El BBVA acusa a Ausbanc ante el juez por su “acoso y agresión”
La entidad presidida por Francisco González solicita ejercer la acusación particular como víctima
El BBVA ha pedido este martes al juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz que le permita personarse como acusación particular en el caso de las extorsiones de la Asociación de Usuarios de Servicios Bancarios (Ausbanc), presidida por Luis Pineda, hoy en prisión. La entidad presidida por Francisco González se considera "víctima" directa de la "estrategia de acoso y agresión" de Ausbanc. Esta consistía, a grandes rasgos, en atacar —tanto en los medios de comunicación como en los tribunales— a los bancos y cajas que se negaban a pagar grandes cantidades económicas a la organización de Pineda.
El BBVA fue el banco que se opuso de manera más frontal a las exigencias de Ausbanc. Los pagos de las entidades se realizaban mediante patrocinios de actividades y mediante la inserción de anuncios publicitarios en la red de medios de la organización, expulsada del Registro de Asociaciones de Consumidores en 2014. El precio que facturaba Ausbanc por los anuncios, en unos medios sin apenas difusión, estaba muy por encima de los habituales en el mercado de publicidad.
En su escrito, el BBVA detalla la "feroz campaña de acoso y desprestigio" a que la sometió Ausbanc tras negarse, a partir de 2007, a someterse a los pagos. La estrategia incluía, según el escrito de personación, "artículos denigratorios" contra el banco y sus directivos, acoso en las redes sociales, la impugnación de las juntas de accionistas de la entidad y la presentación de demandas en los tribunales. Estas denuncias, que eran sistemáticamente archivadas, servían, durante su tramitación, para que la organización de Luis Pineda atacara la imagen del banco al tiempo que planteaba sugerencias de colaboración.
La decisión de romper con Ausbanc la tomó en su día el entonces director de Comunicación del BBVA, Javier Ayuso. Este dejó el cargo en 2009 y fue sustituido por Gregorio Panadero. Según fuentes jurídicas, en ese momento Pineda intentó una “vía lateral” de colaboración con el BBVA, que ya había dejado de insertar publicidad en los medios de Ausbanc. El jefe de la organización sugirió que el banco, en su rama de responsabilidad social corporativa, colaborara en acciones de recaudación de fondos para el Padre Patera, un religioso que se dedica a ayudar a inmigrantes en el Campo de Gibraltar. Según las mismas fuentes, el banco suspendió este apoyo después de tres ediciones tras observar que las ayudas iban a una empresa supuestamente dirigida por Pineda.
Durante 2010 y los dos primeros trimestres de 2011, el BBVA adquirió también los informes trimestrales de reclamaciones que elaboraba Ausbanc y que se habían convertido en una fuente adicional de financiación de la entidad.
A mediados de 2011, el BBVA rompió definitivamente la relación con el grupo de empresas de Luis Pineda. El jefe de Ausbanc redobló sus campañas de acoso contra el banco y su presidente, Francisco González. Las revistas de Ausbanc, especialmente Mercado de Dinero, publicaron artículos "altamente agresivos" contra el banquero, al que llegaron a acusar de "malas prácticas". En marzo de 2012, Pineda y dos de sus colaboradores trataron de "reventar" la Junta General de Accionistas de BBVA, lo que quedó reflejado en un acta notarial. Pineda impugnó esa junta ante los tribunales, que desestimaron su acción.
El hostigamiento, relata el escrito, prosiguió en las redes sociales. Desde 2012, el BBVA ha recogido ante notario todos los ataques corporativos y personales que les dedicó Pineda en Twitter. Muchos de los mensajes incluían "falsos rumores sobre la estabilidad" de la entidad financiera y advertencias de "riesgos falsos" para los depositantes. Los ataques no solo iban dirigidos a Francisco González: se extendían también a los sucesivos responsables de Comunicación Gregorio Panadero e Ignacio Moliner.
Según fuentes financieras, el banco pretende tres objetivos con su personación: proporcionar información al juez y al tribunal, lograr una "sanción adecuada" a los delitos supuestamente cometidos por Ausbanc y resarcirse de los daños —tanto directos como morales y de reputación— que les infligió durante años la asociación, que cerró sus oficinas el pasado 31 de mayo. El banco está trabajando en la cuantificación de estos daños para comunicársela al juez en cuanto se disponga de ella.
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