Rajoy retoma en Túnez las relegadas cumbres bilaterales con el Magreb
El presidente español y su delegación firman ocho acuerdos económicos y sociales pero no un convenio mutuo de extradición por culpa de la pena de muerte vigente en el país
Diez años después, España retomó este lunes las reuniones de alto nivel (RAN) bilaterales con Túnez, uno de sus socios privilegiados en el Magreb y el país que más esfuerzos democráticos está haciendo tras las revueltas y cambios de la primavera árabe a partir de 2010. La cita que tantos esfuerzos ha costado relanzar convocó este lunes en Túnez al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, seis ministros y tres secretarios de Estado, que mantuvieron encuentros sectoriales con sus homólogos tunecinos. El plan es ahora cerrar una fecha próxima para una convocatoria similar con Argelia y otra más incierta con viaje de Estado de los Reyes a Marruecos.
La mayoría de los acuerdos y memorandos firmados en Túnez fueron económicos, con la gran novedad del lanzamiento de una línea de crédito de 25 millones de euros para la constitución de pequeñas y medianas empresas (Pymes) conjuntas. Se trabajó sobre la posibilidad de suscribir hasta 12 convenios diversos, pero al final se concretaron ocho: convenio de cooperación en materia de seguridad y lucha contra la delincuencia; memorando de entendimiento de cooperación técnica en materia de protección civil; cooperación entre ministerios de agricultura; en la lucha contra la violencia de género; en la investigación, desarrollo e innovación; en la cooperación entre CEPEX e ICEX; en materia de Formación Profesional; y en una declaración de intenciones en materia de patrimonio cultural y museos.
Uno de los acuerdos previstos que no salió adelante y que se peleó hasta el final fue el de extradición mutuo porque Túnez aún mantiene vigente la pena de muerte y España exigía que no se llegase a ejecutar en el caso de los detenidos y juzgados en su territorio que pudieran ser extraditados. Un avance aún demasiado complicado para las incipientes reformas pactadas por los partidos políticos en la nueva Túnez, que debe celebrar elecciones municipales en apenas dos meses y tiene programados para el año que viene otros inciertos comicios generales. Las autoridades tunecinas han pedido a los responsables de Justicia españoles un poco más de tiempo para hacer entender en todas las fuerzas políticas locales ese tipo de excepciones en la pena de muerte cuando el país aún mantiene un alto grado de peligro de ataques terroristas.
En marzo de 2015 se produjo un atentado en el museo nacional de El Bardo en el que fallecieron 22 personas, dos de ellas turistas españoles. El presidente Rajoy acudió en la tarde de este lunes al recinto para en una visita relámpago, para brindarles un homenaje, hacer una ofrenda floral y firmar en el libro de honor en su recuerdo. Luego se produjo una esperada sesión de trabajo entre una amplia delegación de empresarios tunecinos y otra más reducida de españoles en la sede de UTICA, la confederación similar en Túnez a la CEOE española.
Tanto Rajoy como el primer ministro tunecino, Yusef Chahed, se congratularon por el actual clima de colaboración y, sobre todo, por las posibles oportunidades de negocios y de cooperación. Todo un mundo por redescubrir. En 2017 el comercio bilateral se quedó en apenas 1.294 millones de euros y las exportaciones en 861 millones. El propio Rajoy admitió, por la tarde en un foro empresarial al que acudieron 120 compañías tunecinas y 50 españolas, que “hay un margen obligado” de mejora.
Estas cumbres suelen servir para proclamar buenas palabras e intenciones pero también, a veces, para resolver problemas muy concretos. Ferrovial descubrió justo este lunes, antes del aterrizaje de la delegación oficial española, que se había resuelto el pago de una deuda de cinco millones de euros que llevaba meses reclamando. Sus responsables agradecieron mucho el gesto.
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