Casado refuerza el giro al centro y se centra en la economía
El PP aparca el lema de la ideología "sin complejos" para recuperar la imagen de partido gestor en tiempos de incertidumbre
Rechazó las acusaciones de “derechización” tras el batacazo electoral de abril, pero finalmente Pablo Casado escuchó las voces del partido que le recomendaban dejar de competir con Vox, cuidar el centro y moderar su discurso. El líder del PP cree que el perfil más institucional ha funcionado y lo llevará a la campaña, en la que recuperará la idea del PP gestor ante la incertidumbre económica.
En pleno giro a la moderación de Pablo Casado, el presidente del PP almorzó este miércoles con Mariano Rajoy —al que el PP “sin complejos” criticaba precisamente por descuidar la ideología y ocuparse solo de la gestión—, en el centro de Madrid. En las imágenes del encuentro, captadas por La Sexta, se ve a Casado despedirse de su antecesor ante la sede del partido, hecho ahora a imagen y semejanza del nuevo líder, esto es, con más aznaristas que marianistas en los órganos de poder. El PP no informó de la reunión, pero tampoco intentó ocultarla, ya que ambos charlaron un rato en la calle.
Casado se propone hacer una campaña electoral distinta a la anterior, en la que endureció su discurso para tratar de frenar la fuga de votos a Vox. La estrategia llevó al PP a tocar suelo con 66 diputados (tenía 137). Barones de la formación achacaron el batacazo a la “derechización” impuesta por la nueva cúpula y pidieron entonces un giro al centro. Casado negó la mayor, pero a partir de entonces empezó a ensayar un tono más moderado, mientras Albert Rivera endurecía el suyo y llamaba, por ejemplo “banda” al PSOE, su antiguo socio.
Casado pretende centrar su campaña en atacar a Pedro Sánchez, presentar al PP como garantía de gestión económica en un momento de incertidumbre y evitar el cuerpo a cuerpo con Ciudadanos y Vox, competidores de caladero electoral. Su propuesta de aglutinar fuerzas y exportar a otros territorios la coalición preelectoral que firmaron en Navarra no convence a Ciudadanos. El PP confía, no obstante, en que Rivera termine aceptando una alianza para el Senado, donde los populares perdieron la mayoría absoluta y Cs obtuvo cuatro senadores en abril. En todo caso, el PP quiere presentarse como el partido del desbloqueo, “el pegamento del centro derecha”, en palabras de un alto cargo.
La dirección duda si mover en las listas a candidatos que no han funcionado, como Juan José Cortés, y tiene huecos que rellenar en Madrid por las salidas de Andrea Levy, Daniel Lacalle y Javier Fernández Lasquetty. La de Madrid es la lista más codiciada. Gabriel Elorriaga, al que Cayetana Álvarez de Toledo ha recuperado como asesor parlamentario, podría ocupar uno de esos puestos.
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