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Rajoy aclara que quiere gobernar sin condiciones pero con consensos

El presidente defiende ante el propio PP, PSOE y Ciudadanos que puede pactar luego con distintos partidos

Mariano Rajoy, junto a Rafael Catalá este jueves en Torremolinos (Málaga).
Mariano Rajoy, junto a Rafael Catalá este jueves en Torremolinos (Málaga).Jorge Zapata (EFE)

La prioridad más urgente para Mariano Rajoy es que haya Gobierno y en ese objetivo no piensa poner ninguna condición al PSOE para que se abstenga. Al presidente en funciones le parece que lo mejor para España sería “un Gobierno que dé estabilidad, seguridad y certidumbre” , pero “si no es posible” estaría dispuesto “a considerar cualquier posibilidad”. Rajoy ha aclarado este jueves el panorama a primera hora, antes de tener otra conversación ya más política con Javier Fernández, el responsable de la gestora del PSOE, y ante las crecientes y duras exigencias que portavoces del PP estaban lanzando a ese partido a cambio de su abstención. El líder popular defiende que sería posible gobernar luego con “consensos” con distintas fuerzas políticas.

“Los consensos no son una rendición sino un éxito de todos” ha sido la frase que Rajoy se ha reservado este jueves para clausurar un congreso de abogados en Torremolinos. Fue la única alusión más o menos directa a la crisis del PSOE y de gobernabilidad del país que ha hecho en esa intervención. Antes de entrar, Rajoy ha respondido a algunas preguntas y ha ratificado la opinión que viene manteniendo desde las elecciones del 20-D: “Creo que lo mejor sería un Gobierno que diese estabilidad, seguridad y certidumbre y planteé una coalición. Si no es posible eso, nosotros estamos dispuestos a considerar cualquier posibilidad, porque la prioridad es formar Gobierno”.

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El PP le había programado a Rajoy un acto para este sábado en el día del afiliado en Zaragoza para que fijase su posición tras varias semanas de silencio premeditado. Rajoy ha dado la orden expresa a su equipo, en el Gobierno y el PP, para que extremasen la prudencia y la cautela. Los vicesecretarios nacionales, que hacen a diario ronda de televisiones y radios, dejaron de comparecer. Pero ese silencio no ha sido total ni se puede imaginar casual en este PP.

En el Congreso, en privado y en público, algunos de los dirigentes más relevantes del PP han aprovechado estas jornadas para lanzar avisos al PSOE sobre que su presumible y futura abstención no podía resultar ahora igual de cara que antes de su crisis. Y destacaron, sobre todo, que no se trataba de conseguir la abstención de los diputados del PSOE para un solo día, sino para dar algo de seguridad al país. Pusieron el ejemplo de que habría que pactar también los Presupuestos para 2017 y algunos compromisos económicos con Bruselas.

Adelantar el mensaje

Esa versión de la amenaza popular caló y los responsables de la gestora del PSOE, que están en pleno proceso de refrigeración de su conflicto y de explicación de sus opciones a sus bases encrespadas, entraron en pánico. El nuevo jefe socialista, Javier Fernández, advirtió a Rajoy rápidamente de que se olvidase de demandar algo más que la abstención y le instó a que se buscase la estabilidad día a día en el Parlamento.

Rajoy, que había dejado jugar a algunos dirigentes del PP el papel de malos en ese clásico reparto de papeles, ha optado este jueves por frenar esa escalada que conducía de nuevo al abismo político. Ha adelantado su mensaje y ha aclarado a primera hora de la mañana su postura a todos. Al final de la mañana ha vuelto a charlar por teléfono con Fernández, al que ya había felicitado el lunes por su cargo y con el que ve fácil la conexión.

El mensaje de Rajoy de este jueves iba dirigido al PSOE, desde luego, pero también a Ciudadanos, al PP y hasta al PNV. Quiere gobernar, cuanto antes, y luego ya se verá, porque podría fraguar consensos con diversas fuerzas políticas. Sostiene, oficialmente, que no le gustaría tener que repetir otras elecciones, las terceras en un año, porque serían “un disparate”.

El líder del PP aguarda que Fernández cumpla su papel, atempere al PSOE y lleve la oferta de la abstención de sus 84 diputados en el Congreso a un comité federal. Rajoy no quiere meterle prisa. Este jueves ha avanzado que aún hay tiempo y que ahora esperará a que Fernández le llame y le diga cómo y cuándo se quiere sentar a hablar “si él así lo desea”. En el Ejecutivo y el PP no quieren usar la palabra condición o exigencia tras la reconvención de este jueves de Rajoy, pero sí aseguran que tarde o temprano se tendrá que producir una negociación en la que se abordará el escenario presupuestario y el de los compromisos europeos. “Cuando llegue ese momento estamos dispuestos a hablar de todo”, aseguran en el PP.

En el partido se han reproducido este jueves las conversaciones internas para interpretar el toque de atención de Rajoy. Algunos dirigentes apuntaron que “cuando se juega con fuego te puedes quemar” y que en este caso no conviene “romper la cuerda” porque demasiada dureza con el PSOE podría acabar volviéndose en su contra: “Al enemigo hay que darle un poquito de agua, sobre todo porque tiene detrás a Podemos machacándoles”.

El PP descarta un ‘no’ al Rey si reúnen los apoyos antes del 31

N. J./J.C., Madrid

Aunque las encuestas indican que mejorarían sus resultados y serían los mejor parados en unas terceras elecciones, el PP descarta la repetición de comicios. “Si el PSOE se abstiene, no podemos decir que no. No es lo mismo decirle que no al Rey cuando no tienes los apoyos garantizados que decirle que no cuando sí los tienes, es decir, renunciar a ser presidente”, afirma un miembro de la dirección del partido y de la máxima confianza de Mariano Rajoy. “Llevamos muchos meses diciendo que la repetición de elecciones sería un disparate y no podemos ahora cambiar de discurso”, afirma otro dirigente popular.

El PP espera al Comité Federal del PSOE, pero ya baraja un calendario de “investidura por los pelos”, esto es, que la votación se celebre la última semana de octubre —el plazo termina el 31—. Eso pone en peligro, y así lo admiten fuentes del Gobierno, la asistencia de Rajoy a la cumbre iberoamericana del 28 y 29. “Hay tiempo, pero no podemos dormirmos en los laureles”, afirma un vicesecretario popular.

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