Desarticulado un grupo que prostituía a menores nigerianas en cuevas de Almería

Pisos, rotondas e incluso casas-cueva. Estos escenarios han sido testigos mudos de la situación de esclavitud sexual a la que estaban sometidas decenas de mujeres nigerianas, entre ellas varias menores de edad, por parte de un grupo criminal integrado por compatriotas en ocho provincias españolas. La Guardia Civil ha detenido en las dos últimas semanas a 40 presuntos integrantes de esta red delictiva en el transcurso de una operación coordinada por la titular del juzgado de Instrucción 2 de Torrevieja (Alicante), Juana López, según fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Valencia.

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Los sospechosos están acusados de pertenencia a organización criminal, trata de seres humanos, inducción a la prostitución y blanqueo de capitales, según las fuentes consultadas. La primera fase de esta operación policial se desarrolló la pasada semana y se saldó con la detención de 27 implicados en las provincias de Vizcaya (Bilbao y Barakaldo), Madrid (Torrejón de Ardoz, Parla y Alcalá de Henares), Toledo (Illescas), Guadalajara, Sevilla y Murcia, donde los agentes registraron diversos domicilios y locales comerciales vinculados a la banda.

Los jueces de esas demarcaciones acordaron el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza de 24 de los sospechosos. Los otros tres quedaron en libertad provisional, aunque con medidas cautelares para impedir que traten de eludir la acción de la Justicia, como comparecencias semanales en el juzgado, la retirada de pasaporte o la prohibición de salir de España.

La segunda fase del operativo ha culminado entre el pasado lunes y este miércoles con otros 13 arrestos y registros en Alicante y Torrevieja, así como en los municipios almerienses de Vera y Roquetas de Mar. Precisamente, en esta provincia la Guardia Civil ha rescatado a 13 mujeres, algunas de ellas menores de edad, que eran obligadas a ejercer la prostitución en el interior de varias cuevas, según las fuentes consultadas.

Las víctimas son muy jóvenes, tienen edades comprendidas entre los 16 o 17 años y los 22. La investigación, cuyos detalles permanecen aún bajo reserva judicial, ha revelado que la red delictiva las introducía ilegalmente en España desde Nigeria para obligarlas después a prostituirse en condiciones inhumanas en la calle o en viviendas.

El dinero negro obtenido con esta actividad era blanqueado posteriormente por algunos de los integrantes de la organización a través de diferentes comercios y establecimientos públicos. Los últimos detenidos pasarán este jueves a disposición de judicial.