Casado rechaza la lista conjunta tras reunirse con Santamaría

El encuentro, a solas, en la sede del PP, duró 40 minutos y terminó como había empezado, sin ningún acuerdo que modifique el desarrollo de los acontecimientos en el congreso para elegir al sucesor de Mariano Rajoy este fin de semana. “Le he dicho que estoy dispuesta a sentarme hasta el último momento. En una situación como esta hay que pensar no en uno mismo, sino en el partido, pero respeto su decisión, que hoy por hoy es no trabajar por ese consenso”, declaró Soraya Sáenz de Santamaría después de que Pablo Casado rechazara integrarse en su candidatura.

Al llegar por separado al cónclave, ninguno de los dos podrá ser secretario general si gana su rival, ya que ese cargo ha de salir de la lista votada, según los estatutos del PP. A partir de ahí, ambas candidaturas hablan de integrar al equipo que pierda, pero la de Santamaría dice que es “más difícil” hacerlo después del congreso.

Superada la reunión, que fue “cordial”, según las dos partes, ambos volvieron a la guerra de reproches. Desde el equipo de la exvicepresidenta se tachó la campaña de su rival de “belicosa”, lo que, según ellos, les había hecho ganar nuevos apoyos entre compromisarios molestos con el vídeo contra Santamaría —que atribuyen al entorno de Casado—, y las críticas a la gestión de la exvicepresidenta, y por extensión, a Rajoy. “Si algo ha sonado a crítica es porque estaba respondiendo a otra crítica. Duermo a pierna suelta”, respondió el vicesecretario el día anterior preguntado por el tenso clima de campaña.

El diputado Teodoro García, del equipo de Casado, también replicó a las críticas lanzadas desde la candidatura de Santamaría, donde les acusan de buscar acuerdos “anti natura, pactos de perdedores” al sumar los apoyos de los aspirantes descalificados en la primera vuelta, encabezados por María Dolores de Cospedal. “Los compañeros que no pasaron el corte en las elecciones al PP no merecen que nadie les llame perdedores”, declaró.

Para el equipo de la candidata, ese “bloque anti-Soraya” impedirá a los populares que aspiran a ser alcaldes o presidentes autonómicos volver a reclamar que gobierne la lista más votada frente a pactos del resto de fuerzas. “¿Vamos a hacerle a Soraya lo mismo que le hicieron a Javier Maroto en el Ayuntamiento de Vitoria o a Cospedal en el Gobierno de Castilla-La Mancha?”, se preguntaron. La exvicepresidenta obtuvo 1.500 votos más que Casado en la primera ronda de las votaciones, pero el sistema establece que la elección del líder se hace a doble vuelta: primero votan los afiliados, y el sábado los compromisarios, y Casado quiere “jugar hasta el final” con esas reglas.

Esperando a Feijóo

En el congreso del sábado están llamados a votar 3.082 compromisarios, pero atendiendo al recuento de apoyos que lanzan las dos candidaturas, pareciera que fueran muchos más. El equipo de Casado dice tener, tras realizar “dos barridos”, el apoyo de 2.100. “Me sorprende que den las mismas cifras al principio que al final”, declaró Santamaría, refiriéndose a que el equipo del vicesecretario ya daba ese número antes de la foto con Cospedal. Desde su candidatura dicen haber movilizado “al 60%” de los votantes, y entre ellos, a la mitad de los antiguos apoyos de Cospedal. Los teléfonos echan humo y la batalla es compromisario a compromisario. No se descarta un pronunciamiento público de Alberto Núñez Feijóo, el favorito antes de su retirada de la carrera sucesoria, y el barón de uno de los territorios que más compromisarios aporta.

En privado, representantes de ambos equipos admiten, en cualquier caso, que además de indecisos, puede haber mentirosos, es decir, gente que le dice a los dos lo que quieren oír: yo voy contigo.

El goteo es diario. Este martes, manifestaron su apoyo a Casado el exministro de Agricultura Miguel Arias Cañete y Cristina Cifuentes, que dimitió tras el escándalo de su máster. El vicesecretario declaró que lo primero “era un honor”, pero no se pronunció sobre la expresidenta madrileña, que no es compromisaria.