El párroco de Antequera: “En nombre de Cristo, ruego a los ladrones devuelvan los copones con las hostias”

El padre Bonifacio Porres se llevó una gran sorpresa el pasado lunes mientras oficiaba la eucaristía. Como cada día, a las siete de la tarde, se dirigía a sus fieles en la parroquia de la Santísima Trinidad de Antequera (Málaga). Y como en cada celebración, llegado el momento, abrió el sagrario para dar la comunión. Esta vez no pudo ofrecerla. Tras mirar en el interior, se quedó estupefacto: las dos copas que contenían las formas consagradas habían desaparecido. Un hecho que el Obispado de Málaga ha puesto ya en conocimiento de la Policía Nacional porque sospecha que la desaparición de los objetos se debe “a un robo”. Fuentes policiales han explicado que ya investigan el caso.

Tras poner los hechos en conocimiento de las autoridades, desde la parroquia han enviado también un mensaje a sus feligreses a través de Whatsapp, que se ha hecho viral en la localidad malagueña. Firmado por el vicario parroquial de la iglesia antequerana, Ángel García, se hacía pública la sustracción de los objetos. El texto también incluía una petición: “Como párroco, en nombre de Cristo, ruego a los ladrones devuelvan los copones con las hostias y se arrepientan de este delito sacro”, subrayaba García, también capellán del Centro Penitenciario de Archidona.

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Según han explicado fuentes de la Diócesis de Málaga, el robo de hostias que han sido consagradas por los sacerdotes en misa “es para las comunidades cristianas una profanación de extrema gravedad y ofende profundamente la fe católica, que reconoce en ellas el Cuerpo de Cristo, la presencia real de Jesús, el Hijo de Dios”.

Este es el último de una serie de robos que se han producido durante 2019 en distintos puntos de la provincia de Málaga. A finales de febrero, los responsables de la parroquia de Nuestra Señora del Carmen, en Torremolinos, denunciaban la entrada ilegal al interior de uno de sus dos templos, ubicado en la barriada de El Pinillo, y la sustracción del cepillo.

Unos días antes, tres iglesias de Benalmádena denunciaron también distintos robos en un periodo de apenas dos semanas. Así, el 26 de enero los ladrones entraban a la Iglesia Bautista de Arroyo de la Miel y se llevaban unos 2.000 euros de la caja fuerte procedentes de las donaciones de los fieles. Poco después, el 1 de febrero, la iglesia de Santo Domingo de Guzmán también sufría un robo en similares características. Y el 7 de febrero ocurría lo mismo en la parroquia de La Inmaculada Concepción.