El número dos de Ausbanc: “Pineda hace un montón de marranadas”
El expresidente de la entidad mostró a su círculo íntimo su temor a la investigación judicial 11 días antes de su detención
El presidente de Ausbanc y presunto cerebro de una red de extorsión de empresas y bancos, Luis Pineda Salido, temía 11 días antes de su detención los efectos de la investigación de la Audiencia Nacional dirigida por el juez Santiago Pedraz. Así se lo transmitió a su círculo de confianza. Ángel Garay Echevarría, adjunto a la dirección de Ausbanc, confesó por teléfono a su esposa ese miedo el pasado 4 de abril: “Lo que a Luis le preocupa es el tema de la investigación. Él es consciente de que lo van a pillar. Luis hace un montón de marranadas. Está metido en muchos frentes y en España tiene un pequeño marroncito fiscal”, confesó Garay, según los pinchazos telefónicos recogidos en un informe de 72 páginas de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional al que ha tenido acceso EL PAÍS.
Las conversaciones revelan los pagos de Ausbanc a jueces (500 euros) y periodistas (1.500) por participar en jornadas organizadas por la asociación de consumidores como Consumeralia de Sevilla.
El tesorero de la entidad, Alfonso Solé Gil, era el encargado de comprobar el abono de esos pagos. En una llamada, Solé insta al delegado de Ausbanc en Sevilla, José Martín, a confirmar si un magistrado de la Audiencia Provincial de Huelva recibió los honorarios de Consumeralia. Martín, por su parte, transmite a Pineda “su acojone” por la investigación judicial. Y, en otra conversación, recibe órdenes de Pineda para cambiar la cerradura de sus oficinas en Málaga porque el exdelegado de Ausbanc en esta provincia “se ha llevado documentación”. El número dos de Ausbanc dice que el antiguo responsable en Málaga percibía al año 250.000 euros. “Era el que más ganaba”. Pineda y el secretario general de Manos Limpias, Miguel Bernad, fueron detenidos y encarcelados a mediados de abril en el marco de la Operación Nelson que investiga Pedraz por supuestas connivencias para extorsionar a bancos y empresarios.
Las grabaciones revelan pagos de Ausbanc a jueces (500 euros por sesión) y periodistas (1.500) por participar en jornadas organizadas por Pineda
En otra conversación, registrada diez días antes de la operación policial, Pineda da la sensación de que sabe que está siendo investigado y llama a una jefa de prensa del Gobierno. El presidente de Ausbanc le saca a relucir el caso Nóos y el asunto de la vista oral que se celebró el pasado 26 de abril en Luxemburgo para fijar la retroactividad de las denominadas cláusulas suelo de las hipotecas.
La Policía sostiene, por otro lado, que Ausbanc manipuló su contabilidad antes de una inspección de Hacienda. Según los investigadores, el tesorero de la asociación, Alfonso Solé Gil, ajustó las cuentas después de que la esposa de Pineda, Teresa Cuadrado, le pidiera que “metiera más gastos” en los balances para que pareciese “que había descoordinación pero no mala fe”.
Solé Gil se muestra en otro momento “jodido” por la investigación de la UDEF. Y enmarca las pesquisas en un ajuste de cuentas por las demandas interpuestas por Ausbanc contra bancos y cajas. “Si quieres jugar en división de honor, las hostias son de división de honor”, cuenta. En otro pinchazo, el tesorero solicita a Ramón Perfecto elaborar un contrato de alquiler a posteriori para regularizar la situación entre dos empresas de la madeja societaria ante una inminente inspección de la Agencia Tributaria.
Tras estallar el caso en la prensa, el pasado 13 de abril, el cerebro de Ausbanc intentó desacreditar a la justicia. Pineda solicitó a su director de publicaciones, Luis Suárez, que rescatara una noticia “de la época en la que nos daban hostias” sobre una causa del exjuez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón —inhabilitado en 2012 tras una condena a 11 años de inhabilitación a instancias de los cabecillas de la trama corrupta Gürtel— contra Ausbanc. “Como el juez [Garzón] ha sido condenado, si tienes ese titular, puede salir una buena nota de prensa”.
La Policía sospecha en su informe que Bernad sabía también que estaba siendo investigado y que, por ello, cambio de teléfono dos días antes de su detención. En una conversación con el jefe de prensa de Manos Limpias, Javier Castro Villacañas, Bernad le dice: "Estoy tremendamente tranquilo porque no tengo absolutamente [...] Ni he hablado con nadie y menos mal que aquel tema que quería hablar para arriba no salió".
El pasado 15 de abril, Pineda llamó a su casa y pidió a su hijo que se duchara y se vistiera “por si fueran algunas personas”. Un rato después, la policía registraba el domicilio.
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