España dispara las emisiones de CO2 tras el parón de la crisis
Las emisiones de gases de efecto invernadero crecen un 3% en 2015 mientras Europa sigue reduciéndolas
Durante la crisis, España consiguió reducir de forma espectacular sus emisiones de gases de efecto invernadero. Caídas del 7% o del 9% eran habituales y permitían presumir de cumplimiento con las obligaciones europeas y del Protocolo de Kioto. Sin embargo, no era un éxito de las políticas contra el cambio climático, sino el simple efecto de la desaceleración económica. Los datos lo corroboran. España aumentó sus emisiones a la atmósfera un 3,2% en 2015, según el adelanto que el Gobierno acaba de enviar a la Comisión Europea.
Este incremento confirma la tendencia apuntada el año anterior. En 2014, por primera vez desde 2007, España emitió a la atmósfera más gases de efecto invernadero que el año anterior, rompiendo así una tendencia a la baja que situaba al país en el grupo de los cumplidores de la Unión Europea. Solo fue un 0,5%, pero dejó claro que la buena racha había terminado. En 2015, España emitió 339,3 millones de toneladas, según le acaba de comunicar a la Agencia Europea del Medio Ambiente. Es decir, el aumento ya no es anecdótico. Supone un 3,2% más.
España se aleja así de la tendencia europea. Los 28 llevan años reduciendo sus emisiones conjuntas. En 2014, último del que se tienen ya los datos cerrados y comparados, los gases de efecto invernadero cayeron un 4,1% con respecto al ejercicio anterior, según un inventario de la Agencia Europea del Medio Ambiente (EEA) publicado en junio pasado. Aquel informe ya dejaba mal a España, porque estaba en el grupo de cola de los países que aumentaban emisiones en lugar de reducirlas, junto con Bulgaria, Chipre y Malta.
"Los datos reflejan la inacción de las administraciones públicas a la hora de poner en marcha políticas de lucha contra el calentamiento global", asegura Javier Andaluz, portavoz de Cambio Climático de Ecologistas en Acción.Y recuerda que la cifra nos sitúa a la cabeza de la Unión Europea en el incremento de emisiones desde 1990, año que se toma como referencia para el protocolo de Kioto. Algunas de las medidas "profundamente irresponsables" que en su opinión han llevado a España a este punto son "la política contraria a las renovables, la penalización al autoconsumo y las subvenciones a los sectores fósiles como el carbón".
El caso del carbón es especialmente llamativo. En una Unión Europea cada vez más verde, España sigue apostando por este combustible, el más contaminante de las fuentes de energías fósiles empleadas para generar electricidad. España es el país que más incrementó su consumo de carbón el año pasado, según destaca la última edición del BP Statistical Review, publicada hace unas semanas. Mientras en el resto del mundo el uso de carbón cayó un 1,8%, España quemó un 23,9% más que el año anterior. Ni siquiera países en vías de desarrollo como Indonesia o Malasia incrementaron tanto su consumo de carbón como España.
El 20,3% de la energía eléctrica consumida en la Península el año pasado se generó en las centrales térmicas que usan carbón, según los datos de Red Eléctrica de España. Fue la segunda fuente más empleada en 2015, solo por detrás de la energía nuclear (21,9%).
El Observatorio de la Sostenibilidad presentó en febrero pasado un informe sobre cambio climático en el que ya estimaba que las emisiones de gases de efecto invernadero crecieron en 2015 un 4% respecto al año anterior. Según los datos provisionales enviados a Bruselas el incremento es ligeramente menor. El investigador José Santamarta señaló al carbón como responsable de la subida.
El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, por su parte, recuerda que "los datos son provisionales y pueden cambiar, no serán definitivos y oficiales hasta 2017". Y añade, en respuesta a EL PAÍS, que las emisiones crecieron "arrastradas principalmente por el incremento de las emisiones de la generación eléctrica (+19,7%) y compensadas en parte por la disminución en las emisiones derivadas del uso de gases fluorados (-37,6%), por efecto del impuesto sobre los mismos en el control de fugas y usos de gases alternativos".
Pese al mal dato global, el Gobierno destaca que las emisiones de los sectores difusos (transporte, hogares, agricultura...) disminuyeron un 0,4%. Es en estos sectores donde, añade, "tenemos objetivos nacionales de lucha contra el cambio climático". "Este avance confirma como este Gobierno, con políticas bien orientadas como la del impuesto de gases fluorados, está consiguiendo mantener la buena tendencia de reducción de emisiones para el cumplimiento de los objetivos nacionales en sectores difusos, consiguiendo desacoplar las emisiones de la actividad económica", concluye la respuesta escrita enviada por el ministerio.
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