los municipios donde la jornada electoral es lluviosa. Un análisis parecido en los Países Bajos llegó a concluir que por cada 25mm de lluvia en día electoral, la participación baja un punto; más o menos lo mismo que se ha observado en Estados Unidos.

7. Los sondeos de la noche electoral

Cuando los colegios electorales cierren sus puertas a las 20:00 se publicarán los primeros números verdaderamente útiles: los sondeos más recientes. Habrá seguro una encuesta de GAD3 para Radio Televisión Española (RTVE) y quizás también otras de medios de comunicación privados.

La primera aclaración: el de RTVE no es un sondeo a pie de urna. Una encuesta se llama “a pie de urna” cuando las entrevistas se hacen a personas que salen del colegio electoral. Esos sondeos tienen la ventaja de no tener que predecir la participación, pero tienen otras dificultades: deben hacerse en tiempo récord y generalmente son más caros. El sondeo de RTVE es un sondeo convencional que habrá hecho sus entrevistas durante esta semana. Pero se publicará a las 20:00 y no antes porque la ley electoral española prohíbe la publicación de sondeos los cinco días antes de la votación.

Desde 2011 los sondeos de la noche electoral han acertado el ganador. Pero a veces han sido bastante imprecisos, como pasó en 2016. El sondeo predijo 91-95 escaños para Unidas Podemos que quedaba en segunda posición (fueron 71 y fue superado por el PSOE) y 117-121 para el PP (137). La empresa que hace el sondeo de este domingo, GAD3, ya publicó el de abril y de las andaluzas de 2018.

8. Con el 50% escrutado el 28-A, solo cambiaron seis escaños

En la noche electoral del 28-A, el último cambio llegó con el 97% escrutado, como hemos comprobado gracias a los datos que recopiló el ingeniero informático Juan Font. Ciudadanos perdió un escaño en favor del PSOE. Pero a partir del 50% escrutado, solo se reajustaron seis escaños: el PSOE perdió tres, Vox ganó uno y Cs ganó dos.

En el caso del último recuento, los cinco primeros partidos mantuvieron durante todo el escrutinio su posición y a partir del 10% escrutado se mantuvo el orden de todos los partidos —de más a menos escaños— del resultado final. En las andaluzas de 2015, a partir del 15% se mantuvo el orden final de los partidos. En ambos casos, el PSOE arrancó el escrutinio con más escaños de los que consiguió al final.

9. La participación baja cuando se revisa el dato con el CERA

Hay que tener cuidado con la comparativa del dato final de participación. El dato que se dará una vez cerradas las urnas no incluye el voto de los residentes en el extranjero. Este dato no se conocerá hasta al menos mediados de la próxima semana. Pero, viendo el histórico, ya sabemos que cuando se incorpora el voto de los españoles que residen en el extranjero, la participación total baja.

Desde 2011, los españoles en el extranjero tienen que rogar su voto. Ese año, los expatriados que votaron pasaron a ser el 5,6%, cinco veces menos del 30% que votó en las elecciones anteriores.

10. El voto desde el extranjero mueve escaños

No es fácil cuantificar cuántos escaños pueden bailar por el voto en el extranjero. El pasado 28 de abril, una vez cerrado el recuento del domingo, todavía un puñado de escaños habrían podido cambiar. Finalmente, el PSOE consiguió un senador más, en Zamora, quitándoselo al PP.

También en Zaragoza los diputados estuvieron pendientes de que llegaran las papeletas del voto de no residentes. Aquí Cs no pudo hacerse con el tercer escaño por tan solo 51 votos menos que el PSOE.

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