Urkullu defiende el “realismo político” frente a planteamientos irrealizables

El lehendakari y candidato a la reelección, Íñigo Urkullu, acaba de mostrarse como un firme defensor del realismo político. Frente a utopías o proyectos al margen de la ley, Urkullu, que será reelegido mañana jueves en segunda votación con el apoyo del PSE, ha dicho que sería un honor representar los valores de la sociedad vasca, "aplicando la fórmula de realismo, verdad y trabajo que nos ha permitido avanzar".

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Frente a los bancos de la izquierda abertzale y en un hemiciclo con un nuevo grupo como Elkarrekin Podemos, Urkullu ha pedido diálogo y se ha mostrado abierto a acuerdos, también con la administración central y el Gobierno del PP, pero ha dejado muy claro que "ni he caído ni voy a caer en planteamientos irrealizables o insostenibles, tampoco en ofrecimientos inconsistentes o discursos carentes de una base firme".

No ha citado a ningún partido en esa referencia a proyectos utópicos, pero lo ha dicho apenas unos minutos después de que la candidata a lehendakari de la izquierda abertzale, Maddalen Iriarte, anunciara, también en el Parlamento Vasco, que van a trabajar para convocar una consulta vinculante de independencia en 2018.

Si ha sido algo más preciso a la hora de defender la reformulación de España como una nación de nacionalidades. Urkullu, que ha defendido su programa durante hora y media, ha demandado el mismo talante abierto que ofrece, al nuevo Gobierno de Mariano Rajoy, ya que, en su opinión, "la conformación del nuevo Gobierno español no ha despejado las dudas e incertidumbres".

En su opinión la falta de diálogo y de entendimiento, -tampoco ha citado a Cataluña- está generando inestabilidad que en nada ayuda a la necesaria" redefinición del Estado. "Es necesario afrontar con determinación la actualización del modelo de Estado, asumiendo su carácter plurinacional", ha dicho para señalar que el mejor camino sería el de lograr que "las naciones encontremos nuestro reconocimiento". Urkullu ha dicho que va a aplicar un Gobierno abierto al pacto y la colaboración desde la base de que "nadie tiene la razón completa y la suma de todas las razones será la que nos permita superar los retos que tenemos como sociedad".

En ese contexto ha reclamado el reconocimiento de Euskadi como nación. "Reafirmo mi convencimiento personal y político: Euskadi es una Nación que debe ser reconocida. Euskadi necesita mecanismos de bilateralidad efectiva que garanticen el cumplimiento de lo pactado con el Estado", ha dicho, es decir, reforzar a través de una reforma, mecanismos que eviten la erosión de las legislaciones en competencias exclusivas.

Reconstrucción europea

Si las relaciones entre Euskadi y el Estado han marcado el inicio de su discurso, para partir de ahí centrarse la reconstrucción europea, la economía y la paz y la convivencia. Tras asegurar que apuesta por en una Europa reinventada que recupere su dimensión social y afronte una mayor integración, ha explicado que la sociedad vasca también necesita avanzar en el encuentro de las personas tras la confirmación de la paz. "Tenemos que seguir tejiendo" en ese sentido y "pasar de la coexistencia a la auténtica convivencia", lo ha definido.

En medio de una gran nevada sobre Vitoria, Urkullu se ha detenido en la agenda social para recordar que si "hace 27 años fuimos la Comunidad pionera en poner en marcha el ingreso mínimo de inserción", ahora toca mejorarlo después de cinco trimestres creciendo por encima del 3% del PIB y con el punto de mira en rebajar del 10% el desempleo.

Respecto del autogobierno ha dicho: "En este Parlamento debe sustanciarse un diálogo abierto entre todos los grupos y, desde la libertad de cada formación política, tratar de alcanzar un acuerdo plural y con el mayor consenso posible. Hoy reafirmo mi convencimiento personal y político: es el momento de avanzar en un nuevo marco político de convivencia en Euskadi, que partiendo del consenso institucional alcanzado en este Parlamento, articule un nuevo Pacto con el Estado y sea ratificado por la sociedad vasca".