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La Fiscalía de Cádiz alerta: más hachís, más narcos y más violencia en un 2017 de récord

Las fiscales Antidroga de la provincia piden más medios para investigar los delitos de blanqueo asociados al narcotráfic

Jesús A. Cañas
Fardos de hachís intervenidos en el Puerto de Algeciras, en 2015.
Fardos de hachís intervenidos en el Puerto de Algeciras, en 2015.A. C. (EFE)

En la autopista de la droga en la que se ha convertido el Estrecho de Gibraltar fluye más droga, hay más narcos que acaban detenidos y la violencia entre clanes se está haciendo cada vez más “alarmante”. Esa es la conclusión de la Fiscalía Antidroga de Cádiz y Ceuta en su memoria de 2017, un año de récord en los que el hachís incautado ascendió a 216,5 toneladas de hachís, 66 más que el año pasado. Frente a ello, el Ministerio Público solicita más medios para investigar los delitos de blanqueo asociados al narcotráfico

La cifra de aprehensiones de este 2017 rompe así la tendencia media de los últimos siete años —salvo 2015, cuando dos incautaciones extraordinarias de 49.000 kilos trastocaron la tendencia— en los que el hachís había oscilado entre las 123 y 172 toneladas. De toda la provincia, es el Campo de Gibraltar el que concentra las decomisaciones: 170.890 kilos se intervinieron allí del total de las 216,5 toneladas, según los datos de Policía Nacional, Guardia Civil y Vigilancia Aduanera recopilados por la Fiscalía.

No es el único aspecto del Estrecho que preocupa a las fiscales Ana Villagómez y Macarena Arroyo, del área Cádiz y de la zona cercana a Gibraltar, respectivamente. “El dato más alarmante es la cantidad de hachís incautado en el Campo de Gibraltar (…), cifra récord en este territorio y que confirma el dato ya ofrecido por las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado en años anteriores sobre el desplazamiento de las mafias de la droga a localidades de ese entorno buscando una mayor impunidad”, detalla la memoria, a la que ha tenido acceso EL PAÍS.

Son dos localidades de la zona las que especialmente “preocupan” a las fiscales: La Línea y San Roque. En el caso del término municipal linense el narco se ha hecho fuerte y visible al amparo de la idiosincrasia de la zona, sin una urbanización ordenada. Los traficantes han tomado la barriada El Zabal -de suelos no urbanizables- como cuartel general. Allí levantan sin licencia diversas construcciones que la Fiscalía sospecha que “han sido construidas con el dinero procedente del tráfico de drogas”.

El resultado es que en zonas del Campo de Gibraltar como éstas se ha creado una situación que se retroalimenta: “A mayor número de construcciones ilegales más se concentra y cronifica el problema, estableciéndose guetos en los que los traficantes campan a sus anchas”. Esa concentración ha provocado que zonas como El Zabal, Palmones (Los Barrios) o El Rinconcillo (Algeciras) se conviertan en escenarios de la violencia entre bandas, otro de los problemas que se ha hecho especialmente evidente este 2017.

Más agresivos

Esta agresividad está provocada por los vuelcos o robos de droga entre bandas, los secuestros en incluso “algún asesinato por ajuste de cuentas”, como recuerda la memoria. Esa suma, a juicio de las fiscales, “indica a que la actividad de narcotráfico en la provincia se está pasando del continuo aumento del tráfico de drogas a una mayor violencia alrededor del mismo”. De hecho, en 2015 las fuerzas y cuerpos de seguridad intervinieron 110 armas a los narcos, la mayoría blancas, pero también varias escopetas y armas cortas.

La violencia del narco ya se traduce en una mayor capacidad de respuesta, agresiva e impune, contra las fuerzas de seguridad. Es el caso del policía local de La Línea, atropellado en la frontera con Gibraltar en junio de 2017 o el centenar de personas que rodearon y apedrearon a unos agentes que intentaron frustrar un alijo de hachís en una playa de la misma localidad. Ambos casos denotan, a juicio del Ministerio Público en Cádiz “la situación límite que afrontan los cuerpos de seguridad y los vecinos de la zona y la desestabilización de la seguridad ciudadana”.

