El fracaso que se veía venir
PISA y los informes internos aventuraban el desplome en Euskadi, donde hay más alumnos en la concertada que en la pública
Suena la sirena del instituto público Miguel de Unamuno, en Bilbao. Son las ocho de la mañana y Jon P. entra con su tableta a clase. Ya no usa libros. Está en tercero de la ESO: “Aquí nos exigen bastante”, dice, ajeno a los resultados de un informe con nombre de ciudad italiana que ha levantado una auténtica polvareda en el País Vasco.
La evaluación internacional PISA ha puesto en evidencia que Euskadi ha retrocedido en los resultados de ciencias y comprensión de lectura desde 2010, y ya está por debajo de la media de la OCDE y de la media española, cuando su inversión por alumno es históricamente superior.
El problema es que las evaluaciones bianuales internas del departamento, apuntaban en el mismo sentido. La consejera, Cristina Uriarte, lo reconoció en marzo en el Parlamento vasco. Los resultados no evolucionaban como se esperaba.
“Creemos que no hay una sola causa, sino una acumulación”, asegura Aitor Idigoras, profesor y portavoz del sindicato mayoritario en la educación, Stee-Eilas. En su opinión la educación vasca “se desangra” con tres modelos educativos duplicados en la pública y en la privada concertada. El modelo A — minoritario—, es todo en castellano (el euskera como asignatura); el B es mitad y mitad en euskera y castellano —mayoritario en la concertada—; y el D, mayoritario en la pública, con todas las asignaturas en euskera, salvo castellano y hasta tres en inglés.
“Esto no favorece la igualdad del alumnado”, critica, dando a entender que dependiendo de donde se hagan las evaluaciones el resultado varía. Euskadi es la única comunidad en la que más del 50% de los alumnos están en centros privados concertados, frente al 25% de media del resto de España.
Además, el sistema vasco “no distribuye a los niños de padres extranjeros de manera igualitaria por toda la red”, critica la profesora de euskera, Elisa Rueda. Es una denuncia compartida por padres y alumnos. Todas las asociaciones de madres y padres de los colegios públicos de infantil y primaria de Vitoria denunciaron el pasado febrero la creciente concentración de alumnado de origen extranjero y con poco poder adquisitivo en los centros públicos, frente a la acumulación de los autóctonos en los concertados. Las asociaciones de migrantes se sumaron a las protestas porque tampoco quieren guetos ni segregación, sino una “integración real”.
Imanol P. de A. tiene 17 años, está en segundo de bachiller en un centro concertado de Vitoria y fue uno de los que participó cuando estaba en quinto de primaria en las pruebas PISA. En su colegio siguen con los libros: “Hay mucho desconcierto a la hora de ver qué materia se estudia con los cambios de modelos educativos”, protesta.
No son los únicos problemas. El aumento a 25 del ratio de alumnos, la subida de horas lectivas y la falta de sustituciones los primeros días de la baja, no mejoran la calidad.
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