Barones del PP dan “una oportunidad” a Casado y atribuyen la mejora electoral al giro al centro
Los dirigentes que reclamaron "moderación" tras la debacle de las generales creen que sus advertencias han surtido efecto, pero el líder del partido niega el viraje
Los barones del PP que hace un mes, tras el descalabro de las generales, reclamaron a Pablo Casado que volviera al centro, atribuyen los mejores resultados del pasado domingo —700.000 votos más— al cambio de estrategia que pidieron en abril. El líder del partido, sin embargo, negó la mayor y les reprochó que se hablase de “la dinámica interna del partido y de giros inexistentes”. “Ahora sí”, dijo, dispone de “cuatro años para su proyecto de refundación del centro derecha”.
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“El PP ha entendido el mensaje”, dijo Alberto Núñez Feijóo a su llegada este lunes al Comité Ejecutivo Nacional para analizar los resultados del 26-M. Era su forma de decir que Casado había hecho caso de sus advertencias previas — “Le hemos regalado una parte de nuestro espacio a Ciudadanos”; “No hemos sabido decirle a la gente que no somos Vox...”—. Y no fue el único. Otros barones del partido que en el anterior comité ejecutivo, tras la debacle de las generales, reclamaron a Casado volver al centro, se atribuyeron ayer el cambio de estrategia que según ellos, les ha permitido salvar los muebles y obtener 700.000 votos más que hace un mes.
“Estamos recuperando el centro y eso es fundamental”, declaró el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno. Preguntado por si se habían disipado las dudas sobre el liderazgo de Casado, aseguró: “Evidentemente, sí. Después de los resultados [del domingo], Casado tiene un horizonte sereno por delante”. El líder de los populares vascos, uno de los más críticos con la derechización del partido, opinó que habían logrado “aguantar el tipo” y lo atribuyó a dos cambios estratégicos: “el giro hacia la moderación” y haber “confiado en las estructuras territoriales” de la formación, al contrario que en las generales, cuando los fichajes y la imposición de listas desde Génova generaron gran malestar interno. “Tenemos que seguir girando hacia la centralidad, hacia la moderación”, insistió Alonso, haciendo ver que aún quedaba camino por recorrer hasta llegar al centro del que se habían alejado. Preguntado por el liderazgo de Casado, contestó que ahora tenía “una oportunidad”.
El presidente popular, no obstante, negó la mayor y no solo desmintió a sus barones, les lanzó un reproche en la rueda de prensa posterior al comité ejecutivo: “El PP tiene que conseguir que se hable menos de la dinámica interna del partido y de supuestos giros inexistentes y ponerse a remar. No ha habido ningún bandazo. El PP ha tocado la misma partitura y yo he intentado ser el director de orquesta, dando pie a los solistas”, señaló.
Casado atribuyó a “un ciclo” negativo que arrancó en 2015 los malos resultados cosechados en las generales y citó “estudios demoscópicos” en los que los encuestados citaban como razones para “cambiar de partido” cuestiones “no imputables” a él mismo o a sus candidatos, sino a los “casos de corrupción del pasado, a la gestión de desafío separatista catalán, y a la crisis económica”.
El líder popular, que en su debut electoral ha bajado de 137 a 66 escaños, aseguró que el PP se había “recuperado” desde el congreso nacional en el que fue elegido, el pasado julio, porque durante seis meses, Ciudadanos les había dado el sorpasso, según esos estudios. Y subrayó que dispone, “ahora sí”, de “un plazo de cuatro años para consolidar” su proyecto y proceder a lo que llama “la refundación del centro derecha”.
Equipo negociador
Casado celebró que el partido había logrado 2.563 mayorías absolutas y 20.325 concejales en las elecciones del domingo. “Vamos a poder formar Gobierno en las comunidades autónomas de Madrid, Murcia, Castilla y León, Aragón, y Navarra. Y creemos que, por capitales de provincia, también podemos llegar al Gobierno en Albacete, Alicante, Almería, Badajoz, Burgos, Ciudad Real, Ceuta, Cáceres, Córdoba, Granada, Guadalajara, Huesca, Jaén, León, Madrid, Melilla, Murcia, Málaga, Oviedo, Palencia, Salamanca, Teruel y Zaragoza”. Para la firma de pactos con Ciudadanos y Vox, el comité ejecutivo nacional del PP nombró este lunes a un equipo negociador integrado por el secretario general, Teodoro García Egea, el vicesecretario de organización, Javier Maroto, y la diputada Ana Beltrán.
El PP se desgañitó en 2015 pidiendo que gobernara la lista más votada frente a lo que llamaba “pactos de perdedores”, pero Casado insistió en que, tras rechazar el resto de formaciones su iniciativa para cambiar la ley y que las siglas con más apoyos tuvieran prioridad, consideraban ahora que tenían “libertad para plantear ese tipo de sumas” que antes rechazaban.
El PP no nombrará de momento a sus portavoces parlamentarios. El exministro Rafael Catalá renunció este lunes a su acta de diputado por Cuenca. “Tras tantos años de servicio público no me siento ahora con la ilusión para liderar ni con la energía que hará falta en este proyecto”, señaló.
Vox ya no es "extrema derecha"
Los barones del PP animaron este lunes al partido a seguir el viaje al centro, pero no será fácil teniendo en cuenta que sus opciones de gobernar pasan por pactar con Vox. Preguntado por si seguía pensando, como dijo después del descalabro electoral del 28 de abril, que la formación de Santiago Abascal era la “extrema derecha”, Casado se limitó a decir este lunes que son un partido “a la derecha del PP”. “Eso no es una calificación peyorativa”, subrayó.
El líder del PP puso de ejemplo el pacto andaluz, donde arrebataron la Junta al PSOE gracias a un pacto con Vox y Ciudadanos. “Ha sido algo histórico, tremendamente positivo para los andaluces, pero a nadie se le oculta que la izquierda ha utilizado ese Gobierno para intentar movilizar el miedo a las supuestas tres derechas”. Casado insistió en que era posible llegar a acuerdo sin renunciar a sus valores.
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