Esa situación alarmante se trasluce también en el número de detenidos en 2017: 1.454. Son 66 más que el año anterior. Otra consecuencia del poderío del narco gaditano su amplio despliegue de medios y que acabaron intervenidos: 263 vehículos, tres cabezas tractoras, 45 narcolanchas, nueve motos de agua (todo en el Campo de Gibraltar) y 30 embarcaciones de todo tipo (en el resto de la provincia).

El hachís que entra por la provincia de Cádiz ya supone un 40% de todo lo que se decomisa en España, según estimaciones de la Fiscalía ya desveladas en su informe de 2016. Sin embargo, no solo de esta droga vive el traficante gaditano. Tanto el transporte de marihuana como la cocaína también han crecido en 2017. La cocaína decomisada ya asciende a 11.883,86 kilos, el doble que en 2016 y mayoritariamente procedente del puerto de Algeciras, donde se introduce procedente de países sudamericanos en contenedores de mercancías. “El muelle de Algeciras toma posición como uno de los principales destinos de este tipo de sustancia en España”, se asegura en la memoria.

Tampoco es desdeñable el tráfico de marihuana en Cádiz: 59.740,66 kilogramos. “Lo que comenzó con cultivos esporádicos y algunas plantaciones en invernaderos se ha convertido en un fenómeno extendido por toda la provincia en cantidades muy elevadas”, aseguran las fiscales. Estos cultivos se han posible gracias a la conversión de casas y chalets en “verdaderos laboratorios clandestinos” ubicados por toda la geografía provincial, según abunda el informe.

Más investigación

Frente a todo ello, la actividad de la Fiscalía Antidroga ha sido abultada. Solo en el Campo de Gibraltar se han realizado 637 procedimientos penales por este tipo de delitos. Sin embargo, Villagómez y Arroyo tienen claro que es la investigación del blanqueo de capitales la que más daño hace al narco en su actividad. En 2017 crecieron los procedimientos incoados por ello: 35 diligencias previas, 15 procedimientos abreviados, 7 escritos de acusación y 8 sentencias condenatorias.

Pero hacen falta más investigaciones, frente al elevado número de detenidos por tráfico de drogas, llama la atención que en todo 2017 se haya detenido solo a nueve detenidos. El principal motivo -además de que muchos de los traficantes detenidos también son imputados por blanqueo- lo da la misma memoria: “Venimos reclamando un aumento de los medios humanos para llevar a cabo las investigaciones de este tipo que quedan paralizadas durante mucho tiempo, lo que perjudica notablemente esas causas que además deberían ser preferentes dado que es la manera más muy efectiva de luchar contra el tráfico de drogas”.

Y mientras que las fiscales ponen la voz de alarma en la actividad de 2017 y piden más medios, en el presente 2018 el narco sigue haciéndose fuerte. En este año en el que las agresiones, la chulería e incluso sus cuitas privadas se han hecho públicas, todo parece indicar que el presente año vaya acabará con nuevos incrementos de droga. Para muestra, un dato: este mismo jueves la policía ha informado que, junto a Vigilancia Aduanera, ha intervenido un total de cinco toneladas de hachís en tan solo dos operaciones el pasado fin de semana.

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Sobre la firma

Jesús A. Cañas
Es corresponsal de EL PAÍS en Cádiz desde 2016. Antes trabajó para periódicos del grupo Vocento. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Sevilla y es Máster de Arquitectura y Patrimonio Histórico por la US y el IAPH. En 2019, recibió el premio Cádiz de Periodismo por uno de sus trabajos sobre el narcotráfico en el Estrecho de Gibraltar.

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