Rita Bosaho: “Hay que cambiar la estructura del patriarcado”
“Conseguir la igualdad real debería ser cuestión de Estado”, señala la diputada de Podemos, primera mujer negra en el Parlamento español
Rita nació española, hace 50 años, en Santa Isabel, Guinea Ecuatorial. Así que no se considera inmigrante, pese a que comprende que su raza y su origen africano la han convertido en “símbolo, y los símbolos son importantes en nuestra cultura, como lo fue la elección del presidente Obama”. Ella es la primera diputada negra que obtiene un escaño en el Parlamento español. Un tanto abrumada por su reciente popularidad, esta licenciada en Historia que lleva 23 años como personal sanitario en el Hospital General de Alicante, mide cada palabra cuando aborda asuntos políticos, y trata de evitar las referencias a su vida personal.
Apenas desliza que su salida de Guinea, a los cuatro años, “fue un poco traumática”, que acogida por una familia de padre militar residió en Cádiz y Cartagena antes de recalar en Alicante, familia que le proporcionó una hermana mayor, Pepa, “que me apoya mucho”, lo mismo que su pareja y su hijo de 23 años, que está acabando la carrera. “Tengo un entorno familiar y de amistades amplio que me ayuda”, entre otras cosas, a sobrellevar “el vértigo” que le produce verse reflejada “incluso en la prensa extranjera”, lidiar en un debate televisivo local con la experiencia de todo un ministro de Exteriores, como José Manuel García Margallo, que no dejó de recordarle las relaciones de su partido con Venezuela, o leer cómo la tildan de “feminazi” en algunos comentarios.
Pregunta. Licenciada en Historia y profesional de la sanidad, ¿qué le ha llevado a la política?
Respuesta. He estado más de diez años colaborando con una pequeña ONG que se llama Proyecto Cultura y Solidaridad, con proyectos en África y América Latina, viajé hace seis años a Guinea, soy hispano-guineana y me interesan los problemas de la gente en las dos orillas.
P. Se define también como feminista.
R. Sí, porque creo que la lucha feminista es política. Conseguir la igualdad real debería ser una cuestión de Estado. Un día antes de ir a votar volví a ver la película sobre Clara Campoamor. Hay que saber lo que han costado las cosas que tenemos, y que en algunas hemos avanzado mucho y en otras no tanto.
P. Pero es consciente de que su raza es lo que la ha convertido en una diputada singular.
R. Claro. Porque eso manda un mensaje de que tenemos que luchar por un mundo de las personas, y que hay colectivos que no están representados en la sociedad, que no tienen voz. Solamente tenemos que ver cómo viven nuestros compatriotas gitanos, las mujeres gitanas, que son españolas como todos, para entender que nos falta mucho trabajo.
P. Sin experiencia previa, ¿cómo ha vivido la intensidad de dos campañas electorales en apenas seis meses? (en mayo fue candidata por Podemos a las Cortes Valencianas).
R. Las generales, al ser cabeza de lista, han sido de mucho más impacto. Y ha sido brutal. Somos personas de la calle que hemos venido a cambiar las instituciones. Y lo he vivido con mucha responsabilidad y muchos nervios. Y sin la experiencia de personas que llevan mucho tiempo en este terreno. Pero sin complejos. Porque dos días antes de la campaña yo estaba haciendo mis turnos en el hospital. He compaginado mi trabajo con mi labor política.
P. ¿Qué tal es su relación con Pablo Iglesias?
R. Muy buena. Supongo que ahora nos conoceremos más, pero es una persona amable, cercana y preocupado por los problemas de la gente.
P. ¿Y con Mónica Oltra? ¿Está satisfecha de cómo ha funcionado la alianza de su partido con Compromís?
R. Mónica me encanta, es una gran política. Y eso ayuda mucho a visibilizar a las mujeres y el trabajo que vamos a hacer. La alianza ha funcionado bien. El acuerdo ha sido muy bueno para todos y además demuestra que en nuestro espíritu está la necesidad de diálogo que ahora va a ser tan necesario. Ya hemos sido capaces de llegar a acuerdos mediante negociaciones que han sido largas, pero han dado buenos resultados. Mi grupo está en la oposición en el Parlamento valenciano, pero hemos firmado un acuerdo clave para la gobernabilidad.
P. ¿Cree que la campaña ha sido determinante para lograr el buen resultado obtenido?
R. Ha sido buenísima. Hemos visto una cercanía impresionante de la gente, y una ilusión que debe hacernos pensar que si no hacemos algo es un momento histórico que podemos perder. Es real que podemos cambiar el rumbo de la historia. Lo que falta a los políticos de este país es estar cerca de la gente, por eso gobiernan de espaldas a las personas.
P. ¿Y de lo más cercano? ¿Qué es lo más urgente que debe resolver Alicante?
R. Tenemos un grave problema con la infrafinanciación de la Comunidad Valenciana. Y también nos preocupan las infraestructuras de transporte. Si se invirtiera aquí lo que se debe, estaríamos casi en el Paraíso. Fíjese, con esta luz, con estos colores. Hay que invertir en turismo, pero protegiendo el Medio Ambiente, no como durante los años de la burbuja inmobiliaria.
P. ¿Qué parte de su éxito se debe al hartazgo de la ciudadanía ante los frecuentes casos de corrupción?
R. Ha sido fundamental. Es un mal endémico de nuestro sistema. Y hay que luchar contra él, como contra la pérdida de derechos sociales, la reforma laboral, la desprotección de nuestra Sanidad, la falta de presupuesto contra la violencia de género…
P. Habla usted mucho de ese problema. ¿Qué cree que estamos haciendo mal?
R. Se han hecho muchos recortes. Y cuando se hacen tatos recortes en los presupuestos que van destinados a determinados sectores para trabajar con la gente… No es razonable que más de la mitad de la población estemos sufriendo por la otra mitad, digamos, sin acusar a nadie, y que nuestros derechos no se visibilicen. Eso tiene que ver con la estructura del patriarcado, y eso requiere cambios culturales, de educación… Hay que hacer algo. ¿Por qué en las instituciones grandes no hay mujeres? Hay continentes como África que casi funcionan por los aportes económicos que hacen las mujeres y sin embargo no están representadas en las instituciones. Y es un problema estructural. Y mundial. ¿Por qué las chavalas se arreglan para sus novios? Hay que feminizar nuestra sociedad.
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