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Las palomas: una larga lucha urbana

Las ciudades recurren a la retirada de huevos, redes, jaulas y la esterilización para luchar contra estas aves

Nido de palomas torcaces.
Nido de palomas torcaces.Kike Para
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En Valencia, entre otras medidas, se intenta controlar la población con palomares que contienen piensos esterilizantes. En la ciudad existen 15 ubicados en lugares estratégicos. Otro sistema que se usa consiste en la instalación de dispensadores de alimentación con este tipo de grano.

En Vitoria sigue abierto el debate sobre los métodos de control. Las asociaciones de vecinos y el Ayuntamiento trabajan desde enero sobre un informe sobre cómo lo harán. Aunque todavía no hay una solución para que no crezcan sin control —ahora son unas 7.500—, lo que sí suscita acuerdo es que no van a recurrir a los métodos tradicionales que se usaban hasta 2015, como la captura en trampas y el gaseado posterior. El suministro de anticonceptivos en la comida parece que poco a poco se va imponiendo. En San Sebastián, los equipos de desinfección capturan una media de 500 palomas al año. El Ayuntamiento no cuenta con un protocolo específico para acabar con esta especie, al considerar que no existe una plaga en la ciudad, y tiene subcontratado a una empresa especializada el control de la población de aves.

En Murcia, el Ayuntamiento tiene desde hace una década a dos funcionarios municipales encargados del control de las palomas para evitar que aumente el número. Para ello, se distribuyen cebos y se cazan estas aves con redes en espacios abiertos como parques y jardines, mientras que en las zonas de trama urbana cerrada se colocan jaulas en viviendas y edificios. En 2016 se capturaron en torno a 4.000 ejemplares.

En Palma, la población de palomas se ha estabilizado, aunque el Ayuntamiento aplica medidas para controlarlas desde hace 20 años. Las aves se atrapan mediante un dispositivo de jaulas trampa que se colocan en los tejados de las casas con permiso previo de los vecinos. También se utilizan los cañones de red. El Ayuntamiento actúa a demanda vecinal y al año se atrapan unos 2.000 ejemplares.

En 2016 se capturaron en Sevilla unas 1.400 palomas con jaulas. La ciudad se rige según una ordenanza de febrero de 2011 en la que sanciona con multas de entre 75 y 500 euros a aquellas personas que depositen alimentos en la vía pública, solares e inmuebles abandonados. Entre los métodos utilizados en Sevilla para controlar a las aves se aplican las vallas físicas como los pinchos o las redes. “Otros medios como los piensos anticonceptivos están en estudio”, señala el Ayuntamiento.

En Málaga, también está prohibido dar de comer a los animales callejeros, incluidas las palomas, con sanciones de hasta 500 euros. La población de palomas está controlada con jaulas-trampa en puntos de concentración excesiva y cuando se producen peticiones de los vecinos. Los animales capturados se sacrifican. Ahora causan más molestias las gaviotas y las invasivas cotorras argentinas.

En Galicia la mayoría de las ciudades optan por la retirada de nidos y huevos para controlar la población de palomas y gaviotas, aunque también se instalan jaulas de captura. Vigo es la ciudad que más gaviotas tiene, unas 1.200, después de sucesivas campañas en las que se logró reducir la población a la mitad. En la ciudad de A Coruña hay un censo de 900.

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