Cómo Estonia se convirtió en el modelo digital para Cataluña
La implantación de la tecnología blockchain le ha permitido ser impenetrable
Estonia se ha convertido en el modelo a seguir por los independentistas catalanes no sólo por su ruptura con la URSS en 1991 sino por su consolidación como el país más avanzado del mundo en gobernanza digital, para lo que emplea la tecnología blockchain. El país báltico, de 1.3 millones de habitantes, ha lanzado un programa de firma digital con el que sus ciudadanos pueden pedir recdetas médicas, pagar sus impuestos y registrar documentos, todo a través de Internet. Los únicos tramites que requieren presencia física son casarse y divorciarse.
Los líderes del proceso de independencia catalán quieren que esa tecnología blockchain sea central para crear su nuevo Estado, sobre todo porque permite operar de forma completamente descentralizada, sin ser vulnerable, como lo han sido hasta ahora, a ataques por parte de las autoridades españolas, que clausuraron varias páginas web de organización del referéndum del 1 de octubre.
¿Qué es el blockchain? Básicamente, la separación de la información en cadenas de bloques, a través de complejos algoritmos matemáticos. Cada transacción económica, cada trámite administrativo o cada paso en la Red queda registrado de forma indeleble. Gracias a esa tecnología un Gobierno como el catalán podría llegar a protegerse incluso ede injerencias externas escondiéndose del flujo de información visible en el ciberespacio. Al dividir la información en bloques separados, como células de un organismo, esta queda a salvo de ataques externos, que pueden afectar a un bloque pero no al resto. Su seguridad es máxima, ya que la tecnología blockchain jamás ha sido.
Para Toomas Hendrik Ilves, presidente de Estonia durante 10 años, el Gobierno de Cataluña ha avanzado mucho más de lo que parece. “Lo crucial es la identidad digital, que Cataluña ya tiene, una identidad que te facilita votar y realizar tus labores ciudadanas”, dice. En la hoja de ruta para la independencia digital elaborada por el consorcio Administració Oberta de Catalunya se contempla la adopción de un software que ofrece Estonia a cualquier país del mundo, bajo el nombre de X-Road. Se trata de un “entorno técnico y organizativo que permite el intercambio seguro de datos basado en la web entre los diferentes sistemas de información del Estado. El Xr-Road permite a personas, instituciones y empresas el intercambio de datos de forma segura”, dice el informe. En resumen: los ideólogos de esta desconexión digital tienen ya contemplado el escudo que aplicarán a su Administración cuando deban protegerla de las acciones de la justicia o el Gobierno español.
“Cuando un país se vuelve completamente digital, sus bases de datos sólo existen en forma digital, donde el gobierno, el sector público y el sector privado confían en la seguridad de los datos que ya no existen en papel, necesitamos tomar medidas adicionales para protegernos contra desastres, piraterías y otras amenazas”, asegura Hendrik Ilves.
En 2007, cuando él presidía Estonia, Rusia efectuó uno de los mayores ataques cibernéticos hasta la fecha por una disputa sobre el legado comunista. Paralizó las oficinas del gobierno, bancos y medios de comunicación. Fue tan grave la magnitud de aquel asalto, que la OTAN escogió Tallin como sede de su oficina de seguridad cibernética. Aquello llevó a Hendrik Ilves a marcarse como objetivo la protección total de los datos en Internet, algo que hasta la fecha ha logrado y que sirve de modelo a Cataluña.
En mayo, Puigdemont recibió en Barcelona a una delegación de ocho legisladores estonios con los que debatió no sólo la historia reciente del país báltico sino su experiencia con la gestión de información en la Red.
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