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Las ONG critican la devolución de pateras a Marruecos

El Ministerio del Interior dice que la negociación con Rabat no está cerrada

María Martín
Una treintena de activistas europeos participan en una protesta en Sevilla contra el
Una treintena de activistas europeos participan en una protesta en Sevilla contra el Raúl Caro (EFE)
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La intención del Gobierno español de empezar a desembarcar en puertos marroquíes a parte de los migrantes rescatados por Salvamento Marítimo causó ayer malestar en las organizaciones humanitarias. Su mayor preocupación es que los migrantes devueltos no tengan garantizado su derecho a pedir protección internacional.

Marruecos, como mantiene la Comisión Española de Ayuda al refugiado (CEAR), anunció hace cuatro años una ley de asilo que sigue sin aprobarse. “Desde finales del 2017, la actividad de la oficina de asilo y refugio marroquí está paralizada”, denuncia la organización. CEAR defiende, además, que Marruecos no es un país seguro para migrantes y refugiados.

El acercamiento entre España y Marruecos con el Gobierno de Pedro Sánchez ha permitido algunos gestos por parte del reino alauí en materia de control migratorio. Una de las cuestiones medulares es cambiar el modo de proceder en operaciones de rescate en el Estrecho y el mar de Alborán. España quiere que los migrantes interceptados en la zona de búsqueda y rescate marroquí en misiones en las que participe Salvamento Marítimo sean llevados a puertos marroquíes (más cercanos), y no a puertos españoles, como se hace hasta hoy, confirman a este diario varias fuentes gubernamentales.

El Ejecutivo de Pedro Sánchez trabaja con el objetivo de reducir a la mitad el número de entradas de inmigrantes irregulares tras un año récord de llegadas en 2018 (64.298, según Interior) e implicar más a Marruecos en los rescates. De las 23.135 personas auxiliadas en 2017, último año con datos disponibles, apenas un 17% fueron asistidas por guardacostas marroquíes.

Amnistía Internacional advirtió de que la posibilidad de que la devolución de pateras a costas marroquíes, si finalmente se produce, “sea un paso más en la llamada Fortaleza Europa”, más preocupada “por cerrarse a cal y canto y externalizar fronteras que por las personas y sus derechos humanos”. La Red Española de Inmigración y Ayuda al Refugiado, por su parte, solicitó al Defensor del Pueblo que recabe toda la documentación, protocolos y procedimientos sobre el asunto para “conocer las garantías que puedan darse en las misiones de Salvamento Marítimo” en materia de asilo.

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Fuentes del Gobierno confirmaron a EL PAÍS que Rabat está abierto a la propuesta de desembarcar náufragos en sus puertos cuando estos sean los más cercanos. El Ministerio del Interior mantenía ayer, sin embargo, que no hay un acuerdo cerrado. La Secretaria de Estado de Seguridad, Ana Botella, defendió en la Cadena SER que la colaboración con el país vecino se centra en mejorar la capacidad de rescate de los guardacostas marroquíes para que se hagan también cargo de sus rescatados.

El ministro portavoz del Gobierno marroquí, Mustafa el Jalfi, también dijo ayer que el pacto para devolver las pateras a sus costas no está cerrado, informa Francisco Peregil. El portavoz no negó las negociaciones: “No lo sé, lo que sé es que no hay acuerdo”. Fuentes del Gobierno español apuntan que esos arreglos “nunca figurarán en un documento, con un acuerdo formal, pero esa es la pretensión”.

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Sobre la firma

María Martín
Periodista especializada en la cobertura del fenómeno migratorio en España. Empezó su carrera en EL PAÍS como reportera de información local, pasó por El Mundo y se marchó a Brasil. Allí trabajó en la Folha de S. Paulo, fue parte del equipo fundador de la edición en portugués de EL PAÍS y fue corresponsal desde Río de Janeiro.

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