La calculada prudencia de España ante las polémicas decisiones de Trump

Sean Spicer, portavoz de Donald Trump en la Casa Blanca, sostuvo que el equipo del presidente republicano aún no da por definitiva la eliminación del español y aseguró que llevará "un poco más de tiempo" tener completada "pieza a pieza" la web del Gobierno estadounidense. Unos días más tarde, la Casa Blanca recuperó el castellano en su cuenta oficial de Twitter.

Trump, en su primera conversación con Rajoy, expresó su "enorme afecto por el pueblo español" y recordó su estancia en Barcelona en 2014, cuando aún no era candidato presidencial, considerándola como "una magnífica ciudad".

Donald Trump, cuando aún no consideraba presentar su candidatura a la presidencia del país, ya mencionaba a España en asuntos como el cambio climático al enjuiciar la utilización de la energía eólica y sus altos costes, o criticando la delicada situación económica española durante la crisis. "España está enferma y este es el momento de aprovecharlo", llegó a decir en una entrevista a la CNBC en 2012.

La posición del Gobierno español cuando se desató la polémica entre México y Estados Unidos fue de cautela. Rajoy se limitó a desear "sensatez, cordura y sentido común" en los países dirigidos por Peña Nieto y Donald Trump con los que España tiene "estrechísimas relaciones".

Tan solo unos días después de la victoria del republicano, Mariano Rajoy expresó su preocupación sobre el rechazo de Trump a los tratados de libre comercio tanto con sus vecinos como, especialmente, con Europa. Un hecho de este nuevo giro político ha sido la decisión de Trump de retirar a EE UU del Tratado comercial del Pacífico (TPP).

Felipe VI afirmó apenas una semana después de que Trump fuera investido como presidente el deseo de España de trabajar con "el mismo nivel de excelencia con el que lo ha hecho hasta ahora con la Administración Obama", y añadió: "Un trabajo no solo a nivel bilateral, sino "también en los asuntos globales y los foros multilaterales".

Los ministros de Educación y Asuntos Exteriores, Íñigo Méndez de Vigo y Alfonso Dastis, también defendieron que los vínculos españoles con Estados Unidos deben ser "excelentes". España, por tanto, mantendrá sus relaciones bilaterales con EE UU "dejando claros" cuáles son sus principios, "no pegando muchos gritos ni siendo muy estridentes".

La estrategia del Partido Popular en materia internacional pasa, según expuso Pablo Casado, vicesecretario de comunicación del Partido Popular, por que "España ocupe lugares que antes ocupaba Reino Unido", en referencia a la brecha que ha supuesto el Brexit en el interior de la Unión Europea y la oportunidad que se le presenta a España, por tanto, para "convertirse en socio preferente de Estados en Europa".

La afirmación, en palabras de Pablo Casado, hacía referencia a la solidez del sistema político estadounidense a lo largo de la historia. "Hay un sistema de contrapesos, y en tres siglos no ha habido ningún régimen totalitario en EE UU, cosa que en Europa no podemos decir".

El ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, también expresó su disconformidad: "La gestión de la web es una cuestión interna de la Casa Blanca, pero lamentamos la supresión de la versión española". Varias instituciones como la RAE y el Cervantes también criticaron la decisión del nuevo presidente de los EE UU tachándola de "retroceso notable". El ministro de Educación, Méndez de Vigo, recordó también "la importancia del español en EE UU como elemento de cohesión en una sociedad multicultural como la norteamericana".