Borrell admite que el Gobierno tiene poco éxito en aplacar la tensión catalana
El ministro defiende buscar instrumentos alternativos al artículo 155
El ministro de Exteriores, Josep Borrell, asegura haber vivido este miércoles “una sesión especialmente dura, intensa, descarnada” en el Congreso. Bajo el impacto aún de esa tensión, muy agudizada por el conflicto independentista catalán, Borrell ha comparecido en el Foro Abc y ha admitido cierta frustración por el enconamiento de esas fricciones. El titular de Exteriores ha justificado la estrategia del Gobierno de evitar una reedición del artículo 155 con el argumento de que “lo que hay que hacer es intentar rebajar el nivel de crispación”. Pero inmediatamente se ha adelantado a la pregunta de la moderadora del acto al apostillar: “Me puede usted decir que se ha hecho con poco éxito. Lo reconozco”.
Borrell está ya acostumbrado a que buena parte de sus intervenciones públicas se centren en un asunto que tiene poco de política exterior: Cataluña. El ministro ha señalado que el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha realizado “un enorme esfuerzo para facilitar puntos de encuentro, para bajar la tensión” con el mundo independentista catalán, lo que ha definido como “política del ibuprofeno”. Aun así, ha abundado en el pesimismo que le produce el alto voltaje de los enfrentamientos registrados en sede parlamentaria. “Lo que he visto hoy no me ha producido esperanza”, ha valorado.
El jefe de la diplomacia española se ha aferrado a la analogía que ha realizado Pedro Sánchez entre la retórica del Brexit y la del secesionismo catalán. Tras constatar las enormes dificultades que genera el ejercicio de desvincular a Reino Unido de la UE, de resultado aún incierto, ha reflexionado: “No sé cómo mis compatriotas catalanes pudieron defender que se podía desconectar de España de la noche a la mañana. Y me temo que mucha gente lo sigue pensando”.
Más allá de los desafíos internos, Borrell ha dibujado un panorama bastante sombrío del estado actual de la Unión Europea. Y se ha referido con particular inquietud a la migración, que ha definido como “el más poderoso disolvente de la UE” porque “toca valores, sentimientos, y no es un problema coyuntural”.
Preguntado sobre la incautación de teléfonos móviles y portátiles a dos periodistas de Mallorca por orden de un juez, Borrell ha manifestado su desconocimiento de los hechos, pero ha añadido con sorpresa: “Pensaba que eso había pasado en Venezuela”.
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