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Pueblos de Málaga y Sevilla reclaman la declaración de zona catastrófica tras el último temporal

El Gobierno asegura que la medida se aprobará el viernes y la Junta de Andalucía anuncia 37,7 millones para reparar daños

Miembros del gobierno de La Roda de Andalucía, encadenados en protesta por la no declaración como zona catastrófica
Miembros del gobierno de La Roda de Andalucía, encadenados en protesta por la no declaración como zona catastróficaPACO PUENTES

Los vecinos de Teba, Campillos y Ardales se sienten olvidados. Por eso, Isidoro Sánchez y su hijo Sebastián plantaban esta mañana un tractor en mitad de la carretera A-367, que une Ronda con Málaga. "Hay que hacerse oír", decía el padre. Le seguían otra decena de vehículos para completar las barreras y dos centenares de vecinos de la comarca norte de la provincia malagueña. Y durante algo más que una hora han cortado la vía al tráfico para reclamar que sus pueblos sean declarados zona catastrófica y así recibir ayudas para reparar los desperfectos ocasionados por el último temporal. "A estos pueblos no los para nadie, ni la lluvia ni la tormenta", aseguraba Cristóbal Corral (IU), alcalde de Teba y que ejerció de coordinador de la protesta junto a Francisco Guerrero (IU), regidor de Campillos.

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Ambos llegaron directamente de los encierros que protagonizan desde el pasado fin de semana junto a sus vecinos a modo de protesta. No son los únicos. Unas horas antes, el municipio de La Roda efectuaba también una acción reivindicativa. Su alcalde, Fidel Romero (IU), encabezaba una comitiva compuesta por el resto de ediles del Consistorio y una decena de vecinos que se han encadenado esta mañana durante hora y media a la baranda del puente que atraviesa el río Yeguas, cuyas aguas desbocadas asolaron La Roda.

10 días después de la histórica tromba, que afectó principalmente a la zona norte de la provincia de Málaga y el sur de Sevilla, la paciencia empieza a agotarse entre una población que se recupera como puede del trauma. Lo hace mientras sigue limpiando sótanos sin descanso, contando las cabezas de ganado muertas y surtiéndose de agua potable en camiones cisterna y botellas donadas desde localidades cercanas. También mirando al cielo, ya que la alerta naranja decretada por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) para este martes les ha tenido en vela.

Sin embargo, esta mañana han llegado noticias positivas. Como medida extraordinaria, el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía ha aprobado un "primer paquete" de ayudas por valor de 37,7 millones de euros para el medio centenar de municipios andaluces afectados por el temporal. El delegado del Gobierno en Andalucía, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, también ha anunciado que el Consejo de Ministros aprobará la declaración de zona gravemente afectada el próximo viernes. "Agradecemos muchísimo el esfuerzo de la Junta de Andalucía, es una cifra diez veces superior a lo que se dijo inicialmente, pero hace falta mucho más. La pelota está en el tejado del Gobierno central, por eso mantenemos las movilizaciones", contaba Cristóbal Corral, mientras Francisco Guerrero insistía en que no pararán de protestar "hasta que cada vecino recupere lo suyo". Los alcaldes reprochan al Gobierno central que aún no haya declarado zona especial de emergencia a las áreas de Sevilla, Málaga y Cádiz que más sufrieron el azote de la gota fría.

Las acciones de esta mañana no han sido secundadas por otros municipios cercanos gobernados por el PSOE, donde piden paciencia ante la magnitud de la catástrofe. "Entendemos que muchas personas tienen bastantes problemas, pero se está trabajando muchísimo y hay que ir poco a poco", afirma José María González (PSOE), alcalde de Sierra de Yeguas. "Las ayudas de la Junta de Andalucía son un primer paso y confiamos en que el viernes ya se dé el siguiente", suscribe María del Mar González (PSOE), alcaldesa de Ardales, quien entiende las protestas tanto de hoy como de los últimos días en clave electoral "porque están partiendo de los municipios de Izquierda Unida". El propio Gómez de Celis ha criticado a los alcaldes el uso "de estas desgracias para recabar apoyos electorales".

El miércoles los regidores de IU de la comarca se reunieron en Antequera con su alcalde, Manuel Barón (PP), para evaluar la situación y solicitar un plan de empleo especial al Gobierno con el que paliar la falta de actividad en explotaciones agrarias y los jornales perdidos estos días y los que se perderán por los múltiples destrozos causados en caminos y fincas por el temporal.

En lo que sí coinciden todos los alcaldes de la zona norte de Málaga es en la necesidad de un apoyo rápido y efectivo. "No podemos solos", han comentado todos durante los últimos días. Bastan dos ejemplos. Ardales, con 2.500 habitantes, ha contabilizado ocho millones de euros en daños. Y en Teba, con 4.000 residentes, la cifra alcanza ya los 15 millones, cuatro veces su presupuesto anual. En total, los cinco municipios que sufrieron más el temporal en esta zona de Málaga (Teba, Almargen, Campillos, Sierra de Yeguas y Ardales) calculan en unos 70 millones de euros las pérdidas. A muchos otros muchos municipios del sur de Sevilla tampoco les alcanzan sus propios recursos: es el caso de La Roda, que ha cuantificado los daños en 3,7 millones de euros, a los que los agricultores suman tres más de pérdidas en el campo. “Esta gente tiene sus campos asegurados, pero no cobrarán a menos que se declare cuanto antes zona catastrófica”, explica Fidel Romero.

Carreteras aún con barro, quitamiedos desplazados a 40 metros del asfalto, enormes áreas anegadas, ausencia de agua potable y multitud de caminos rurales destrozados son otros de los argumentos vecinales para sostener su reivindicación. "Lo que está claro es que nadie de Madrid ha pasado por aquí para ver cómo estamos", afirma Mari Ángeles Pérez, quien reside en la pedanía de Huertas de Torrox, a las afueras de Teba. Allí el pequeño cauce del río de la Venta se ha comido estos días piscinas, muros, huertas y olivares. El fango también ha inundado cada rincón de las viviendas. "Está todo hecho polvo", añade su marido, Manuel Corral, que lleva encerrado en la iglesia de la Santa Cruz desde el pasado fin de semana junto a medio centenar de vecinos tebeños.

Con pancartas que piden la declaración de zona catastrófica, colchones junto a los muros, unas cuantas estufas y la solidaridad vecinal, el templo es el epicentro de las movilizaciones locales con asambleas cada tarde. "Y no nos iremos hasta que esto se solucione", afirma Manuel Escalante mientras señala la que está siendo su casa estos días: un colchón cubierto por una manta verde bajo la imagen del Sagrado Corazón de Jesús. La imagen es similar a la del Ayuntamiento de Campillos, en cuya segunda planta una veintena de vecinos también se ha atrincherado hasta que el Gobierno les ayude.

Para el jueves se ha convocado a una manifestación en las calles de Teba por la mañana y, por la noche, varios autobuses partirán desde el municipio hacia Madrid para que los vecinos eleven su queja hasta el Consejo de Ministros.

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