Las administraciones se aúnan para el “control integral” de la duna de Valdevaqueros

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Una duna desenfrenada

Los vecinos del poblado de Punta Paloma están más cerca de encontrar una solución para la duna que amenaza con engullir la carretera de acceso a sus casas. Las administraciones implicadas en el control de la duna de Valdevaqueros, ubicada en Tarifa, se han reunido este viernes en Cádiz para marcar la hoja de ruta que pretende acabar con un problema que se lleva sufriendo en la zona desde 2004.

Representantes de la Junta de Andalucía, del Gobierno Central, del Ayuntamiento de Tarifa y de los vecinos de la zona han acordado realizar un anteproyecto que determine la cuantía económica de la solución. Será la Delegación de Fomento de la Junta, responsable de la carretera que está siendo tragada por la duna, la encargada de elaborar este primer documento. Para ello, se basará en una de las soluciones que aporta el conocido como informe Losada.

Fue en diciembre de 2012, cuando la junta rectora del Parque Natural del Estrecho (dependiente de Medio Ambiente de la Junta) encargó un estudio al Grupo de Dinámica de Flujos Ambientales de la Universidad de Granada, que dirige el catedrático Miguel Ángel Losada. En dicho informe, Losada dibujaba cinco opciones posibles que iban desde no hacer nada a intentar realizar un control integral de la duna. Ahora, las administraciones implicadas han optado por la quinta solución. Esa pasa por recuperar y restaurar la unidad fisiográfica de la zona, desordenada desde que en 1940 se alteró la dinámica del espacio al construir un fuerte defensivo. Esta medida implicaría controlar la invasión de la carretera e insistir en la conservación del sistema dunar.

Dado que se trata de un proyecto ambicioso que se tendrá que ejecutar por fases, las administraciones han acordado establecer “convenios o acuerdos futuros” para realizarlo. Así lo ha explicado el mismo subdelegado del Gobierno en Cádiz, Javier De Torre, al término de la reunión. Este paso supone un destacado avance ya que, hasta la fecha, los distintos agentes implicados desarrollaban acciones puntuales y sin coordinación para intentar frenar, sin éxito, el avance de la arena. De hecho, las administraciones no habían conseguido acuerdo alguno tras diversas reuniones. Eso hace que Fomento de la Junta gaste 150.000 euros anuales en mover constantemente la arena para evitar que corte la carretera. Además, desde 2007, Costas ha destinado dos millones de euros en retirar arena de la zona.

Gasto sin coordinación

“Hasta ahora, las distintas administraciones hemos gastado mucho dinero para intentar encontrar una solución”, ha reconocido De Torre. De ahí que haya resaltado la unión que ahora se inicia. Ángel Gavino, subdelegado del Gobierno de la Junta en el Campo de Gibraltar, ha mostrado también su satisfacción “por el compromiso de la Administración central de colaborar económicamente en el desarrollo de este proyecto”. Por su parte, el delegado territorial de Medio Ambiente, Ángel Acuña ha explicado que, tras el trabajo de Fomento, volverán a reunirse “para determinar qué corresponde a cada administración”. Acuña resalta que este nuevo acuerdo es clave para “solucionar el problema de los vecinos, que son los principales damnificados”.

Alba Espinosa, presidenta de la asociación de vecinos de Punta Paloma, se ha reconocido “moderadamente satisfecha” con el anuncio. “Me hubiera gustado haber salido con otro sentimiento porque estamos casi al principio. Sin duda, es importante porque ya todos van a ir a una, no parcheando cada por su lado”, reconoce. Aunque existe un compromiso de Subdelegación por colaborar económicamente, Espinosa mostró su disconformidad con que “Costas siga considerando que no es su problema, si no de Fomento de la Junta”.

Los técnicos de Fomento tendrán que cifrar el importe económico y las fases de la quinta solución aportada por Losada que, además, era la considerada como más idónea por el propio catedrático. A lo largo de distintas etapas, se plantea la restauración integral del entorno para frenar el avance de la duna. Eso implicaría atajar el origen del problema, aunque no solo centrándose en la masa de arena, también en el estuario del cercano río Jara, afectado por el cambio de la dinámica dunar.

La idea es recuperar la estabilidad que se perdió al alterar un corredor de arena que se mantenía hasta 1940. Con la intervención militar se produjo un desequilibrio morfodinámico de la unidad fisiográfica que ahora se pretende contrarrestar con una restauración global de la zona. Pese a eso, no se descarta tener que tomar “medidas de infraestructuras” combinadas con lo que marca el informe, según ha reconocido De Torre. Eso implicaría construir un falso túnel para salvar una montaña de arena que ahora mismo tiene 700 metros de largo, 300 de ancho y diez de altura. De momento, Espinosa se conforma con que, esta vez sí, se cumpla esta primera fase de colaboración que promete acabar con más de 12 años de problemas. Una incomunicación que este verano, el más ventoso desde 1998, ha sido más que “insufrible” en Punta Paloma.