Ningún Gobierno renunció a la rueda de prensa de La Moncloa para dar buenas noticias hasta el último día
Álvarez Cascos llegó a inaugurar tramos del AVE a cuatro días de los comicios
Las cosas han cambiado bastante en la política española desde la campaña electoral de 2004. Entonces, con la fuerza que le daba su aplastante mayoría absoluta lograda en 2000, el ministro de Fomento, Francisco Álvarez Cascos, el histórico hombre fuerte del PP, inauguraba sin disimulo obras del AVE a Alicante a cuatro días de las elecciones a pesar de la prohibición de la Junta Electoral Central en otros intentos.
Cascos no solo hizo este tipo de cosas, impensables ahora tras el cambio de la LOREG (la ley electoral) de 2011. También había protagonizado el 9 de febrero de 2000 una rueda de prensa en La Moncloa, con las elecciones ya convocadas, en la que hizo un balance entusiasta de los primeros cuatro años de su Gobierno y se dedicó a hacer campaña desde esa silla tan simbólica, con frases como esta: “Pocas veces se puede fracasar tanto en una negociación como el PSOE con Izquierda Unida [entonces llegaron a un acuerdo electoral]. Es la confirmación de que el PSOE abandona el centro, mientras la vocación de centro del PP ha quedado confirmada plenamente”.
Todos los Gobiernos han usado esa rueda de prensa para anunciar hasta el último día medidas positivas. En 2015, el 18 de diciembre, a solo dos días de las elecciones, Soraya Sáenz de Santamaría arrancó así la rueda de prensa, en la que fue muy cuidadosa, al contrario que Cascos, para no atacar a los demás partidos: “Hoy el Consejo de Ministros ha aprobado un importante paquete de medidas de apoyo a la innovación con una inversión de 800 millones de euros”.
La última rueda de prensa del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero antes de las elecciones en las que fue derrotado, el 18 de noviembre de 2011, también estuvo llena de medidas importantes, que anunció el portavoz, José Blanco: un decreto que modificaba el mercado de tabacos, un traspaso de competencias al País Vasco, un desarrollo de la ley de investigación biomédica, un real decreto para “sincronizar formación profesional con necesidades del mercado laboral” o un nuevo “coeficiente de la reducción de la edad de jubilación en trabajos de alto riesgo”. Los Gobiernos, como se encargó Sáenz de Santamaría de recordar en esa última rueda de prensa, no están en funciones hasta las elecciones, sino después. Y nadie quiere renunciar a ese privilegio de tener la silla del Consejo de Ministros para dar buenas noticias hasta el último día.
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