Los escándalos vuelven a acorralar al PP en plena campaña electoral
El partido no oculta que desea la renuncia de Rita Barberá
Barberá, Matas, Bárcenas, Lapuerta, Guindos, Soria fueron los protagonistas de otro martes negro para el PP. A Rajoy se le volvieron a acumular escándalos en plena campaña para las elecciones vascas y gallegas. Por la mañana, el Tribunal Supremo abrió causa por presunto blanqueo contra la histórica exalcaldesa de Valencia y se conocía también que el extesorero renunciaba a su demanda contra el PP por el destrozo de sus ordenadores. Guindos defendió por la tarde el nombramiento discrecional de Soria mientras Rajoy evitó las polémicas desde la campaña en Galicia.
Mientras Mariano Rajoy dedicó gran parte de su mañana de este martes a tuitear selfies de campaña con lo bien que le estaban tratando en Ourense, el Tribunal Supremo abría una causa contra la exalcaldesa Rita Barberá por el presunto blanqueo del PP en el Ayuntamiento de Valencia. Los periodistas le preguntaron por el asunto, pero el líder del PP no contestó.
Esa misma mañana, cuando los populares pedían el voto para Alberto Núñez Feijóo en Galicia y para Alfonso Alonso en Euskadi, los titulares de todos los medios de comunicación hablaban de la sorprendente retirada de Luis Bárcenas de la acusación por la destrucción de sus ordenadores —por la que el PP está procesado como persona jurídica— y de la negociación en marcha del exministro y expresidente balear Jaume Matas con la fiscalía para evitar la prisión a cambio de confesar varios casos de corrupción. El PP sostiene que desconocía la estrategia que iba a seguir Bárcenas y se remiten a la versión del extesorero, que ha alegado problemas económicos.
Aún con Rajoy de paseo electoral por Ourense comenzó por la tarde en el Congreso la comparecencia en comisión y no en pleno del ministro Luis de Guindos tras la cadena de contradicciones para justificar el nombramiento —y posterior renuncia—de su amigo el exministro José Manuel Soria para representar a España en el Banco Mundial. Esa actuación fue criticada por numerosos dirigentes territoriales del PP, implicados o no en campaña, y por ministros que se desmarcaron en público de su inoportunidad.
La cadena de escándalos le volvió a explotar al PP no solo en campaña , sino en plenas negociaciones para intentar formar gobierno y evitar las terceras elecciones generales en un año.
La dirección del PP no oculta, ante este cúmulo de problemas, que desearía que Barberá ya hubiera renunciado a su acta de senadora y les liberara de la presión e imagen de corrupción permanente en la Comunidad valenciana. La cúpula popular habló este martes con la senadora tras la decisión del Supremo y la exalcaldesa de Valencia decidió no asistir por la tarde, como tenía previsto, a la sesión constitutiva de las comisiones de Economía y Constitucional, en las que el PP la nombró vocal. “Ha excusado su asistencia para poder consultar el auto judicial”, explicaron desde el PP. Pero Barberá no ofreció este martes su renuncia al partido, que teme ahora que se quiera atrincherar en su escaño.
La exalcaldesa tiene “muy difícil” continuar en su puesto, según fuentes del partido, una vez que la imputen. El PP abrió expediente a la senadora como al resto de concejales valencianos imputados (9 de 10), que fueron suspendidos de militancia en la primavera pasada. El PP, ahora, pretende ser coherente con aquella decisión. De hecho, el expediente se paralizó, después de tomarle declaración, a la espera de la decisión del Supremo, que de momento no la ha imputado.
El acuerdo anticorrupción firmado por el PP con Ciudadanos para la investidura de Rajoy exige la suspensión de los cargos públicos imputados por esos delitos. Preguntado por si se comprometía a tomar esa medida pasara lo que pasara con su investidura —finalmente fallida—, Rajoy contestó: “Cuando me comprometo a algo, lo cumplo”. Alicia Sánchez Camacho, miembro de la Mesa del Congreso, reafirmó este martes esa palabra dada por Rajoy.
En el PP quieren pensar que la concatenación de estos escándalos no les va a perjudicar electoralmente en Galicia y Euskadi (que siguen otras dinámicas propias) ni tampoco para retomar la posibilidad de la investidura de Rajoy. “Aquí no se iba a mover nada, en cualquier caso, al menos hasta los resultados del 25 de septiembre”, razonan en la cúpula del partido.
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