Aznar alerta de los “terroristas convictos” que ahora van de “pacificadores”
El expresidente del Gobierno, sin citar a Otegi, llama a "desenmascarar a los enemigos de la libertad"
El expresidente del Gobierno José María Aznar no ha citado en ningún momento a Arnaldo Otegi, pero ha alertado de que "vuelven falsos profetas, terroristas convictos que se quieren hacer pasar por pacificadores". Sin referirse al dirigente de la izquierda abertzale, que el pasado martes animó a sus fieles a "generar las condiciones que hagan posible la paz", Aznar ha hecho un llamamiento a "desenmascarar a los enemigos de la libertad" y a los que han tratado de "destruir la democracia" mediante la violencia.
El ex líder del PP ha hecho estas afirmaciones durante el discurso que ha pronunciado este viernes en San Sebastián durante el acto de entrega del Premio Gregorio Ordoñez al opositor venezolano encarcelado Leopoldo López., que han recogido sus padres, Leopoldo López Gil y Antonietta Mendoza.
Aznar ha defendido la necesidad de "separar" a quienes han "hecho todo por asegurar la democracia", entre los que ha citado a López y Ordóñez, el edil popular asesinado por ETA, y "los que hacen cuanto pueden por destruirla". Se estaba refiriendo a la violencia terrorista y, en ese contexto, ha lamentado la vuelta de "terroristas convictos que se quieren hacer pasar por pacificadores".
Ha ido más allá al expresar su temor a que estos "falsos profetas", en alusión a Otegi aunque sin decir su nombre, "aún cometerán la obscenidad de intentar compararse con los que han sufrido y sufren la cárcel por su compromiso con la libertad, como Leopoldo López".
Antes de intervenir Aznar, la viuda de Ordóñez, Ana Iribar también ha criticado a "los terroristas convertidos en pacificadores" y lamentado que quienes antes "empuñaban las armas", ahora "se exhiban impúdicos con la boca llena de paz y las manos sucias de sangre".
Aznar se ha referido al peligro de que "en torno al relato con el que se ha querido justificar la violencia terrorista confluyen todas las fuerzas que quieren destruir el sistema democrático". Ha incluido a los partidos que "abominan de la Constitución" y de la transición que "concilió a los españoles", y a las formaciones políticas que "buscan o aceptan la destrucción de la integridad de la nación". "Se unen porque les une la idea de que la violencia forma parte de la política. La idea de que la política consiste en asaltar el poder y no en ganarlo respetando los principios de la democracia y el Estado de derecho", ha manifestado.
Ante ello, ha asegurado que "se puede mirar a otra parte" y "seguir en juegos tácticos irresponsables" o, por el contrario, "se puede hablar seriamente de cómo responder al desafío crucial para España que han declarado todos aquellos que creen que ahora tienen la oportunidad de cumplir lo que nunca pudieron hacer: convertir a España en un país dividido, enfrentado, aislado y roto".
El expresidente del Gobierno ha cerrado el acto de entrega del premio de la Fundación Ordóñez al que han asistido dirigentes del PP vasco, como Iñaki Oyarzábal, Antón Damborenea o Borja Sémper, además del exministro del Interior Jaime Mayor Oreja, o la directora del Instituto de la Memoria a las Víctimas del Gobierno vasco, Aintzane Ezenarro.
También se ha referido a la situación política española, que ha comparado con la que él mismo describió de la siguiente manera en una conferencia que ofreció en febrero de 1998 en el Club Siglo XXI: "Una cierta sensación de fatalidad recorre la vida española". Esa misma sensación de fatalidad se manifiesta hoy, a su juicio, "en el pesimismo, en el retorno a la creencia de un país ingobernable".
La misma visión fatalista la observa Aznar "en la resignación ante un supuesto destino inevitable que nos hará caer en el destrozo social, económico y político de la extrema izquierda populista", en una clara referencia a la irrupción de Podemos en la escena política española.
Frente a esta realidad, el presidente de FAES, consciente de que "las cosas son complicadas", ha apostado por un "proyecto útil" para España, que ha definido como "una gran síntesis liberal-conservadora" que "tantos beneficios ha rendido a las sociedades europeas" y que debe ser "resultado de un debate profundo".
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