Varios juzgados gallegos desafían la prohibición de los circos con animales
Ribadeo es el último de los municipios cuestionados. La justicia alega que las corporaciones se han excedido en sus competencias al imponer vetos de "forma genérica"
El espectáculo más grande del mundo (y el más antiguo), se resiste a prescindir de los animales. La justicia tiende, al menos de momento, a los circos una red que les permite realizar su más compleja acrobacia: mantener sus históricas funciones con animales en los ayuntamientos que han prohibido esa práctica. El Juzgado de lo Contencioso-Administrativo de Lugo anuló el pasado viernes una resolución de la alcaldía de Ribadeo que, basándose en un acuerdo plenario que prohíbe la instalación de circos con animales, denegó la autorización a uno de ellos en su término municipal. Y no es un fallo aislado: se suma a la media docena de sentencias dictadas por otros magistrados en otros tantos municipios gallegos que han aprobado vetos similares.
En el caso de Ribadeo, la sentencia cuestiona la prohibición municipal por entender que no concede a los circos “la oportunidad de desmentir que incurran en alguno de los supuestos que legítimamente habilitan a la autoridad local a no conceder la pertinente licencia o a revocar la concedida”. El juez deja claro que los ayuntamientos no tienen potestad para ello y alude a la norma autonómica en vigor “que no solo no prohíbe la existencia de circos con animales sino que expresamente los contempla” en su Catálogo de Espectáculos Públicos de la comunidad. Argumenta el magistrado que las corporaciones locales se han excedido en sus competencias al imponer vetos “de forma genérica”.
Circos Reunidos de España ha pedido ya que se debata en el Congreso una propuesta para que sus espectáculos sean declarados patrimonio inmaterial
"Las sentencias que anulan las prohibiciones municipales crean jurisprudencia", reconoce el portavoz en Galicia de la asociación animalista Libera!, Rubén Pérez. En su opinión existe un vacío legal que aprovechan ahora algunos circos aunque precisa que se mantendrá solo por unos días en Galicia: los que tarde el Parlamento autonómico en ratificar, este mismo mes de septiembre, la Ley de Bienestar Animal que prohíbe el empleo y tenencia de animales silvestres, “cualquiera que sea su finalidad”, en estas empresas.
“La Xunta tendrá entonces capacidad para vetar” las instalaciones de circos con animales en suelo gallego, sostiene Pérez. Mientras tanto, el colectivo animalista explica a los 70 ayuntamientos que según la Xunta han aprobado normas que prohíben los circos con animales, posibles alternativas que no puedan ser tumbadas por la justicia. Entre otras, basarse en las calificaciones de los terrenos en los que se montan las carpas “ya que ni son explotaciones ganaderas ni núcleos zoológicos”.
Los empresarios anuncian que no doblegarán. Se preparan para afrontar su particular “más difícil todavía”: una batalla legal en todos los frentes. “Nos sentimos acosados por los animalistas y desprotegidos por las autoridades”, protesta Nacho Pedrera, portavoz de la Asociación Circos Reunidos de España, para anunciar la disposición del sector a presentar demandas judiciales en cadena. La asociación afirma que esta misma semana registrará una denuncia contra la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), Infocircos y Anadel.
"¿Qué sector que trabaje con animales pasa tres inspecciones semanales (Seprona, veterinarios de la Administración y Policía Local) para vigilar su bienestar?"
Pedrera insiste en que los ayuntamientos españoles “carecen de autoridad para prohibir el circo con animales, protegido por la Unión Europea y amparado por el Ministerio de Cultura” y advierte de que el veto “es anticonstitucional”, con lo que anuncia que interpondrán demandas contra cada una de las administraciones que aprueben leyes que “recorten nuestro derecho al trabajo y a la libre empresa”. “Si tenemos que luchar contra la Xunta de Galicia, lo haremos”, avanza el portavoz de Circos Reunidos la decisión de recurrir en vía judicial la Ley de Bienestar Animal en cuanto la ratifique el Parlamento gallego.
No será su única baza. El colectivo ha pedido ya que se debata en el Congreso una propuesta para que, de la misma forma que ocurre con los toros, sus espectáculos sean declarados patrimonio inmaterial de España. Pedrera es optimista: “Creo que el PP podría proponerlo; ya veremos que pasa”, señala. Mientras tanto, los colectivos animalistas se movilizan para forzar una mayor implicación institucional.
La asociación Circos Reunidos insiste en que no hay maltrato. “Cumplimos con todas las normativas de bienestar animal europeas, el núcleo zoológico y el convenio CITES (Convenio sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre) ”, afirma su portavoz. Y puntualiza que los animales que utilizan “han nacido ya en cautividad, tienen cuadras acondicionadas y grandes parques exteriores para correr y jugar, están entrenados a base de premios y cariño y también cuentan con un veterinario las 24 horas del día. Son parte de nuestra familia y vamos a luchar por ellos”.
En opinión de Pedrera las normas que vetan el uso de animales “no son más que una persecución contra el circo”. “Pero, ¿qué sector que trabaje con animales pasa tres inspecciones semanales (Seprona, veterinarios de la Administración y Policía Local) para vigilar su bienestar?”, se pregunta.
El pasado mayo, el histórico circo Ringling Bros. and Barnum & Bailey, uno de los más antiguos del mundo, apagó las luces y recogió la carpa. Tras 147 años de trayectoria había dejado de utilizar animales en sus espectáculos. La compañía norteamericana propietaria del circo atribuyó el cierre a los cambios en los gustos del público y a las largas batallas con los grupos de defensa de los derechos de los animales, pero también a la dificultad por competir en la era digital con los videojuegos y otras ofertas digitales. En España, la batalla se está librando.
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