Rajoy acusa a ERC de boicotear su oferta de diálogo a Puigdemont
El presidente del Gobierno rechaza estar promoviendo en Cataluña conspiraciones o engaños
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, afirmó este martes que no cree en extrañas conspiraciones, aunque a la vez aprovechó una pregunta en el Senado de ERC para acusar a ese partido de “arrinconar la sensatez” e “inventarse operaciones” contra Cataluña con el objetivo de boicotear cualquier salida dialogada al conflicto entre la Generalitat y el Ejecutivo. Rajoy sostiene que ERC trata de que fracase el ofrecimiento que él quiere hacer al presidente catalán, Carles Puigdemont.
La pregunta de Mirella Cortés Gés, la senadora de ERC que sustituyó al dimitido Santiago Vidal, requería saber si Rajoy estaba informado de una denominada Operación Cataluña, que definió como la utilización del aparato del Estado para desacreditar ilegítimamente a los políticos catalanes que defienden el derecho de autodeterminación. De ese señuelo colgó todo. Desde las grabaciones realizadas en el despacho del exministro del Interior Jorge Fernández de conversaciones entre este y el exresponsable de la Oficina Antifraude, Daniel Alfonso, hasta mensajes del jefe de gabinete de Rajoy, Jorge Moragas, o manifestaciones de mandos policiales operativos.
Rajoy evitó darse por aludido. Rescató una ristra de datos sobre la situación económica y financiera de Cataluña y del conjunto de España en 2011 y retrató todo lo invertido para evitar la quiebra. Repitió su tesis de que a ambas sociedades —la catalana y la del resto de españoles— les ha ido y les irá mejor juntas que separadas, y acusó al Gobierno catalán de falta de personalidad por permitir que “fuerzas políticas extrasistema nombren presidentes de la Generalitat o impongan determinadas condiciones que terminarán con un cambio en el modelo económico y social”, en referencia a la CUP.
El presidente refrendó así el trasfondo de su recurrente operación diálogo sobre Cataluña: “Estoy dispuesto a dialogar, pero hay una cosa sobre la que no puedo dialogar con nadie, y es para ver cómo incumplimos juntos la ley”.
A la senadora independentista no le agradó el despeje de Rajoy y cuestionó que responda lo que quiere y no lo que se le pregunta: “Nosotros le pedimos nabos y usted contesta coles, preguntamos una cosa y usted contesta lo que le da la gana”, protestó. Y le exigió un desmentido contundente a que se pueda estar montando a través de “las cloacas del Estado, los dosieres falsos, los periodistas comprados y las recompensas con fondos reservados” un GAL “sin violencia física” contra Cataluña. También le pidió que negase ser él, Rajoy, “el señor X” de esa supuesta operación.
El presidente respondió ampliando al máximo los temas sobre los que se podría hablar al margen del referéndum de autodeterminación: el empleo, la dependencia, los problemas de demografía, la financiación autonómica, los presupuestos, las inversiones y las infraestructuras; y también cómo hacer que las instituciones no estén al servicio de una determinada ideología o qué se puede hacer para terminar con la tensión y la división.
Rajoy descalificó como “muy cómodo” el argumento de la conspiración y se explicó: “Ahorra la molestia de pensar; exculpa al que lo emplea de toda responsabilidad y se la endosa al mejor amigo del hombre, que es el chivo expiatorio”. Aconsejó así a la senadora que deje de inventar operaciones: “No sé qué es la Operación Zanahoria, pero tengo la sensación de que trata de que, si yo quiero plantear algo al presidente de la Generalitat, ustedes no lo van a apoyar porque dicen que eso es una zanahoria y que todos tenemos que hacer lo que dicen ustedes, lo que no me parece excesivamente democrático”.
Interlocutores y la propuesta fantasma
El senador Josep Lluis Cleríes, del PDECat (antigua Convergència), preguntó este martes a la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, por sus criterios de selección de los interlocutores con los que se reúne cuando acude a trabajar a Cataluña. Cleríes lamentó que Santamaría visite tanto la comunidad pero no tenga tiempo para entrevistarse con el presidente catalán, Carles Puigdemont, que representa a sus 7,5 millones de ciudadanos, ni le termine de realizar una oferta concreta frente a una supuesta “propuesta fantasma”.
La vicepresidenta reaccionó con “estupor” a la pretensión exclusivista del senador nacionalista y le informó de su criterio para convocar esas reuniones: “La pluralidad”. Santamaría recalcó que Cataluña es mucho más que la Generalitat, que no es la única institución catalana, ni solo los independentistas, y desdeñó que se atribuyan “un pensamiento único” y que la CUP sea “el interlocutor elegido” por los nacionalistas.
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