Excarcelada una exdirigente de los GRAPO que se desvinculó de la banda

La Audiencia Nacional ha acordado la excarcelación de la exdirigente de los GRAPO Gema Rodríguez Miguel, quien se desvinculó de la organización durante su estancia en prisión alegando que fue "engañada y manipulada" por la banda. Fue detenida en julio de 2002 en Francia en una operación en la que fueron arrestados 14 terroristas y fue desarticulada la cúpula de los GRAPO. La Guardia Civil le atribuyó en ese momento la función de responsable de la célula de grupos armados.

Según el auto del Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria al que ha tenido acceso Europa Press, a Rodríguez Miguel se le aplicará el artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario, por el que será sometida a un tratamiento específico en régimen abierto como paso previo a que se le conceda un tercer grado penitenciario.

De este modo, la Audiencia Nacional contradice el criterio de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, que le denegó esta medida propuesta inicialmente por la Junta de Tratamiento de la cárcel madrileña de Aranjuez en la que se encuentra interna.

Tras penar los cinco años a los que le condenó Francia por asociación de malhechores, esta reclusa cumple una condena de 15 años que expira en febrero de 2021. Fue condenada en 2009 a siete años de prisión por atentar en el año 2000 con una bomba contra una empresa de trabajo temporal en Vigo. Además, en 2013 se le impuso otra condena de ocho años por participar en dos atracos en sucursales de La Caixa, ambos en Madrid meses antes de su detención.

Se desvinculó de la organización hace cinco años

A la hora de concederle su excarcelación, la Audiencia Nacional ha tenido en cuenta que la interna se desvinculó hace cinco años de los GRAPO y que "realiza autocrítica de su pertenencia y, según los informes psicológicos obrantes en la expediente, siente rabia en tanto que se considera engañada y manipulada" por la banda. Asimismo, dice que es "consciente del sufrimiento que ha causado a su familia, pero lo que es más importante, muestra arrepentimiento por los hechos delictivos cometidos" y "renuncia a la violencia".

El juzgado considera que su "repudio de la banda armada" se ve corroborado en que paga la indemnización por sus atentados y en los cinco permisos ordinarios de salida de la cárcel de los que ha disfrutado hasta ahora sin incidentes. Aunque su condena es "por delitos graves", el auto defiende que "no debe obviarse que tan sólo le queda un año para cumplir las tres cuartas partes de su condena [13 de junio de 2017]".

"Estas fechas permitirían acceder al tercer grado, sin embargo, resulta coherente lo previsto por la junta de tratamiento del centro en aras de señalar un programa de tratamiento específico como paso previo a dicha clasificación", dice la Audiencia Nacional. El plan previsto por esta junta consiste en que disfrute de su tratamiento "en un medio abierto [unidad dependiente], de forma que pueda mantener el vínculo con sus hijos menores de edad". También recoge la posibilidad de que pueda realizar una actividad o formación laboral en el exterior, y para ello se "incorporará a talleres y cursos propios".