Rajoy reivindica su legado ante Casado y pide huir de “sectarismos”
“Hay que tener aguante en los momentos difíciles. No asustarse”, asegura el expresidente
Mariano Rajoy regresó este viernes por unos minutos a la vida política para que el titular de la convención ideológica del PP no fuera su plantón. Durante su intervención, un formato de entrevista con Ana Pastor, reivindicó su gestión y avisó al partido de que debe huir de “sectarismos” y de los “doctrinarios”. Los que, en el nuevo PP, temían que devolviera algún reproche, respiraron tranquilos. Tras el aplauso de los suyos, regresó a la vida sin política: este sábado no estará en la convención. La foto de unidad que buscaba Pablo Casado con él y con Aznar no será posible. Y ese hueco en el álbum habla de las dos familias que ahora dividen al PP.
“Yo seré leal”. Rajoy lo prometió en su discurso de despedida, hace apenas seis meses, subrayando el “yo”, es decir, señalando, sin citarlo, a otro dirigente: José María Aznar, con el que ha evitado coincidir en la convención ideológica del PP. Y Rajoy cumplió. Quienes, dentro del partido, temían que utilizara su intervención para lanzar algún reproche por los que ha oído hacia su gestión desde la campaña de primarias, respiraron aliviados. “No voy a dar consejos”, había avisado por la mañana, cuando abandonó su plácido refugio en el registro mercantil, en el que se encuentra “estupendamente”, para regresar por un momento a la política y asistir a la toma de posesión de Juan Manuel Moreno como presidente en Andalucía. Rajoy se quedó en una advertencia y no hizo reproches al nuevo PP, pese a que Casado ha invitado de nuevo a todos sus antiguos enemigos, los que más le criticaron: Aznar, Javier Fernández- Lasquetty, Isabel Benjumea...
El expresidente sí aprovechó para reivindicarse, en algún momento, para justificarse, y también para hacer una última petición al partido: que huyan de sectarismos, en clara alusión a Vox, el fantasma que planea sobre toda la convención del PP. “No es bueno el sectarismo ni son buenos los doctrinarios. En ninguna faceta de la vida. En política, tampoco”, dijo. “Hay que tener aguante en los momentos difíciles. No asustarse por una crítica o por 150 millones de críticas. Y estar en la realidad”, añadió.
El formato tampoco estaba previsto para que Rajoy hiciera un discurso de corte político como los que pronunció durante casi 40 años de ejercicio. Su amiga la presidenta del Congreso, Ana Pastor, le entrevistaba sobre el escenario. Cuando le preguntó “qué tal la nueva vida” y si “repetiría” la que había tenido, el expresidente contestó: “Ha habido momentos en los que lo he pasado francamente mal, pero me quedo con lo bueno. Tengo la suerte de que las cosas malas las olvido. Repetiría”.
En la campaña de primarias en la que Casado prometió celebrar esta convención ideológica si ganaba, Rajoy oyó varias críticas a la forma en la que su Gobierno había aplicado el artículo 155 en Cataluña. Lo hizo María Dolores de Cospedal, su exministra, hasta que se cayó de la carrera sucesoria en la primera vuelta. Y lo hizo también Casado. Este viernes, el expresidente quiso justificar también la gestión del desafío catalán. Se ha extendido en el nuevo PP la idea de que la fragmentación del electorado y el auge de Vox se deben a una tibieza en los principios y a no haber sido contundentes con Cataluña. Es lo que piensa Aznar, quien ha culpado directamente a Rajoy de haber partido al centro derecha en tres (“yo lo dejé unido”, suele repetir). Casado pide ahora aplicar el 155 de manera indefinida —“el tiempo que haga falta”, y extendida, ampliando la intervención a la educación, los Mossos y TV-3— y reemplazando a todos los consellers con enviados de Madrid.
“Aunque ahora haya gente que quiera dar lecciones, el PP defendió la unidad española en debates importantes, como el plan Ibarretxe”, replicó Rajoy. “En la vida es importante tener claras las prioridades, decidir bien los tiempos. Hay cosas que no se pueden hacer en determinado momento y que en seis meses a todo el mundo le parecen lo más razonable”. Le escuchaba entre el público Soraya Sáenz de Santamaría, encargada de dirigir la Operación Diálogo en Cataluña, la rival de Casado en las primarias, la que hace unos días cambió su perfil de Twitter: de SorayaPP a SorayaSM.
Pastor se deshizo en halagos a Rajoy —“íntegro, eficaz, serio, sin dobleces”—, pero ni siquiera entre los piropos parecía cómodo el expresidente. “De tertuliano no voy a acabar”, declaró Rajoy al comienzo de su intervención para avisar de que no iba a pronunciar un discurso de gran calado político. A continuación, recitó una catarata de datos que leía de un papel —para comparar la España de hace 40 años, antes de la Constitución, y la actual— y provocó risas. Como las oyó o las intuía, más adelante dijo: “Antes tuve el mal gusto de leeros unas estadísticas. Voy a leer alguna más”.
Feijóo marca distancias
Sí fue muy política la intervención de Alberto Núñez Feijóo, que inauguró la convención. De hecho, el único barón popular con mayoría absoluta aprovechó el escenario para hacer un discurso casi presidencial ante Casado unos días después de que sus palabras sobre Vox —a quienes calificó como “extrema derecha”— escocieran en la dirección del PP.
“Vengo de la Baviera española, es decir, de Galicia”. Feijóo aseguró que el PP no necesitaba “reinventarse” y abrió el capítulo de agradecimientos. Reivindicó a Fraga, a Aznar y a Rajoy. Tuvo palabras de cariño para Javier Arenas, que con 24 escaños más que Juan Manuel Moreno se quedó en 2012 a las puertas de gobernar Andalucía. Y para otro veterano, Juan Vicente Herrera, que hace unos meses, cuando Casado pidió recentralizar la educación, se presentó como un “perro viejo autonómico” para explicar que la competencia estaba bien donde estaba. Feijóo marcó distancias con Vox, una forma de pedirle a su partido que hiciera lo mismo: “Nosotros no hacemos política de trincheras, no creemos en el fundamentalismo, no somos un partido vociferante ni que descalifica, no somos un partido ansioso: desde la ansiedad no se defienden los intereses generales”.
Rajoy se llevó una larga ovación antes de irse. Este sábado no estará en la convención. Será el día de Aznar, el verdadero padrino ideológico del nuevo PP.
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