Engañada y estafada por su falso novio
Un hombre finge ser un empleado de Inditex con una extraña enfermedad para aprovecharse económicamente de una mujer con la que tenía una relación telemática
En marzo de 2013, apareció en la red social Badoo un perfil de un hombre que afirmó llamarse Anxo, tener 26 años y vivir en Arteixo, A Coruña, donde trabajaba como empleado en la sede central de Inditex. Adjuntaba dos fotografías y días después contactó con él una mujer con la que inició una relación, primero de amistad y luego sentimental, que se desarrolló siempre por medios telemáticos y telefónicos.
Luego añadió a su currículo que tenía la doble nacionalidad española y estadounidense, huérfano de padre y madre (fallecidos en accidente de tráfico), y que padecía una extraña forma de epilepsia que le hacía precisar una medicación muy costosa. Los fármacos, le decía Anxo a su novia virtual, se los traían expresamente de Estados Unidos y los pagaban en la Embajada americana en Madrid; unos seiscientos euros por cada caja y necesitaba al mes de 6.000 euros para abonar el importe de cada tratamiento.
Un mes después, cuando se ganó la confianza de la mujer, Anxo, cuyo verdadero nombre respondía a las iniciales de A.D.L., la llamó por teléfono diciéndole que de camino a Madrid para recoger su medicación había tenido un accidente y al solicitarle la Guardia Civil de Tráfico la documentación, se dio cuenta de que de que se había dejado el monedero en su casa con los 6.000 euros para pagar el tratamiento. “Es imprescindible arreglar el coche, y en cuanto regresase a casa te los devolveré”, le dijo a su novia. Esta ingresó ese mismo día 13.000 euros en un banco para pagar la reparación del coche y las medicinas, pero nunca se los devolvió porque al llegar a Galicia le dijo que no había encontrado la cartera y que la daba por perdida.
Tras unos días ausente en la red, la siguiente artimaña de Anxo fue decirle a la chica que había sufrido un ataque epiléptico en las instalaciones de Inditex, cayendo al suelo y rompiendo el móvil, y por eso no ha podido ponerse en contacto con ella. También le dijo que a consecuencia de ese ataque estaba ingresado en el Hospital Juan Canalejo de A Coruña.
Al día siguiente, fingiendo ser un compañero de trabajo, este le dijo a la mujer: "Llamo con malas noticias. A Anxo le ha dado una crisis y está ingresado e inconsciente en el hospital, por lo que ya no tiene acceso al dinero que te debe, pero sí se mantienen los gastos, ya que tiene que seguir abonando su especial medicación americana y además tienen que ir a un especialista que viene desde Valencia para intentar intervenirle quirúrgicamente e instalarle un electrodo cerebral". Así consigue que la chica le haga otro ingreso 5.000 euros.
Recuperado del ataque epiléptico, Anxo insiste en otra conversación con la chica que va a devolverle el dinero, porque tiene un gran patrimonio por la herencia de sus padres y la indemnización que cobró por la muerte de ambos en accidente. Y acto seguido le cuenta que va a ser trasladado a Valencia para ser intervenido por el especialista y que su amigo va a acompañarlo.
Pero durante el viaje a Valencia, el presunto timador finge nuevos percances, como que le han intervenido quirúrgicamente y no tiene más remedio que regresar a Galicia en un helicóptero medicalizado. Después de recibir otro ingreso bancario le pide a su víctima que le pague la factura que Hacienda le reclama por los derechos de la herencia.
Así la deuda fue engordando hasta sumar 53.000 euros que ahora le reclama la mujer a Anxo tras denunciarlo a la policía cuando este desapareció de la red después de amenazarla: “Te lo juro, te vas a arrepentir, te voy a arruinar la vida”, le dice en un último mensaje de voz y que es una de las pruebas documentales de la Fiscalía de Vigo para pedir su ingreso en prisión.
El acusado será juzgado este miércoles en la Audiencia de Pontevedra y se enfrenta a una condena de 4 años de cárcel. Además, tendrá que devolver a la mujer la cantidad que le estafó, con los intereses de demora, y a indemnizarla por los daños psíquicos causados, según los informes forenses, estimados en casi 10.000 euros.
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