Los Reyes dejan Reino Unido con buenas sensaciones para la relación tras el Brexit
Felipe VI recuerda que la Universidad de Oxford contribuyó a modelar el alma europea
Los Reyes han cerrado este viernes su última etapa en la visita de Estado al Reino Unido, un viaje que Felipe VI ha calificado de "muy importante" para España y que ha servido para sentar las bases de la futura relación bilateral entre ambos países tras el Brexit, así como para aplacar los ánimos de empresarios y residentes españoles. Tras dos días dedicados a la política y a la economía, en los que el jefe del Estado español ha recogido impresiones positivas tanto de Isabel II como de la primera ministra, Theresa May, el Parlamento británico o la Corporación de la City, la tercera jornada se ha centrado en la investigación, la ciencia y la educación. Aunque con un trasfondo social: investigadores, profesores y estudiantes españoles.
Las sensaciones recogidas en los diversos encuentros respecto a mantener las relaciones al máximo nivel posible fuera del marco de la Unión Europea no pueden ser mejores. Más allá del previsible escozor de baja intensidad ocasionado en un portavoz de Downing Street por la alusión a Gibraltar en el discurso de Felipe VI en Westminster, que sin embargo fue acogida con deportividad británica por el Lord Speaker, las percepciones del viaje de Estado en la delegación española son positivas.
Por una parte, la soberana británica defendió en el transcurso del banquete que ofreció el miércoles en honor de los Reyes que, con los lazos tan profundos entre Reino Unido y España, ningún desafío afectará a las buenas relaciones entre ambos países. También May se ha comprometido a reforzar los lazos bilaterales más allá de “la nueva y profunda relación con el conjunto de la UE”. En su artículo publicado en EL PAÍS el mismo día de su almuerzo con Felipe VI, la primera ministra aseguró que su propósito “más que nunca, que los lazos bilaterales que unen a Reino Unido y a España salgan reforzados, nunca debilitados”.
May ha manifestado su voluntad de “garantizar que el estatus de los españoles y demás ciudadanos de la UE que viven en Reino Unido sea una prioridad en las negociaciones con la UE y parte de un acuerdo recíproco que proporcione la misma certeza a los ciudadanos británicos que viven en España y en el resto de la UE”. También el Lord de la City, Andrew Parmley, manifestó sus deseos de la Corporación financiera de Londres de seguir colaborando con las compañías españolas. La misma conclusión arrojó el foro empresarial hispano-británico. La predisposición, equiparable al volumen del negocio y las proporciones del acogimiento institucional, predispone un escenario propicio para la relación.
Con esas sensaciones, los Reyes han sido despedidos oficialmente este viernes a primera hora de la mañana en Buckingham por Isabel II y el duque de Edimburgo. La agenda situaba la primera cita de la mañana en Londres, donde han visitado el Instituto Francis Crick, la mayor instalación de investigación biomédica de toda Europa, ubicada en un edificio de vanguardia en King’s Cross que fue inaugurado por Isabel II y el duque de Edimburgo en noviembre de 2016. En este centro trabajan más de 60 españoles, que le han entregado al monarca una carta donde le agradecían su visita, pero donde lamentaban también la escasa inversión científica de España: "En nuestro país no se apuesta por la investigación como un modelo económico a largo plazo".
Allí, tras reunirse con el equipo ejecutivo y visitar las instalaciones, han mantenido un encuentro con The Society of Spanish Researchers in the United Kingdom, que cuenta con más de 6000 miembros. En el instituto trabajan 67 españoles, 62 de ellos investigadores.
Libre circulación del talento
Como ya hicieran Juan Carlos I y doña Sofía hace 31 años, los Reyes se han trasladado luego hasta Oxford, donde han realizado una visita a la Universidad más antigua de habla inglesa del mundo y donde se enseña español desde hace más de 100 años. Aquí han estudiado o enseñado 27 primeros ministros, entre ellos Theresa May, al menos 30 dirigentes internacionales, 50 Premios Nobel y 120 medallistas olímpicos.
Acompañados por el rector, Christopher Patten, los Reyes han recorrido la Weston Library, en la que se conservan obras como el manuscrito del Códice de Mendoza, una primera edición de El Quijote o un mapa de España original de Ptolomeo. La Universidad de Oxford les ha ofrecido posteriormente un almuerzo en su honor en el Divinity School, en cuyo marco Felipe VI, en inglés, ha recordado que este fue el lugar de formación de Juan Luis Vives y José María Blanco White y que el campus "ha contribuido a modelar el alma de Europa y de lo que hoy llamamos la Cultura Occidental".
Una clara alusión a la europeidad del Reino Unido que ha reforzado con la referencia a los beneficios de la libre circulación europea mediante la transmisión de la ciencia desde Oxford "en un fructífero diálogo con las comunidades científicas" como Bolonia, Salamanca, La Sorbona o Coimbra. Y con "la colaboración científica transnacional y el libre intercambio de ideas, así como la movilidad y la libre circulación del talento".
El Rey ha sostenido en sus palabras que “la Universidad está obligada a detectar los problemas que aquejan a nuestras sociedades postindustriales incluso antes que la clase política, y a proponer soluciones basadas en la experimentación y el conocimiento”
También ha destacado que "España y Reino Unido se sitúan entre los países que más comparten sus estudios y avances científicos". "Tal es así", ha subrayado, "que el Reino Unido es el segundo socio en colaboraciones científicas de España, y España es el octavo socio en colaboraciones científicas del Reino Unido".
Por la tarde, los Reyes han realizado una visita al Exeter College, que acoge la Cátedra de Estudios Hispánicos más importante de la Universidad de Oxford, la Alfonso XIII, establecida en 1927. Su primer titular fue Salvador de Madariaga. En reconocimiento a su obra y vínculos con Oxford, el Magdalen College de la Universidad organiza una serie de ponencias sobre la relación entre el Reino Unido y España.
La satisfacción producida por este viaje de Estado ha impregnado el final del discurso de Felipe VI en el Divinity School: "Tengan la certeza de que no olvidaremos estos días, en los que hemos percibido la calidez del pueblo británico y sus instituciones hacia España. Como tampoco podremos olvidar que han sido posibles gracias a la generosidad de su Majestad la Reina Isabel y su familia".
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