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Rajoy reafirma su entrega a la Argelia de Buteflika pese a sus tímidas reformas

España ensalza en Argel la colaboración en inmigración y pide menos proteccionismo para la economía argelina sin poner en riesgo su aportación clave energética

Javier Casqueiro
El primer ministro de Argelia, Ahmed Ouyahia,junto a Mariano Rajoy durante una rueda de prensa en Argel.
El primer ministro de Argelia, Ahmed Ouyahia,junto a Mariano Rajoy durante una rueda de prensa en Argel.Anis Belghoul (AP)

Cuando Mariano Rajoy indicó este martes, en Argel y tras ver durante media hora en una privilegiada audiencia al anciano y enfermo presidente Abdelaziz Buteflika, que la capital argelina es la segunda del mundo más cerca de Madrid tras la portuguesa Lisboa no estaba resaltando solo una obviedad geográfica. Fue en la conclusión de la VII Reunión de Alto Nivel (RAN) bilateral entre España y Argelia, tras un largo día de reuniones, foros y firmas de acuerdos genéricos y para valorar que ambos países vecinos son algo más que socios estratégicos. Argelia provee hace años del 50% de gas que consume España y por culpa de la bajada del precio del petróleo sufre una prolongada crisis económica. Rajoy y todo su equipo se entregaron a ensalzar la colaboración de Argelia en todos los órdenes y especialmente en materia de inmigración, y sus incipientes reformas económicas. Solo una secretaria de Estado se atrevió a plantear que podrían abrirse un poquito más a inversiones extranjeras y ser algo menos proteccionistas.

En la lenta fase de recuperación de España de sus citas internacionales obligadas y encuentros bilaterales postergados por culpa del año político en funciones y de la crisis institucional en Cataluña, ahora tocaba retomar los lazos con Argelia. La VII RAN se celebró este martes en Argel sin una agenda muy precisa y sin problemas enconados pendientes. La anterior se organizó en 2015 en Madrid y sobre casi todas esas cumbres planea el enorme grado de dependencia energética de España con respecto a Argelia, los mínimos avances democráticos de ese país que son casi siempre soslayados y el enigma sobre el estado de salud en cada momento del emblemático Buteflika. La reunión de este año no fue en ese sentido diferente.

Rajoy acudió en esta ocasión con cuatro ministros (Exteriores, Defensa, Interior y Energía, Turismo y Agenda Digital) y tres secretarios de Estado. Se firmaron siete acuerdos sectoriales (cinco presentes y dos vía digital) y se retomaron asuntos pendientes. En el terreno económico y comercial se mueven ahora 7.253 millones de euroas y la balanza está a favor de Argelia (las exportaciones españolas suman 2.673 millones frente a los 4.580 que se importan de ese país). Todos los oradores que participaron en el foro empresarial montado en el impresionante y mastodóntico Centro Internacional de Conferencias, con 1.000 participantes de empresas de ambas naciones, insistieron en la idea de que las oportunidades podrían, tendrían y deberían de ser mayores para ambas partes. En Argelia se plantean flancos de negocio en infraestructuras, tratamiento de aguas y residuos, ingeniería, el sector del automóvil, la agroalimentación, los ferrocarriles, el turismo o las energías renovables. Argelia es hoy el país con más horas de sol en el mundo.

La empresa vasca CAF, uno de los máximos exponentes de la industria ferroviaria en el mundo, ha colocado inversiones de hasta 250 millones en la venta de trenes diesel y últimamente en la instalación de una línea de metro en Argel. Los empresarios argelinos intentan superar el monopolio de las exportaciones gasísticas y han colocado hasta 350 millones de dolares en enviar aceites locales al mercado español. Pero la importancia del gas argelino lo tapa casi todo y la congelación de los precios de los hidrocarburos en el mercado internacional en los últimos años ha lastrado el crecimiento de la economía local y ha forzado a sus autoridades a aplicar políticas muy proteccionistas.

