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Jean Claude Piris: “Un país que viola el Estado de derecho ni siquiera puede ser candidato a la UE”

El exdirector jurídico del Consejo Europeo recuerda que creer en la permanencia en la Unión de Cataluña si se independiza es un "error" desde el punto de vista legal

Lucía Abellán
Jean Claude Piris, Jurisconsultor del consejo de la UE, posa en la sede del Real Instituto El Cano en Madrid.
Jean Claude Piris, Jurisconsultor del consejo de la UE, posa en la sede del Real Instituto El Cano en Madrid.LUIS SEVILLANO

Jean-Claude Piris (Argel, 1943) echa mano de su apellido —“de origen mallorquín”, precisa— para dejar claro su apego a Cataluña y a España. Pero más allá de las filias, Piris, que dirigió el servicio jurídico del Consejo Europeo durante 22 años, se agarra a la ley para advertir de que nadie en la UE reconocerá ninguna declaración unilateral de independencia por parte del Gobierno catalán. Este experto, una de las voces jurídicas más acreditadas del continente, apela continuamente al mensaje que trasladó a EL PAÍS en 2013 respecto a este conflicto: “Es peligroso crear falsas ilusiones sobre una independencia unilateral”. Tras la escalada de acontecimientos en las últimas semanas, Piris refuerza su postura en una entrevista concedida a este diario y otros medios europeos.

Pregunta. ¿Qué ocurre si Cataluña declara la independencia?

Respuesta. En el ámbito interno, depende de las reacciones de las autoridades políticas y judiciales. Las declaraciones unilaterales de independencia son solo palabras vacías a no ser que sean formalmente reconocidas por la comunidad internacional. No creo que sea el caso porque esa declaración violaría claramente el Estado de derecho. Además, habría inquietudes nacionales en algunos Estados miembros como Chipre, Grecia, Italia, Francia o Bélgica.

P. ¿Y qué ocurriría con la pertenencia a la Unión Europea?

R. Los independentistas dicen que, si Cataluña se separa de España, permanecerá en la Unión. Es un error evidente desde el punto de vista legal. La primera condición para ser miembro de la UE es ser un Estado: para eso tienen que reconocerte los otros países. Así que Cataluña ni siquiera podría ser país candidato, porque un país nacido violando el Estado de derecho (y también el derecho internacional) no sería reconocido y, desde luego, no podría solicitar su adhesión. La segunda condición es respetar los tratados, incluidos los artículos aplicables a los países candidatos. Si Córcega o Sicilia, por ejemplo, se declaran independientes, aun respetando la Constitución de Francia o Italia y respetando el derecho internacional y los Tratados de la UE, legalmente no podrían permanecer en la Unión Europea. Tendrían que seguir el procedimiento normal: solicitar el ingreso.

P. ¿No podría Cataluña acogerse al derecho a la autodeterminación?

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R. La mejor aproximación judicial sobre una secesión unilateral y el llamado derecho a decidir la hizo el Tribunal Supremo de Canadá en 1998 respecto a Quebec. La conclusión es que ese derecho solo se aplica a un territorio cuando no hay democracia en el Estado del que se quiere separar, o se oprime a las minorías, o el territorio constituye una colonia. No se aplica en este caso.

P. ¿Se puede alegar una violación de los derechos humanos en España tras las cargas policiales el día del referéndum?

R. No hay base para eso. ¿Podemos decir acaso que España no es un país democrático, que aplasta a las minorías, como ocurre por ejemplo con los Rohingya en Myanmar?

P. ¿Por qué no se abre un proceso europeo para tratar de reconducir la situación?

R. España es un país democrático. Las decisiones las están tomando los jueces y las autoridades políticas competentes, en conformidad con la Constitución y la ley. No creo que el Parlamento Europeo, la Comisión Europea o el Consejo Europeo quieran interferir en este asunto. Las instituciones españolas son democráticas y respetan los derechos humanos. No hay un problema internacional, entre dos entidades internacionales, sino un problema nacional que tienen que discutir España y Cataluña.

P. Pero la tensión ha llegado a niveles muy elevados.

R. Es verdad que la situación política es tremendamente difícil. Y es verdad que los independentistas ganaron una batalla el pasado domingo en la televisión. Pero esta situación la han creado artificialmente los políticos: nunca ha habido, al menos hasta ahora, una mayoría absoluta del independentismo en Cataluña. Y es muy, muy peligroso decir cosas como que a la independencia se puede llegar por la vía unilateral y de espaldas a la Constitución.

P. ¿A qué atribuye el origen de este conflicto?

R. No conozco la repuesta. Hay quien lo atribuye a razones económicas. Pero el argumento económico, que se basa en que Cataluña aporta demasiado a la solidaridad del Estado, es contrario a los valores de la Unión Europea, que se basan en la solidaridad. El proyecto europeo se basa, entre otras cosas, en que los países ricos ayuden a los más pobres. Un 5% del PIB de Bulgaria [el país más pobre de la UE] proviene del presupuesto europeo. ¿Los independentistas dicen que quieren permanecer en la UE, que está basada en esa solidaridad, pero no quieren ser solidarios en España? Es una paradoja.

P. ¿Qué impacto tendría en Europa una eventual independencia de Cataluña?

R. Si la independencia se hiciera por la vía legal, Cataluña podría ser candidata a la UE y, después de unos años, con el acuerdo de todos los UE miembros, ser un nuevo Estado miembro de la Unión. Pero el resultado para la UE solo puede ser negativo. Las instituciones europeas serían más débiles: habría más desequilibrio aún hacia los Estados pequeños. Y ningún ciudadano ganaría nuevos derechos. No veo ningún resultado positivo desde el punto de vista europeo.

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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