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La timidez de la joven que se coló en la vida de Lírico

La familia de la presunta víctima del rapero no sabe qué hacía en la vivienda del cantante en Castellón

El cantante David Gilaberte, de 42 años, conocido como 'Lírico', e integrante de la banda de rap Violadores del Verso.Vídeo: EUROPA PRESS / epv

La joven de 27 años que supuestamente sufrió una paliza de Lírico, nombre artístico de David Gilaberte e integrante de Violadores del Verso —una de las bandas más sonadas del rap español—, es una chica tímida y reservada, según coincide su entorno en el pueblo salmantino en el que se crio. Su padre no sabe qué hacía su hija a 687 kilómetros de casa aquella madrugada del 4 de agosto. “No sabemos por qué se fue. Solo queremos que se respete nuestra intimidad”, cuenta escuetamente en la puerta de su vivienda.

El padre, hombre de pocas palabras y muy celoso de su intimidad al igual que el resto de la familia, según su círculo más cercano, espera que la justicia despeje las incógnitas que rodean el viaje que emprendió su hija y que terminó mal. Solo pide que todo vuelva a la normalidad y el caso deje de perturbarles a ellos y al pueblo, cuya calma el pasado jueves por la mañana solo rompían las voces de los niños de campamento en la escuela.

Entre bares cerrados que sirvieron la última antes de la crisis, se arremolinan dos jóvenes en una de las pocas tabernas que aún resiste. Cerveza fría y cara de sorpresa cuando se les pregunta por la joven. Ambos, 28 años, fueron sus compañeros de instituto. “Siempre fue una chica muy callada”, dicen tras pedir que no se les identifique.

“Nunca se metió en problemas”, cuenta un excompañero de instituto

Todos los jóvenes consultados destacan su timidez. “Nunca se metió en problemas”, describe otro. El viaje de la joven, madre de una niña de cuatro años, contrasta con la imagen que dejó en los demás, incluidos profesores de Historia del Arte que la tuvieron de alumna en la Universidad de Salamanca. “Era una buena estudiante, de las pocas que participaban”, aporta una de ellas.

Ni tan siquiera sus mejores amigas conocían su paradero. Una de ellas se enteró de lo ocurrido nueve días después de que, presuntamente, el cantante se ensañara a puñetazos con la joven. “No tengo ni idea de lo que ha pasado; me acabo de enterar”, comenta entre sollozos en la escalera de su bloque. La paliza le dejó “heridas provocadas por golpes de nudillos, contusiones múltiples y algún traumatismo, la mayoría en la cara”, según el parte médico.

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Tras aquel encuentro, Lírico acabó en la prisión de Castellón de forma preventiva. Y ella en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital castellonense. Cuatro días después, una vez estabilizada, fue trasladada al Hospital Virgen de Vega de Salamanca. “Se recupera poco a poco tras ser intervenida”, relata una familiar.

“Se recupera poco a poco tras ser intervenida”, dice una familiar

La Guardia Civil la encontró tirada en una zanja de obra a 200 metros de la casa del rapero en Palm Beach, urbanización de Alcalà de Xivert (pueblo al que pertenece el núcleo playero de Alcossebre), en Castellón. Las primeras investigaciones de la Guardia Civil y la Policía Local apuntan que la joven es una fan. El entorno familiar del propio Lírico incide en que perseguía al cantante desde hace tiempo. El artista llamó al 112 aquella madrugada para denunciar que una joven le acosaba. El pasado 4 de febrero, el rapero colgó en Instagram un vídeo en el que aparece una chica llamando a su puerta. No ha trascendido si se trata de su presunta víctima.

El rastro en las redes sociales de la joven agredida plasma su gusto por el rap y el hip hop. También en su perfil de Instagram colecciona letras de canciones y selfis. En uno de ellos, subido el 23 de junio, publicó el siguiente mensaje: “¡Que no dejo de pensar en ti! Y eso me asusta. [...] Y volveré a ir. Cada vez es diferente, pero me arriesgo”. La publicación revela “impulsividad y poco equilibrio emocional”, según Antonio Cano, presidente del Colegio de Psicólogos de Madrid.

“Es tan complicado como tú lo compliques. Acoso y derribo, agente”, añade el mensaje. La aventura de la joven se complicó. “Hay obsesiones que terminan en tragedia”, dice Cano. Se encontró a un artista acusado de acosar sexualmente en abril a una mujer en Marina d’Or, en la cercana Oropesa, y de haber quebrantado la orden de alejamiento que se le impuso.

El entorno del cantante lo sitúa en un momento personal y profesional muy complicado. Lírico se trasladó a la casa de su familia en Alcossebre para componer. Ahora pasa sus ratos en prisión, donde también agredió a su compañero de celda cuando le avisó de que en la televisión se hablaba de él.

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