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Feijóo se aferra a la intencionalidad de los fuegos pese a que el de Rianxo fue accidental

La Xunta mantiene la estimación de 850 hectáreas arrasadas en ese gran incendio pese a que vecinos y trabajadores contraincendios sostienen que pasa del millar

Incendio en Dodro y Rianxo, en la comarca gallega de Arousa.
Incendio en Dodro y Rianxo, en la comarca gallega de Arousa.ÓSCAR CORRAL

Transcurrido día y medio desde su inicio en el municipio coruñés de Dodro desde el que se extendió a Rianxo, la Xunta de Galicia ha dado por estabilizado el primer gran incendio forestal registrado en esta comunidad desde la devastadora ola de octubre de 2017. No obstante, mientras trabajadores contraincendios y vecinos de la comarca afectada calculan en más de 1.000 las hectáreas arrasadas, el Gobierno gallego mantiene la cifra, estimativa, de 850 hectáreas que aportó a media tarde del martes, cuando las llamas aún avanzaban por el monte de Rianxo.

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La principal hipótesis que se baraja oficialmente sobre el origen del incendio coincide con la versión anunciada desde el inicio por la Comunidad de Montes Cruz do Avelán, que lo atribuyó a una chispa generada en una torre de alta tensión ubicada en las inmediaciones del mirador de Bexo, en Dodro. Su propagación fue fulgurante, empujado por el viento del nordeste y la abundancia de eucaliptales, hasta alcanzar al municipio vecino de Rianxo.

En el caso de que se confirme que la línea había sido recientemente desbrozada sin que la empresa propietaria retirase la biomasa, como sostienen los vecinos, se “habría incumplido la Ley de prevención de defensa contra los incendios forestales de Galicia”, apunta Xosé Santos, miembro de la asociación ecologista Amigos das Árbores (Amigos de los Árboles) y agente forestal desde hace más de tres décadas. Reclama una investigación y señala que si se demuestra la negligencia de la propietaria de la red eléctrica esta “deberá hacerse cargo de las pérdidas económicas y de los gastos de extinción así como de la regeneración” de las hectáreas calcinadas.

Pese a los indicios que apuntan al origen accidental de ese fuego, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha vuelto a agitar el fantasma del terrorismo incendiario al que achacó los incendios del 2017 que se cobraron cuatro vidas y calcinaron cerca de 50.000 hectáreas, además de viviendas y enseres. La fiscalía descartó ya tras una investigación la existencia de una trama detrás de aquella oleada. Este jueves será juzgado el único detenido, un hombre que asó un chorizo en su finca de Os Blancos (Ourense) y las llamas acabaron arrasando 1,20 hectáreas.

Durante su comparecencia en el pleno del Parlamento de Galicia este miércoles, Feijóo destacó el “carácter general intencionado, como no puede ser de otra forma” de la “ola de incendios” de estos días. Frente a ello, la portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, los vinculó con las políticas forestales de la Xunta “al servicio de Ence”, lo que, dijo, convierte a Galicia “en un polvorín”. A lo largo de este miércoles los incendios han castigado a la provincia de Ourense. En uno de ellos, en O Barco de Valdeorras, las llamas arrasaron 121 hectáreas, según ha informado la Consellería de Medio Rural.

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