El Pentágono ‘toma’ Morón
Ashton Carter se reúne con las tropas americanas, que con la reforma del acuerdo bilateral pueden alcanzar los 2.200 militares y 500 civiles
El ruido de unos motores se pierde en un cielo encapotado. A lo lejos, tres pájaros de metal se acercan lentamente al aeródromo de la base aérea de Morón de la Frontera (Sevilla). El primero de ellos, un avión cisterna Hércules, ha desenfundado dos mangueras flexibles para dotar de combustible a los otros dos (ambos un V-22 Osprey). Por unos instantes, las tres aeronaves permanecen conectadas. Con esta maniobra de reabastecimiento en vuelo ha comenzado la visita del secretario estadounidense de Defensa, Ashton Carter, al recinto sevillano, convertido en sede permanente de la fuerza de reacción del mando de EE UU para África tras la reforma del convenio bilateral. La visita de Carter a la base, acompañado por su homólogo español, Pedro Morenés, se produce 10 días después de que llegara a la base naval de Rota (Cádiz) el cuarto y último destructor del escudo antimisiles de EE UU.
Tras el repostaje, los dos V-22 Osprey han tomado tierra. Al momento, una tropa de soldados españoles y otra de americanos han desembarcado y, en cuestión de segundos, se han repartido por lo ancho y largo de la pista de aterrizaje. Los soldados han tomado posiciones cuerpo a tierra apuntando con sus armas al frente. Tras unos minutos inspeccionando el terreno, dos de sus responsables han rendido cuentas de la maniobra a Carter y Morenés. Era el momento de retirarse.
La visita protocolaria a la base de Morón del responsable estadounidense sella las buenas relaciones militares entre España y EE UU, que ya se reflejaron en el acuerdo alcanzado en mayo entre ambos países para aumentar la presencia militar en el recinto sevillano hasta los 2.200 militares americanos y 500 civiles y convertirla en la base para frenar el avance del yihadismo en el Magreb y el Sahel. A ellos podrán sumarse otros 800 militares en tiempo de crisis. El aumento del personal militar supondrá un paralelo incremento de aeronaves: los 17 aviones de despegue vertical MV-22 Osprey y Hércules C-130 pasarán a 26 con carácter permanente y hasta 40 con carácter temporal. El recorrido de Carter por la base se ha prolongado hasta las 11.00, según fuentes del Ministerio de Defensa.
Los trabajadores de la empresa Vectrus, encargada del mantenimiento de la base, han lamentado no haber podido reunirse este martes con el secretario estadounidense para trasladarle sus reivindicaciones. La plantilla pide la reincorporación de los 240 trabajadores despedidos desde 2010 a través de tres expedientes de regulación de empleo. "Queríamos que vieran las caras de los trabajadores y que supieran de primera mano de nuestros problemas, además de entregarles un breve informe con soluciones que, de llevarse a cabo, podían suponer la readmisión de los trabajadores despedidos", ha asegurado el presidente del comité de empresa, José Armando Rodríguez, quien ha acusado al ministerio de "no haber hecho las gestiones pertinentes" para facilitar el encuentro. Los trabajadores están pendientes de la resolución sobre el último ERE del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), que ya declaró improcedentes los despidos de 66 trabajadores en 2013.
Los trabajadores critican que el acuerdo firmado entre EE UU y España —y aprobado en el Congreso en julio— no incluya un compromiso explícito de creación o mantenimiento del empleo. Asimismo, denuncian la militarización de algunos servicios. En el acuerdo, el Pentágono aceptó que las obras que acometerá en la base en los próximos dos años por 26 millones de euros las hagan empresas españolas.
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