La Guardia Civil investiga la relación de un cadáver carbonizado con el origen de un fuego en Galicia

Los servicios de vigilancia y extinción que combaten los incendios que han afectado estos últimos días a varios municipios gallegos han hallado un cadáver carbonizado dentro de un vehículo en el municipio de Toques (A Coruña). El cuerpo ha sido encontrado por un agente forestal en el área donde supuestamente se originó el fuego y la policía judicial investiga ahora si la persona fallecida, cuya identidad se desconoce, se vio atrapada por el avance de las llamas, si ya estaba muerta o incluso si fue su coche el que ardió y provocó el incendio.

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El fuego se declaró este miércoles pasadas las 22.00 horas en la parroquia de A Capela y, a las 7.20 de este jueves, la Consellería de Medio Rural lo ha declarado extinguido. Las llamas han afectado a 35 hectáreas, 27 de ellas de superficie arbolada. Según las primeras indagaciones, el coche explotó simultáneamente al inicio del incendio, si bien todavía "no se puede determinar con seguridad" que fuese el origen de las llamas, informa Europa Press citando fuentes de Medio Rural. La Guardia Civil ha informado de que habrá que esperar a las pruebas de ADN para identificar el cadáver hallado en el interior del vehículo, ya que se encuentra en un estado totalmente irreconocible.

La Xunta ha elevado además la superficie arrasada por el primer gran incendio en Galicia desde la ola de octubre de 2017. El fuego de Rianxo (A Coruña), que obligó a activar el nivel de alerta por amenazar a núcleos poblados, ha afectado a 1.162 hectáreas, un millar de ellas de arbolado, según el último recuento oficial publicado por la Consellería de Medio Rural en el mediodía de este jueves. El miércoles por la noche el Gobierno gallego ya elevó sus cifras de las 850 hectáreas cuantificadas en un primer momento a 1.120 hectáreas.

Estos datos oficiales se acercan más a los vaticinios del desastre forestal que realizaron brigadistas y vecinos ya el pasado martes. Se trata del más devastador fuego que se recuerda en esta localidad de la orilla coruñesa de la comarca de Arousa desde la ola incendiaria del verano de 2006, cuando parte de sus habitantes tuvieron que abandonar sus casas a la carrera por el acoso de las llamas. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha afirmado este jueves que si el Seprona confirma que la catastrofe fue originada por una chispa de una torre de alta tensión, el Gobierno gallego "valorará la posibilidad de extender la factura de la extinción a la empresa eléctrica": "El responsable del fuego tiene que pagar, ya sea una empresa o un particular".

Los últimos incendios extinguidos en Galicia se han producido en Ourense, en concreto en O Barco de Valdeorras, con 121 hectáreas arrasadas; Chandrexa de Queixa, con 70 hectáreas quemadas de monte raso; y Calvos de Randín. Este último fuego entró por Portugal y afectó a siete hectáreas de arbolado del Parque Natural de O Xurés, una joya medioambiental muy castigada por las llamas desde hace años.

Tres personas están siendo investigadas por provocar en los últimos días incendios de menos de una hectárea debido a que realizaron quemas irregulares. La Guardia Civil de Ourense ha tomado declaración a un vecino de O Carballiño al que acusa de haber provocado un fuego ocurrido el pasado sábado, mientras que el Policía Autonómica ha señalado a otros dos hombres en las localidades coruñesas de Boiro y Padrón.