Los representantes de la CEOE y la de Cámara de Comercio españolas en el foro, Joaquín Gay de Montellá e Inmaculada Riera, fueron muy diplomáticos al demandar suavemente más reformas y aperturas para facilitar más y nuevos negocios en un nuevo modelo productivo más diversificado. El problema no es sólo que el Estado obligue para invertir en Argelia a impulsar empresas conjuntas en las que el 51% del accionariado deba ser argelino. Se han registrado así 65 proyectos argelino-españoles (se han realizado 47) que han generado expectativas de 5.665 empleos (1.744 realmente realizados). La rémora peor es la burocracia y la lentitud, también a la hora de cobrar, según varios empresarios españoles consultados por EL PAÍS durante la celebración del foro empresarial. Hay actualmente 250 empresas españolas operando en Argelia, que es el tercer foco de exportaciones españolas y el quinto proveedor.

La única que se desvió algo del guion formal y cómodo planteado en el foro empresarial fue la secretaria de Estado de Comercio, María Luisa Poncela, que lamentó que las relaciones comerciales entre ambos países sean "inferiores a las potencialidades" y a las "expectativas"; pidió a Argelia que revise su legislación porque las inversiones extranjeras "son vitales para reforzar el tejido empresarial argelino"; lamentó la caída del 11% de las exportaciones españolas a Argelia "por las medidas de restricción de ciertos productos que afectan sensiblemente las exportaciones" españolas.

Todos esos escollos o la pretensión no desmentida de que Buteflika pretenda perpetuarse con un quinto mandato en las próximas elecciones presidenciales no fueron abordados en la comparecencia conjunta que al finalizar la sesión afrontaron Rajoy y el primer ministro argelino, Ahmed Ouyahia. Los dos optaron por subrayar que no existen ahora contenciosos, que su "amistad es sólida, previsible y fiable" y que la cooperación, incluso en materia de la siempre compleja inmigración irregular, podría mejorar en breve. Un periodista argelino intentó atosigar al jefe de gobierno local con preguntas incómodas sobre la muerte de un inmigrante argelino ubicado temporalmente en una cárcel española. El primer ministro Ouyahia prefirió destacar que hay 50.000 argelinos bien integrados en España y que si algunos optan por la entrada ilegal las autoridades españolas están en su derecho de actuar y tomar medidas. Llegó incluso a aventurar que en breve podría mejorar en la aplicación del acuerdo de repatriación existente y que sufre ahora algunas lagunas. Rajoy respaldó totalmente a su homólogo argelino en ese aspecto.

El asunto Buteflika sigue siendo un tabu. En la agenda oficial de la cita figuraba una posible reunión a falta de confirmación. Eso sucedió ya al final, cuando Rajoy estaba en su presencia en el palacio presidencial a media tarde y poco antes de coger el avión de vuelta a Madrid. Fuentes de La Moncloa aseguraron que la reunión con el presidente argelino duró casi media hora. Rajoy, a la salida, pronunció una declaración forzada por los argelinos para destacar que ambos habían tratado asuntos importantes para el futuro de ambas naciones. Ni las televisiones, radios ni periódicos españoles pudieron acceder a la sala y las imágenes tomadas fueron realizadas por el Gobierno argelino y luego facilitadas a La Moncloa para su difusión.

Buteflika tiene 81 años, está en su cuarto mandato y en 2013 sufrió un infarto cerebral que le dejó su salud muy debilitada. Apenas aparece en Argelia y tampoco es frecuente que se deje ver durante las visitas de mandatarios extranjeros. Menos aún desde que en 2016 el entonces primer ministro francés, Manuel Valls, aprovechase una audiencia para tomar y luego difundir unas fotos en las que aparecía en su silla de ruedas, inmóvil y muy mal aspecto. Buteflika ha llegado a anular encuentros hasta con la canciller alemana Angela Merkel. El último presidente extranjero que le visitó y con el que apareció en esas imágenes tan controladas fue el turco Erdogan en febrero pasado. Con Rajoy ya estuvo en 2013 y ayer. Argelia ya ejecutó una reforma constitucional en 2016 para limitar los mandatos presidenciales a dos periodos pero ahora está surgiendo el debate de otra reforma para no impedir que Buteflika pueda concurrir de nuevo formalmente aunque apenas sin aparecer públicamente.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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