El PP teme la reacción de Barberá, molesta tras exigirle explicaciones
La exacaldesa no acude a escuchar el discurso de Rajoy en la Cámara alta El presidente en funciones pasa de puntillas por el problema de la corrupción

El PP teme a Rita Barberá. Respiró aliviado cuando la senadora ni siquiera acudió a escuchar el discurso de Mariano Rajoy a sus parlamentarios. Su ausencia evitó fotografías incómodas, pero las conversaciones que han tenido con ella varios dirigentes populares en los últimos días no les permiten estar tranquilos. Ha empezado a ir por libre.
La exalcaldesa está molesta con el partido, pese a que el PP, tras retirarle la presidencia de la comisión constitucional del Senado la ha colocado en la Diputación Permanente de la Cámara alta garantizando su aforamiento incluso si se disuelven las Cortes. Barberá ha transmitido que no cree que tenga que dar explicaciones, como le han exigido públicamente varios dirigentes populares, y entiende que en algunos de los recados que le han lanzado a través de los medios — “Es difícil de creer que no supiera nada”, dijo el expresidente valenciano Alberto Fabra— hay casi una condena por adelantado.
En plena negociación para intentar conservar el Gobierno, el PP pretende establecer un cordón sanitario alrededor de la corrupción, que ahora tiene epicentro en Valencia. Pero la maniobra es compleja. Un dirigente popular admitía este miércoles en privado que gestos como el de colocar a Barberá en la diputación permanente les restaban “credibilidad” en su estrategia de mostrarse contundentes ante esos escándalos. De momento, la exalcaldesa valenciana continúa de vocal en dos comisiones del Senado (la Constitucional y la de Economía y Competitividad), aunque no ha vuelto a aparecer por la Cámara desde que el pasado 13 de enero se constituyeron las Cortes.