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Los fallos más memorables con el himno español en las celebraciones deportivas

El lanzador de martillo Javier Cienfuegos se vio obligado a escuchar el pasado sábado en el podio la 'Marcha Real' con la letra que hizo Pemán para el régimen de Primo de Rivera

De izquierda a derecha: el equipo español de la Copa Davis 2003, Contador celebrando el Tour de 2009 y Javier Cienfuegos con el oro conseguido el pasado sábado.

Toda una vida dedicada al entrenamiento para algún día ver cumplido el sueño de subir a un podio. Medalla al cuello y mirada serena para escuchar emocionado el himno nacional de tu país. Pero la melodía o la letra de una composición diferente empieza a sonar y rompe la magia del momento. Como le pasó el pasado sábado al lanzador de martillo español Javier Cienfuegos, que tras ganar el oro en los Juegos Iberoamericanos de Atletismo de Trujillo (Perú) tuvo que escuchar la Marcha Real con la letra que hizo Pemán originalmente para el régimen de Primo de Rivera, y que luego se modificó durante el de Franco.

La pieza que sonó en esta ceremonia de entrega de medallas se corresponde con la segunda opción que ofrece YouTube al buscar "Himno de España". Este cántico, una versión del que escribió el poeta gaditano José María Pemán en 1928, incluye el cambio que se introdujo durante la dictadura de Francisco Franco. En lugar de Alzad las frentes, la adaptación franquista proclamaba Alzad los brazos, tal y como explicó EL PAÍS. Una obra que no solo le ha tocado escuchar a Cienfuegos en el momento de la gloria deportiva. La jugadora de bádminton Carolina Marín oyó estos mismos versos cuando ganó el Mundial en Yakarta en 2015 y el ciclista Alberto Contador cuando se proclamó campeón del Giro de Italia en 2011.

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Precisamente al de Pinto le tocó vivir en lo alto del podio un momento de lo más surrealista. En los Campos Elíseos de París, tras vencer en el Tour de Francia 2009 después de cientos de kilómetros y cuestas imposibles, le pusieron el himno de Dinamarca. Y lo más sorprendente es que el ciclista madrileño no cambió el semblante durante los 50 segundos que estuvo sonando la marcha oficial danesa. La organización del evento enmendó su error y puso después la Marcha Granadera por megafonía. Un fallo que resulta incomprensible, pues el himno español ya había sonado en las tres ediciones anteriores del Tour por las victorias de Óscar Pereiro, el propio Contador y Carlos Sastre.

Estos líos en los que acaban sonando melodías que nada tienen que ver con la del país en cuestión han ocurrido en distintas modalidades. A la selección española de balonmano le colocaron el himno oficial de Marruecos en un partido del Mundial de 1999, a Jorge Lorenzo el de Italia en el Gran Premio de Estados Unidos de 2010 —en aquel podio se encontraba también Valentino Rossi—, e incluso la halterófila leonesa Lidia Valentín se vio obligada a escuchar un hilo musical en el podio del campeonato mundial, celebrado en California en 2017.

Aunque uno de los casos más recordados le ocurrió a la Armada de tenis cuando jugó la final de la Copa Davis en Australia en 2003. En la ceremonia inaugural y ante un estadio abarrotado, el trompetista James Morrison interpretó el Himno de Riego, la composición que adoptó la Segunda República como canción nacional. El plantel de tenistas, compuesto entre otros por Carlos Moyà, Juan Carlos Ferrero o Feliciano López, decidió abandonar la pista ante la incredulidad del público australiano y de un músico de jazz que no sabía qué había hecho mal.

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